A estas alturas de la historia ya no se me ocurre otra forma de acabar con el así llamado "problema catalán" que dejarlo aparcado indefinidamente sin prestarle la más mínima atención. Llevarlo si acaso a las páginas de sucesos o las de espectáculos de masas, esas que están en las últimas páginas del periódico. Sacarlo de la portada. Saltar por encima de las páginas de noticias nacionales y hasta pasar de los interesantes artículos que, sin lugar a dudas, cada día se escriben sobre la cuestión. Ya está todo dicho. Lo de Cataluña es una enfermedad sin remedio. Y las componendas de los dos grandes partidos españoles con los nacionalistas no se acabarán hasta que la Constitución del 78 cambie de arriba abajo. Todas y cada una de las épocas de la larga historia de España parecen haber tenido una especie de maleficio, y el de nuestra época ha sido este. Pero afortunadamente, y para salir adelante, a finales del siglo pasado dimos un gran paso en la historia: pusimos un pie en Europa. No en la Europa de las naciones y sus horribles guerras del siglo XX, sino en la del futuro, en la de los Estados Unidos de Europa. Que una parte de España tire de la historia hacia atrás causa una gran desazón, pero no podemos vivir rascándonos todo el rato los picores que nos inflige esta gente con la boina. Ya vale, hombre. Hay que dejar de hablar de Cataluña y hablar de Europa. Y si cabe hablar de política, si la política ha de asomarse a la portada del día, solo ha de ser para seguir pensando en los Estados Unidos de Europa. Ese es el único tema que importa. Y esa es seguramente la mejor manera de superar los maleficios históricos de España. La única forma de recuperar un poco de salud social y de cordura política. Si hay que reformar la Constitución del 78, hagámoslo pensando en Europa, o mismamente, que nos la redacte Europa. Y si lo hacemos nosotros, pensemos cuando menos en una Constitución que sea un modelo para Europa.
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domingo, 15 de octubre de 2017
888. ACABAR CON EL PROBLEMA CATALÁN
A estas alturas de la historia ya no se me ocurre otra forma de acabar con el así llamado "problema catalán" que dejarlo aparcado indefinidamente sin prestarle la más mínima atención. Llevarlo si acaso a las páginas de sucesos o las de espectáculos de masas, esas que están en las últimas páginas del periódico. Sacarlo de la portada. Saltar por encima de las páginas de noticias nacionales y hasta pasar de los interesantes artículos que, sin lugar a dudas, cada día se escriben sobre la cuestión. Ya está todo dicho. Lo de Cataluña es una enfermedad sin remedio. Y las componendas de los dos grandes partidos españoles con los nacionalistas no se acabarán hasta que la Constitución del 78 cambie de arriba abajo. Todas y cada una de las épocas de la larga historia de España parecen haber tenido una especie de maleficio, y el de nuestra época ha sido este. Pero afortunadamente, y para salir adelante, a finales del siglo pasado dimos un gran paso en la historia: pusimos un pie en Europa. No en la Europa de las naciones y sus horribles guerras del siglo XX, sino en la del futuro, en la de los Estados Unidos de Europa. Que una parte de España tire de la historia hacia atrás causa una gran desazón, pero no podemos vivir rascándonos todo el rato los picores que nos inflige esta gente con la boina. Ya vale, hombre. Hay que dejar de hablar de Cataluña y hablar de Europa. Y si cabe hablar de política, si la política ha de asomarse a la portada del día, solo ha de ser para seguir pensando en los Estados Unidos de Europa. Ese es el único tema que importa. Y esa es seguramente la mejor manera de superar los maleficios históricos de España. La única forma de recuperar un poco de salud social y de cordura política. Si hay que reformar la Constitución del 78, hagámoslo pensando en Europa, o mismamente, que nos la redacte Europa. Y si lo hacemos nosotros, pensemos cuando menos en una Constitución que sea un modelo para Europa.
martes, 14 de marzo de 2017
882. PULSE OF EUROPE
No me gusta el nombre ni me parece que las manifestaciones por la calle sean la mejor manera de defender la idea de la Unidad Europea, pero en todo lo demás me parece maravillosa la iniciativa de este puñado de alemanes de Frankfurt que se va extendiendo rápidamente por Europa (en España ya vamos un poco atrasados...), y digna de todo mi apoyo.
