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miércoles, 1 de junio de 2016

848. ANDERS ZORN



En los años sesenta nuestro imaginario erótico estaba lleno de suecas. En la estepa hispana jamás habíamos visto una sueca pero se decía que venían a Benidorm en bikini, que eran rubias y que se rendían ante la fogosidad latina. El mito se esfumó pronto y la palabra Suecia pasó a convertirse en un símil de socialdemocracia. Cuando al fin hice un viaje a Escandinavia tuve la impresión, no sé si errónea, de que sus mujeres son como flores de primavera y que su juventud se marchita muy pronto. De aquel viaje, sin embargo, me traje un libro de un acuarelista por el que aún tengo cierta devoción decorativa, Carl Larsson, que ocasionalmente también, me trajo el recuerdo de aquella vena erótica. Le dediqué una Pequeña Lección de Diseño que puede verse siguiendo el enlace.


Los desnudos femeninos del pintor y grabador Anders Zorn me han llegado sin embargo vía facebook, esa red social puritana que tiene a bien censurar cualquier atisbo de sexualidad políticamente incorrecta. Por suerte, la del arte no lo es. Hace unas semanas leí el curioso artículo de Lewis Mumford sobre el pintor Thomas Eakins y su lucha contra el puritanismo americano por disfrutar de la belleza de los cuerpos humanos desnudos, y me pareció una historia bien triste: la de tener que utilizar la escusa del arte para ello.


Las chicas desnudas de Zorn que se bañan entre las rocas de los lagos o de mil brazos de mar de la costa sueca parecen hacerlo con toda la inocencia del mundo y están como integradas plenamente en la naturalidad del paisaje.


La sociedad sueca no es nada libertina y en las acuarelas o grabados de Larsson y Zorn no parece que hubieran puesto ahí los desnudos para la complacencia del pintor (o del destinatario de las pinturas) sino que da la sensación de estuvieran antes de la llegada del pintor; que estuvieran ahí desde siempre. Tal es su gracia y su naturalidad.


Descubierto Zorn a través de sus grabados investigué un poco y vi que también al óleo cultivó el interés por el desnudo femenino junto al agua:





En el blog de arquitectura edificiosLHD acabo de contar un Paseo en Barco al Este de Estocolmo en el que las casas brillan como estrellas junto al agua en los largos atardeceres nórdicos. Para cuando hicimos aquella excursión ya había olvidado yo el imaginario erótico sueco de la adolescencia pero gracias a Zorn vuelvo ahora a recuperarlo, aunque de una manera más sencilla, más integral, más bella. Y también junto al agua. Aquí Zorn, con mis respetos y gratitud:


domingo, 13 de marzo de 2016

828. TODO EL ARTE EN TRES CONFERENCIAS DE FÉLIX DE AZÚA




Qué grande es internet. Qué lujo poder asistir desde casa a las tres conferencias que Félix de Azúa impartió en la primera quincena de octubre del año pasado en el Colegio Libre de Eméritos de Madrid volcando en tres horas una síntesis de todo lo que sabe sobre Arte, o especialmente sobre Pintura, que ha sido el arte que más se ha apropiado de la palabra Arte.


Hace falta tener tres horas para escucharlas, claro está, y a poder ser en tres tranquilas sesiones, tal y como se impartieron, y no como me las tragué yo ayer noche, una tras otra las tres en plan maratón.



Arrepentido por haberlo escuchado de forma tan desaforada pongo aquí los tres youtubes para poder tenerlos a mano y volver a escucharlos en una semana más tranquila; o para que disfruten todos los lectores del spyp de todo el saber filosófico y artístico del sr de Azúa. 

martes, 1 de marzo de 2016

813. CHARLES LE BRUN



Pasando un verano en Bois d'Arcy, cerca de Versalles, turisteamos un buen día a Vaux le Vicomte y supimos de las glorias y desventuras de Nicolas Fouquet (el Bárcenas de Luis XIV) y de la usurpación que le hizo el rey de dos de los creadores que habían contribuido a la decoración de esa joyita: en los jardines, Le Notre, en la pintura decorativa, Charles Le Brun.


Ni que decir tiene que estando al lado de Versalles, pasamos también muchos días allí. Lo teníamos tan cerca que íbamos en bicicleta a hacer picnic justo al fondo del gran estanque.


Y aunque visitamos varias veces el palacio, es todo en él tan abigarrado y tiene un ambiente tan turístico y mareante que te hace perder la perspectiva de los hombres y las cosas concretas.


Por eso ha sido una gran suerte descubrir de nuevo y por casualidad a Charles Le Brun, gracias a la visita de una exposición en Caixa Forum de Barcelona (5 de febrero del 2016). En ella se mostraban los cartones preparatorios de las pinturas de la Sala de los Espejos y de la desaparecida Escalera de los Embajadores, es decir, las plantillas del proceso de trabajo, y como se podían ver de tú a tú y no mirando hacia los altos techos, no salías de asombro sobre el tamaño de los dibujos y de la soltura del trazo.


La exposición estaba muy bien organizada con las explicaciones de los paramentos donde están las pinturas para las que se hicieron los cartones, pero entrar en ese tipo de detalles en el curso de una visita es una tarea tan fatigosa, que mucho mejor verlo en el excelente catálogo que editaron para la ocasión y que yo compré para la Biblioteca de mi Escuela.


Siempre he sido un defensor de la pintura subsidiaria de la arquitectura, es decir, de la pintura decorativa. Pero como nos educaron justo al revés, es decir, privilegiando a los artistas que empezaron a pintar para los museos, el gran Charles le Brun ha sido un desconocido.


De una exposición no puedes hacer un trabajo sino quedarte con algún tipo de anécdota, como por ejemplo la de un dibujo del Rey Desnudo, toda una alegoría tratándose del rey más ególatra que ha existido.


 No sabía que Charles le Brun había sido uno de los pintores y estudiosos más interesados en la fisiognómica, así que para mi biblioteca me traje el pequeño librito con los apuntes de las conferencias que dio en la Academia sobre la materia.


Y como una cosa lleva a la otra, descubrí así a su antecesor en la materia, el italiano Giacomo della Porta, el arquitecto de la iglesia de Il Jesu en Roma y autor de esta comparativa:

Los textos de las conferencias de Le Brun son curiosos pero las pequeñas láminas son más impresionantes:



No hice fotos, así que todo el material que me ha servido para contar esta visita y dar lugar a Le Brun en mi blog está cogido directamente de imágenes google. Espero que nadie se moleste y que quienes cuelgan imágenes en internet se sientan pagados con este tipo de comentarios.

812. MARC CHAGALL



Madrid, 7 de febrero del 2016. Exposición de dibujos y grabados de Marc Chagall en la sala de la Plaza Castilla.

No sé si será por la invasión de los móviles, pero las instituciones ya han aceptado (al fin) que hagamos fotos de los cuadros con la única limitación de no usar el flash. No es mayor problema. No es la perfección en la reproducción lo que buscamos algunos visitantes de museos y exposiciones; lo único que queremos es llevarnos un buen recuerdo. O hacer con los clicks una selección de los dibujos y pinturas que más nos han llamado la atención en una visita concreta. El primer cuadrito que me hizo sacar el móvil al visitar la exposición de dibujos de Marc Chagall es el dedicado a imaginar la escena del HIJO PRÓDIGO, asunto al que ya dediqué el spyp 582.  Chagall era judío y bielorruso. No hizo ascos al comunismo revolucionario y subsiguiente ateísmo, pero no olvidó las historias universales de la Biblia. De ahí que lo sienta como alguien muy cercano.


