viernes, 5 de febrero de 2021

931. YPRES, Bélgica

 


El sPyPnic había volado a Ypres en el 2012 apenas vio que Mumford hablaba de la Lonja de los Paños como uno de esos edificios señeros del esplendor comercial de la Edad Media. Stefan Zweig fue a Yprés en 1928 para ver los restos de las sangrientas y demoledoras batallas que tuvieron lugar allí entre 1914 y 1918 y vio que la Lonja de los Paños estaba completamente en ruinas (el artículo sobre Yprés está en las últimas páginas del libro que comentábamos en el post anterior). La reconstrucción de la Lonja comenzaría en 1933 y duraría hasta 1967. Cuando nosotros fuimos en coche desde Ostende, en el 2015, la vimos así:


Dado el estado de la Lonja y que la catedral aún no había terminado de reconstruirse, el relato de Zweig se centra más en la recién inaugurada Puerta de Menin (1927), homenaje a los 56.000 ingleses cuyos cuerpos no encontraron una sepultura individual. Nosotros también la visitamos con respeto y con el corazón encogido:



Cada tarde a las 8 se sigue tocando a corneta la melodía de la Ultima Llamada, lo que hace que youtube esté lleno de grabaciones de los turistas. Cuando visitamos la Puerta de Menin, Inglaterra aún no había abandonado Europa. Supongo que el Brexit debió de doler más a los habitantes de Yprés o a los familiares de los homenajeados en este monumento, que a los de ningún otro sitio.   

Zweig ya dejaba caer con tristeza que en 1928 se utilizaba el horror de la guerra como motivo del turisteo en la zona. A nosotros nos pasó lo mismo.

Antes de llegar a Yprés paramos en Dicksmuide al ver una gran torre memorial, pero en el interior habían creado un museo al que costaba 9€ entrar, así que hicimos una foto y seguimos ruta.

Aunque al llegar a Yprés nos perdimos un poco, al final acabamos aparcando en la amplia explanada que hay ante Lonja de los Paños. Desde allí nos percatamos de la extraña relación entre la Lonja y la Catedral, pues esta última queda como oculta por el edificio civil. El frente renacentista del gran edificio gótico también lo habían reconstruido y es utilizado como Ayuntamiento. 


 El Museo de la Lonja está dedicado a los Campos de Flandes, o sea, a la guerra. Tenía muchos muebles de esos "interactivos" y pasamos de verlo. La guerra es mejor estudiarla en los libros (y ahora, con las ilustraciones y vídeos de Internet, como este mismo). La entrada costaba 8€. 

En esta imagen de Google Earth con los tres edificios más importantes en 3d podemos ver la posición de la Lonja, la Catedral y la Puerta de Menin.



Hay muchas fotos viendo pasar a los ejércitos por delante de las ruinas de la Lonja y la Catedral



Incluso alguna foto aérea de cuando la destrucción estaba a medias (!):



La Catedral se empezó a reconstruir rápidamente y para 1930 ya estaba acabada, dice esta curiosa página (!!!) sobre catedrales reconstruidas. Nosotros la visitamos también, aunque como era de esperar nos dejó un poco fríos. 


Después de comer visitamos algunos memoriales buscando alguna arquitectura algo mas fina que la de la Puerta de Menin. Esta no estaba nada mal.


Pero lo que más encontramos junto a la carretera, era chiringuitos turísticos para ver los cráteres de las bombas, restos de trincheras y viejos cañones oxidados. En el de la Hill 62 también cobraban 8€, precio estándar:


Por los vídeos ingleses que hay en la red, el del Hooge Crater es el más famoso:


Tampoco entramos pero me documenté sobre las diversas posiciones de las trincheras haciendo la foto a un cartel:



Desde este otro silencioso memorial se veían a lo lejos las torres de la Lonja y la Catedral de Yprés:




En el vídeo que he enlazado más arriba, aparte del relato del acontecimiento, hay incluso fotografías del descorazonador encuentro fuera de las trincheras entre soldados ingleses y alemanes en las navidades de 1915 que también conté en el sPyP 287. El lugar más sagrado sin duda de todos los campos de Yprés que, lógicamente, no tiene más memorial que el del relato. 

miércoles, 3 de febrero de 2021

930. OSTENDE, Bélgica

 


Viajamos hoy a Ostende y a 1902. El año pasado me compré una colección de libritos en los que se recogen los artículos de viaje de Stefan Zweig (1881- 1942), y el que contiene los realizados a Bélgica e Inglaterra comienza con una descripción de Ostende en 1902. Tenía entonces Zweig 21 añitos.