Como se puede ver por la web que han abierto para unirse a la causa, el nacimiento de PulseofEuropa parece ser más coyuntural que otra cosa: entre la torpeza de los burócratas de Bruselas y las tendencias populistas de los viejos nacionalismos parece que la gran construcción Europea amenaza con venirse abajo, y con ello, la paz social y las muchas otras alegrías que nos ha deparado Europa en los últimos cuarenta años. No sé cuánto de sentimiento, cuánto de razón, de orgullo histórico, o cuánto de miedo en que todo se derrumbe no habrá en este rebrote de europeísmo, pero lo que está claro es que se trata de un posicionamiento positivo y que los mensajes de esta gente rebosan de un optimismo y un buen humor con el que me siento mucho más identificado que con cualquier otro proyecto político de los que se ofrecen por ahí.
En vez de juntar a unos cientos o a unos miles de personas detrás de una pancarta, yo les propondría empezar por utilizar las redes para saber cuántos europeístas podemos ser ahora en Europa y cuánto podríamos influir desde una plataforma como ésta en los partidos políticos ya organizados para obligarles claramente a definirse en un sentido u otro: o por la amplitud de miras y la lealtad a Europa, o por el patio de mi casa nacional.
Infectados como estamos en España por la deriva nacionalista de las autonomías, nada más saludable para nosotros que mirar a Europa y poner nuestro horizonte lejos de nuestro ombligo.
O dicho más claro pero no más alto: que el sPyP es europeista, leñe, y que lo primero que he hecho ha sido enviar un mensaje de apoyo a la causa. Ahora bien..., lo de empezar por pedir/dar dinero es ya otro cantar. Y no porque no me quiera rascar el bolsillo para poner 10€ a la causa (que yo soy de bolsillo flojo) sino porque las grandes ideas, los proyectos más universales, me da que no pueden salir de crowfundings.
Seguiremos informando.
martes, 7 de julio de 2015
789 ¿TRAGEDIA O COMEDIA?
No todos los días se ve a una nación ahorcarse a sí misma por no poder pagar sus deudas. Lo normal es que los países y civilizaciones se vayan muriendo poco a poco y en silencio. Pero Grecia es mucho Grecia, que para eso inventó la tragedia, y el domingo dio un espectáculo al mundo del más alto nivel teatral. Se suicidó en masa y salió a celebrarlo con banderitas (esos trapos vintage de los que hablábamos hace unos días aquí).
La ejemplaridad del suicidio tiene que ver con la salvación de los demás. Grecia se suicida para que Europa siga viva. Ahora entiendo todo eso de la dignidad y el orgullo que dicen los podemistas o lepenistas. La verdad es que es bonito. Un espectáculo edificante.
Claro que si los podemistas y lepenistas llegaran a ganar en sus países, me temo que el muerto se va a reír un rato del público, porque de tragedia nada. Es posible que Grecia se haya tirado desde el acantilado para desencadenar un efecto dominó y que las demás piezas europeas vayan cayendo como ella. Ja ja ja ja. Qué truco más bueno. Muy cómico, sí señor. (Lo único que no me imagino del guión es a los españoles celebrando nuestra ruina con la banderita).
No es de extrañar que los europeos estemos pasmados y sin saber qué hacer. No sólo dudamos de si el espectáculo ha sido tragedia o comedia, sino que andamos preguntándonos unos a otros si lo visto ha sido teatro o realidad. Si hay que aplaudir o llorar. Eso sí, lo único que tenemos claro es que si pedimos que nos lo expliquen los economistas, es seguro que no nos vamos a enterar. (Qué tíos. Qué claridad. Disertan como arquitectos; o como sofistas...).
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