Notre Dame. Una Iglesia. Y también una mujer desnuda con su dios en brazos. Abajo, la cabeza de un animal. El mismo animal y en la misma posición que en el dibujo anterior. Quizás sea un autorretrato del propio Chagall.


Esta es la foto que trae de él la wiki. También me entero por la enciclopedia universal de la ciudad en que nació, Vitebsk, y echo un vistazo con google earth. Pero ya haré una visita más detallada en otra ocasión. Grandes avenidas... Mucha arquitectura comunista.


De este grabado que se mostraba en versión blanco y negro y coloreado, me fijo en la fecha: 1968, el año de las manifestaciones de París. Chagall tenía 81 años. Ponía en la etiqueta explicativa que lo pintó en Ginebra. Parece que mezcla sus recuerdos de los años de la revolución rusa con las noticias de los periódicos, y que  contempla la algarabía tumbado, rostro risueño pero... sin soltar la paleta de pintor en su mano derecha.


Una paleta que en el siguiente dibujo parece que fuera su propia polla eyaculando. Cuando vimos de lejos el siguiente grabado no podíamos creer lo que veíamos. Bueno, no es su polla eyaculando, es su paleta. Pero para el caso...


Después de la revolución Chagall y Malevich se hicieron cargo de la Escuela de Artes de Vitebsk pero se ve que sus criterios chocaron frontalmente.


Chagall dejó Rusia y se vino a París. No parece que le interesara la abstracción. Había descubierto algo mucho mejor: que se puede seguir pintando toda la vida igual que cuando éramos niños.


Porque aunque los niños no sepan reproducir tal cual la realidad mediante un depurado dibujo fotográfico, nadie duda de que éste es un autorretrato del propio Chagall con el mismo animal en brazos (¿un cordero místico?) que veíamos en los dos primeros dibujos.

Y aquí está otra vez, en manos de Noé, recibiendo por la ventana del Arca a la paloma que les anuncia que el diluvio (¿las manifestaciones comunistas?¿las de mayo del 68?)) ya han acabado:


Las historias bíblicas fueron nuestra común formación religiosa. Una formación en el recuerdo que se eclipsa ante ese otro descubrimiento de la verdadera y única religión: la del sexo y el amor rodeados de frondosa naturaleza:


O aislados en un rincón de la convulsa ciudad... junto a un pez, ese animal tan simpático que todos los niños dibujamos sin miedo. Ese alimento tan místico como el cordero. 


Y hablando de misticismo, mis dos últimos recuerdos de la exposición de Plaza Castilla van de ángeles. El que para el cuchillo de Abraham:


Y esta cuadrilla de tres, que escuchan a un profeta sentados tan ricamente a una mesa en torno a una botella de vino.


Rescato de los datos que entreveo en internet que en la última etapa de su vida, Chagall convirtió su pintura en decoración. Lo mismo fue llamado para pintar el techo de la Opera de París:


...que para pintar los vitrales de Reims:


Pintar como un niño y devolver la pintura a su papel decorativo. Me quedo con este Chagall con un cocodrilo en la camisa.


No quisiera acabar este pequeño recuerdo sin decir que Rosalía y yo nos quedamos impresionados de la cantidad de gente que había a las once y cuarto de la mañana en la semioscura sala de exposiciones de la Plaza de Castilla y del silencio respetuoso con que veían los cuadros. ¿Hay otra España? ¿Era la iinfluencia de Chagall?

jueves, 31 de diciembre de 2015

798. HABLAR (6). DEL CINE A LA PINTURA


Con las conversaciones me pasa últimamente como con las películas: que si no se mantiene un buen  ritmo cómico o dramático, bostezo, me aburro y no hago otra cosa que pensar en cuándo me levanto de la silla. Y lo tengo crudo pues por lo que veo en los comentarios y las críticas de cine, la gente tiene mucho más aguante que yo. Se tragan cualquier petardada y encima dicen haberlo pasado bien.