Zweig volvería a Ostende en 1936, compartiendo verano con Joseph Roth y otros escritores que ya habían iniciado el exilio, motivo de una novela de Volker Weiderman titulada precisamente Ostende, y de una edición de la correspondencia entre ambos escritores, editada en Acantilado con traducción de Eduardo Gil Bera. 

Zweig y Roth en Ostende en 1936

Yo estuve en Ostende en el verano del 2015, pero mis recuerdos de la ciudad no tenían nada que ver con la descripción que Zweig hacía de ella en 1902. Lo que él decía que era el eje de la vida mundana de la ciudad, el Casino, había cambiado bastante:



Y el frente marino donde estaban los hoteles más elegantes de la ciudad parecía cualquier otra cosa menos elegante:



Vamos ahora a ver la ciudad bajando de los cielos con el spypnic:

El elemento geográfico que dio vida a la ciudad no fue la playa que es una franja arenosa continua, sino el puerto. Ostende no es muy grande (76.000 hb da la wikipedia) pero vemos que ahora tiene hasta aeropuerto. 

El viejo núcleo urbano se adivina sin dificultad ocupando la esquina formada por un lado del puerto y la playa. Junto al río llega el tren, y en el borde derecho de la imagen vemos el hipódromo del que también habla Zweig, una instalación "deportiva" y de "vida mundana", que como en San Sebastián y otras ciudades famosas de veraneo estival decimonónico, no podía faltar. 

En nuestra visita a Ostende tampoco faltó la visita a la estación de tren, pero... tampoco fue la que recibió a Zweig en 1902.  

La primitiva estación fue demolida en la segunda década del siglo XX para construir en su lugar esa que vimos nosotros, que a su vez estaba hecha unos zorros porque andaban construyendo entonces una gran playa de marquesinas que parecía que iba a dejar al antiguo hall poco menos que como museo de sí misma:


Esta es la imagen que da Google Earth de la nueva estación; el hall de la de 1913 son esos tejadillos grises que quedan a la izquierda precedida por una playa de marquesinas para aparcamiento de bicicletas (!)

La "catedral" o iglesia más importante, en un esquina, abierta hacia la estación; el casino en la esquina opuesta articulando el viejo núcleo con la continuidad de la ciudad por la playa; y el Ayuntamiento y plaza mayor en el centro

La iglesia neogótica de San Pedro y San Pablo se inauguró en 1908, o sea que en 1902 aún estaría en obras 

El nuevo ayuntamiento también sustituyó al viejo, en este caso porque tal y como se ve en la siguiente foto de mayo de 1940, quedó el pobre muy dañado:


la plaza mayor y el Ayuntamiento antiguo


De los edificios del paseo más alejado del centro, queda alguna puerta



A la casa Museo de James Ensor no entramos, pero le hicimos foto. Sus pinturas medio naifs, medio irreverentes, medio expresionistas, son curiosas, pero no mucho más. 

Y al casino de estilo perretiano tampoco entramos, claro. Ni el juego ni su arquitectura nos interesan

Ya que podemos, entramos ahora gracias a esta foto al interior del casino donde, como cuenta Zweig, había doble sesión de baile con la orquesta subida ahí arriba en esa especie de coro. 

Qué impresionante

En la carretera entre Ostende y Westende aún quedan algunos bunkeres construidos por los alemanes para impedir cualquier desembarco aliado. Una turista tiene colgada esta foto en internet. Parece una escultura expresionista. Yo iba más atento a la carretera (teníamos el alojamiento en Westende) y no lo vi.

Por cierto, el actual frente marítimo de Westende se parecía al de Ostende como dos gotas de agua

Como he encontrado más fotos del viejo frente marítimo del viejo Ostende, las pongo también, para seguir paseando por allí hasta que salga el spypnic de regreso a casa: