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viernes, 5 de abril de 2013

574. EDGAR *** (2011) CLINT EASTWOOD



Comentando entre nosotros lo que cada cual había podido encontrar por la red, la Presidenta del sPyP Cine Club me dijo que había leído una entrevista a Félix de Azúa en la que le preguntaban por su director de cine favorito, y en la que respondía lógicamente que muchos, pero en la que se le escapaba el nombre de Clint Eastwood. Y como desde que fuimos a ver Armaggedon en familia con él y luego nos la interpretó, Félix es una autoridad en cine, le hice caso a la presidenta y programé para esa noche EDGAR, una película que por su temática (la homexualidad del gran impulsor del FBI) me interesaba más bien poco.

Pues bien, nada me gusta más que dar tres*** estrellas sPyPnic a una historia que no me interesa gran cosa porque eso quiere decir que se las doy al cine. Al cine con mayúsculas, o al cine en estado puro, porque eso es lo que me pareció la última película de Eastwood (y muchas otras más..., claro).

LEONARDO DI CAPRIO está realmente impresionante y sus caracterizaciones son espectaculares.




¿En qué estaban pensando los jurados de los Oscar a la interpretación o al maquillaje? Ah sí, en que Clint Eastwood es el único baluarte del cine que vota republicano. Ya, perdón.

La película balancea entre las historias del poder americano en el centro del siglo XX (asuntos archisabidos que siempre les vendrán bien a las víctimas de la LOGSE) y el necesario ocultamiento en aquellos tiempos de la amistad o condición homosexual de Edgar y de su permanente colaborador Clyde.


Pero la vena Eastwood, es decir, la defensa de un Estado fuerte como soporte del sueño americano aflora constantemente entre las caricaturas de estos personajes tan en los límites, y eso hace que la película no decaiga ni un segundo.

La única pega que encontró la Presidenta del sPyP Cine Club fue la excesiva caracterización de Clyde en la vejez, casi convertido en una máscara de sí mismo, aunque en este fotograma no lo parezca.


Yo siempre veo cine para ver otras cosas, por ejemplo historias de amor, que me gustan mucho más... (ay! sí, el defecto que yo le veo a la película es que la chica no tenga más peso y no brille apenas.../lógico por otra parte si uno de sus dos pivotes era el de la homosexualidad), pero en fin, cuando el cine es la expresión misma del sueño americano y está hecho de sus mismos materiales (de sus mismos sueños y gestos) entonces se puede ver lo que sea. Y darle las tres*** estrellas. Sí señor.



sábado, 26 de enero de 2013

529. WHAT´S EATING GILBERT GRAPE ** - 1993 - LASSE HALSTROM



Creo que es en pintura o en literatura, o en filosofía o en no sé qué arte, pero seguro que no en cine, donde hay una corriente o estilo o vanguardia que se llama "situacionismo". Tampoco sé como le irá ese palabro a las artes esas, pero a ciertas películas les vendría de maravilla. Por ejemplo, y sin ir más lejos a What's eating  Gilbert Grape, que traducido al español resulta que es A Quien Ama Gilbert Grape. Toma ya. Estudia toda la vida inglés para esto. Quiere decir lo que digo que la película plantea una situación y poco más. Una situación tremebunda, claro, pero una situación no es una historia.

Normalmente, todas las películas plantean una situación en veinte minutos o media hora para dar paso a la historia. Cuando pasan cuarenta, cincuenta minutos y la historia no viene, das a "Abandonar pantalla completa" para ver cuanto queda. Tal y como cuenta de soslayo El Gatopardo en su Crónica Bizarra de hoy mismo, todo cine con pretensiones culturales ha de pasarse por el forro la sagrada ley del cine (según la cual "lo que no se cuenta en hora y media mejor no contar") a mayor gloria del director y mayor cultura pal espectador.

Es decir, que cuando a los cincuenta minutos vi que todo era ir y venir con la furgoneta de aquí para allá y que aún quedaba no media sino más de una hora, cedí al democrático influjo del sueño, y conseguí aún despertarme para ver un final que, para felicitarme por mi decisión, era el mismo principio de la película.

Aún con todo, sPyPnic le concede nada menos que dos** estrellas. La primera porque los primeros veinte minutos son deliciosos. Y la música se mastica. La segunda, porque aunque ni Deep ni Caprio son santos de mi devoción y el cine de actores no es lo mío, reconozco que están magistrales. Bueno, eso no vale una estrella entera pero si a eso le sumas lo diáfana que es la historia a la hora de darte a elegir entre dormirte o aburrirte, y que siendo tan tremebunda la situación situacionista, la cosa no degenera en dramón, yo creo que ya llega a las dos.


La chica es tan sosa que no da para diosa. Hasta me ha salido en pareado.

Y ahora una pregunta filosófica: ¿por qué América es tan bonita? ¿por qué un pueblucho de Texas puede llegar a ser épico siendo tan feo y no sucediendo nada? Digo yo (y menrecuerdo y advierto a mí mismo que filosofar no es dar respuesta a las preguntas) que porque salen en el cine, y a partir de ahí ya son de cine, o sea, bonito todo de verdad. Mira que tiene magia el invento.