Item más: mientras el cine es una obra de creación que permite todo tipo de ajustes y correcciones, las conversaciones son obras de la improvisación, un arte que, como sé muy bien por mi paso por el jazz, necesita de todo tipo de tópicos o frases hechas para conseguir cerrar una intervención.

Durante mucho tiempo he solucionado mi problema a base de hablar más que nadie. La única forma de no aburrirme en una conversación es hablar yo y hablar yo. Algunas veces funciona; no me aburro; pero al acabar la conversación tengo una sensación muy molesta de haberme pasado mucho. Y de ser un maleducado (véase spyp 347). Por suerte no siempre es así, porque últimamente siempre me topo con alguien que quiere hablar más que yo -no sé muy bien si para no aburrirse o no, pero tanto da.

Debería revisar ese tipo de cine lento y parsimonioso, a veces plúmbeo, como el de Antonioni por ejemplo, en el que apenas pasa nada. En el que la esencia no es lo que pasa o lo que se dice sino tan sólo la puesta en escena de una atmósfera, una sensación, unos estados de ánimo, una pintura muda. Ah, sí, la pintura, ese arte sin palabras que tengo tan abandonado. Quizás debería volver a él también. Aunque solo fuera para hacer de cada conversación un cuadro.



martes, 8 de julio de 2014

748. CHARLES BURNEY - VIAJE MUSICAL POR FRANCIA E ITALIA EN EL SIGLO XVIII



Como leo cada vez menos, aún no se me ha ocurrido sacar la sección de mis lecturas a un posible spyLIBROS, aunque sólo con pasar a limpio las reseñas que tengo almacenadas en cuadernos de cuando leía más, ya daría para otro blog. Por otro lado creo que cada vez escribo más zafio y peor, así que cuanto menos escriba, menos daño le haré a la lengua y al conocimiento. Pero bueno, alguna cosilla, cuando menos, tendría que decir de algunos de los libros que pasan por mis manos y consigo leer enteros, como este de Charles Burney que descubrí gracias a la reseña, cómo no, de Javier Fernández de Castro. Me extrañó (e indignó) que ELPAIS, siendo el dueño del Boomerang, no pasara al periódico su reseña y publicara semanas después una de calidad bastante inferior. Seguro que es por alguna política editorial que condena a los mejores al ostracismo de la red.  Pero en fin, hablemos mejor del libro. O de la reseña de Javier. Una reseña es cosa breve y sintética pero aún así echo en falta en la suya alguna alusión a los momentos más emocionantes del viaje, como el encuentro con Voltaire en su casa cercana a Ginebra, o con Rousseau en París después de su exilio británico. Y en el plano musical, cuando ve a Mozart  en Bolonia asistiendo al mismo concierto que él (!!!). "El muchacho ha crecido mucho, pero sigue siendo bajito" nos dice, porque ya le había visto en Londres hace algunos años. Como esa coincidencia se produce el 30 de agosto de 1770, Mozart ya debía de haber escuchado el Miserere de Allegri (que solo se cantaba en Semana Santa) y haberlo transcrito con una sola audición, aunque lo curioso del caso es que el propio Burney lo publicó en 1771 a su vuelta a Londres (cosa que he sabido por la entrada del Miserere de Allegri en la wiki). ¿Se lo copió a Mozart o se lo sacó a alguno de los directores de la Biblioteca Vaticana? No lo dice en los diarios del viaje el pillo de él. 

