lunes, 26 de noviembre de 2012

489. SHAME - 2011 - Steve McQueen



Hace un par de años me enteré de la existencia de esta película por un comentario de JUAN ABREU en su blog EMANACIONES que reproduzco tal cual aquí:

Voy a ver SHAME. Más que nada por verle la polla a Fassbender. ¿Y la película? Muy pretenciosa. Y lo peor: ¡catolicona! Es decir con el sexo atado y bien atado a la moral. ¡El sexo es sucio, el sexo es culpable! Sermonea todo el tiempo el director McQueen.
Escuchen esto: el protagonista está follando con dos mujeres jóvenes y estupendas, una rubia y una asiática. ¿Cómo está filmado ese encuentro? Como si fuese algo malo. Desagradable. Es más, como si fuera algo terrible. Música trágica de fondo y Fassbender poniendo cara de torturado cuando se la chupan a dúo.
Por favor. A estas alturas. Todo el mundo sabe, excepto los que tienen el cerebro infectado por el virus catolicón, que follarse a una rubia y una asiática que se follan a su vez y uno en medio del fragor es un acto gozoso, placentero, un acto de gran humanidad. Para no hablar de la sanidad mental que aporta.
Pero no crean que lo del trío satánico le basta al director McQueen: cuando el protagonista baja al fondo del abismo sexual ¿qué hace? ¡Se folla a un hombre! Santocielo corramos a confesarnos que ahora sí que vamos de cabeza al Infierno.
No diré nada de la lentitud de la película ni de los pujos intelectuales del director McQueen que consigue que salgas del cine con la impresión de que te acaban de operar de la próstata.

La polla de Fassbender muy bonita, eso sí.

No fuimos a verla al cine entonces y me olvidé de la película y de la reseña. Pero el otro día la encontré en los archivos del nuevo y verdadero Ministerio de Cultura HMB (Hawkmenblues) y como la ponían bien y entre las etiquetas decía que era "erótica", pues piqué.

¡Ah! l primero de todo: de erótica nada. Si queréis que se os quiten las ganas de sexo cuando menos por una noche, a por ella. Pero en general nos pareció una película mucho más interesante de lo que decía Abreu. Que el sexo sea un asunto que va mal en el mundo del protagonista, y que no sea esa experiencia gozosa y alegre que quisiera ver Abreu, no puede achacarse más que muy indirectamente a los restos de educación represiva de la religión católica, que por otra parte no tiene presencia alguna en la película.




El sexo le va mal al personaje construido por Fassbender (a quien, por cierto, apenas se le ve la polla) porque entre otras cosas le va bastante mal a todo el mundo que tiene a su alrededor, y que de catolicón, nada de nada. Es un mundo frío e hipócrita, donde lo difícil es que fuera bien algún tipo de relación humana basada en el intercambio erótico. El sexo aparece siempre sin cariño, y seguramente por eso, la película es bastante desagradable o desazonante, acaso un pelín pretenciosa pero no mala. 


El director, un tal Steve McQueen, inglés de nacimiento y que por cuya foto podréis deducir que no tiene nada que ver con el famoso actor de cine de acción muerto hace ya muchos años, tiene algunos registros narrativos muy originales, y en ocasiones brillantes, como por ejemplo, la escena de la cena del protagonista con la negrita:


Pero lo que hace la película verdaderamente memorable y recomendable es la escena en que CAREY MULLIGAN canta un impresionante, increíble y absolutamente inolvidable  NEW YORK NEW YORK. 


De CAREY MULLIGAN habíamos visto otra película muy bonita antes de que me diera por poner notas de cine aquí: AN EDUCATION. Escribía entonces cuatro líneas en un cuaderno del que, si me lo permitís transcribo lo que decía a mayor gloria de CAREY MULLIGAN.

AN EDUCATION (vista el 28 de febrero del 2010):

Película romántica. Ambientada en el buen gusto de los sesenta, un gusto que resulta ahora sorprendente, extravagante, de ensueño. Como el guión. Una adolescente se enamora de un tipo maduro que tiene trazas de aristócrata pero que resulta ser un pilluelo, un ladrón de guante blanco. Todos creen en él. Más los padres de la chica que la propia chica -preciosa donde las haya y buena actriz hasta apabullar. Un rato excelente. Recomendable.