La otra cosa que me apetece comentar y que he intentado sin éxito dejar escrito en los comentarios del blog de Fernández de Castro (eso de los comentarios en los blogs no deja de ser una memez) es que el relato de Burney, tan paralelo al de Casanova en muchos aspectos, carece tan radicalmente de lances sexuales o amorosos, que podría ser el perfecto ejemplo de aquel jocoso dicho: ¿Sex? no, thanks, I'm english, ja ja ja. Hombre por dios, el libro es una maravilla, pero es imperdonable que en cuatrocientas noventa y cuatro páginas no haya ni una sola alusión al divertimento u ocupación más apasionante de la humanidad. Mucho más apasionante que la música, por maravillosa que esta sea. Alguna alusión velada a estos asuntos podría encontrarse en su admiración hacia alguna pintura que ve en Nápoles, como esta representación de Rinaldo y Armida hecha por Annibale Carracci, que obviamente, en su libro no consta y que con el texto nada sugiere, pero que gracias a la maravilla de internet podemos ver de inmediato tras una sencilla búsqueda de google. 


Con eso mato dos pájaros de un tiro, porque alguna vez dije en este blog que también iba a poner pintura. Aunque lo que en verdad vengo a decir con todo esto es que cualquier lectura que hagamos en estos tiempos no será de estos tiempos si no hacemos de vez en cuando una visita el ordenador para ilustrarla convenientemente. Y con eso, claro está, las lecturas se alargan y alargan semanas y meses, como me ha pasado a mí con el entretenido libro de Burney.

Por cierto, antes de cerrar, me gustaría mandarle un abrazo y un agradecimiento al editor de Acantilado, Jaume Vallcorba, sobre todo después de que un amigo me dijera hace unas semanas que anda con una de esas enfermedades que apuntan hacia el fin. Tuve la suerte de que me lo presentara hace años en Barcelona otro amigo cuando tomábamos un café en una terraza de la parte alta de Balmes y pasara el buen hombre por allí. Fue un saludo breve, pero tan emotivo para mí como pudieron ser para Burney tantos encuentros maravillosos como tuvo en su viaje.

Y puestos a dar abrazos, otro a Carlos Andrés, el traductor y anotador, cuyo saber musical me deja más exhausto que las más exigentes pruebas deportivas.


miércoles, 22 de enero de 2014

697. PINTURA VICISITUDICA Y SORDIDEZCA



Entre los propósitos incumplidos del año nuevo del 2013 está el de haber visto más pintura y haberla comentado aquí. Creo que en todo ese año no pasé de dos cuadros. Por los periódicos leo que mi admirado Félix de Azúa está dedicando su jubilación a realizar ese tipo de tarea bajo el patrocinio del Museo de Prado. Pero como yo no estoy aún jubilado y mi única fuente es internet o las visitas a los retablos de los pueblos, una amiga de Barcelona ha llegado en mi ayuda y me ha descubierto un blog de pintura verdaderamente marafilloso: éste que les recomiendo hoy mismo desde aquí: EL HEMATOCRITICO DE ARTE

Su orijinal fórmula consiste en mostrar pinturas de segunda fila y hacer coña con una sola frase y un título imaginario en otro idioma. Yo ya sospechaba que si por una buena película hay mil colonoscópicas, por cada cuadro que figura en las Enciclopedias del Arte tiene que haber otros mil por ahí ignorados que ocultan verdaderas carcajadas al curioso. ¡Cuántas veces me habré contenido de fotografiar algún santo de iglesia de pueblo por la risa y el pudor! 

Pero el pudor no existe en internet y hasta lo más recóndito acaba por salir a la luz. Claro que, como la luz puede ser cegadora, no hay nada como vivir esa experiencia en buena compañía. Y la del Hematocrítico de Arte juro que lo es. Yo me siento a su lado, leyendo sus breves comentarios, como abriendo un post épico de Vicisitudes y Sordidez o, mismamente como... mirando estotro (!). 



lunes, 2 de septiembre de 2013

632. HARVEY DARGER



Nada mejor para acabar este verano dedicado (en parte) a leer y pensar sobre el dibujo, que haber dado con la maravillosa película/documental sobre HARVEY DARGER que recomendaba hace unos días masmaniasmias (ver blogroll adjunto). ¿Es el dibujo una antesala de la pintura? ¿Es el dibujo una herramienta del diseño? ¿Es una parte del desarrollo de nuestro ser que se corta cuando a partir de los diez años nos volvemos analíticos? ¿Es un pasto perfecto para el pedanteo de los artistas?.... Tantas y tantas preguntas sin contestar para al final descubrir con Harvey Darger que el dibujo no es sino otro de esos mundos fabulosos que están en nuestro mundo. En la habitación de al lado. En nuestras horas más solitarias. En nuestros deseos más infantiles. En ese viejecillo misántropo y machacado por la vida sin ninguna formación artística.


Eso es dibujo y lo demás son tontadas. Una necesidad. Una fuente incontrolable que mana de quien le toca, lo mismo que de otros brota la música, el fútbol, o correr por las cresterías vertiginosas de roca.


La originalidad de la temática conecta con los problemas del individuo, pero la magia del trazo, del color, y de las composiciones irradia una verdad mucho más difícil de atrapar.


Una verdad que seguramente tiene que ver siempre con la infancia, el sexo y la lucha, esos polos de energía que nos son comunes a todos y que tratamos de enterrar, ocultar o dominar en cuanto empezamos a hacernos mayores o nos quieren hacer mayores.


Energías que encuentran su expresión en la música, en el deporte o en la poesía, pero que también tienen su vía de salida a través del DIBUJO compulsivo. Seguramente, el mejor de los dibujos.


El más profundo, el más enigmático. El más laborioso, el menos pagado de sí mismo.


Cuadernos y más cuadernos. Murales de tres metros en papel estraza. Apuntes uno tras otro. El mismo dibujo mil veces repetido. Las mismas heroínas. El mismo delicado color de la acuarela.


 La película documental tiene una realización magnífica. Tan buena, que me da pena que estas cosas las echen por la caja tonta. Yo me la eché por el cañón de luz y su calidad aguanta. No recuerdo el nombre de la directora (me sonaba a oriental) pero no me quiero desviar del tema que este post va de DIBUJO y no de cine. Si queréis maravillaros con el DIBUJO, este es el lugar, este es el hombre, y no tanto libro ni museo.


lunes, 15 de abril de 2013

582. HIERONYMOUS BOSCH (h 1510), REMBRANDT (h 1662). EL HIJO PRÓDIGO



Dije en los propósitos de año nuevo que para dar un poco más de variedad a este blog (o sea, a mi vida espiritual) iba a incluir también pintura, pero sabéis que de buenos propósitos está empedrado el infierno (o empedrados los blogs). De todos modos aún no es tarde, y siempre se agradece que sea un tipo como Jünger quien haya venido a echarme una mano.

El 17 de mayo de 1939 escribe desde Kirchhorst que estuvo hablando con su hermano Friedrich George sobre el cuadro del Bosco "El hijo pródigo": "Cuando hace años fue subastado, contemplamos con detenimiento este cuadro, que ha dejado en nosotros una fuerte impresión. El hijo que tiene ya blancos los cabellos, al que le han arrebatado absolutamente todo, sus bienes, su cuerpo, su alma. Se ve claro que ya no llegará a su casa; en esto la dureza del pintor sobrepasa al texto de la Biblia. En el fondo del cuadro el ventorrillo, representado como una destartalada caseta de embaucadores e impostores; en la parte delantera del ventorrillo un borracho meando, mientras una puta deja colgar sus tetas por la ventana. Ya hace mucho que aquella gente se ha olvidado del hombre que allí dejó su herencia, su honor, su salud. El daño penetró hasta los tuétanos. Especialmente terrible resulta el que en este cuadro se concentre en la perspectiva de un único instante la totalidad de una vida equivocada. En la captación de esas cosas ningún otro arte llega a donde llega la pintura". 

Al transcribir palabra por palabra las frases del traductor noto que hay fallos. También al ver el cuadro: no son las tetas de un puta lo que cuelgan por la ventana sino una prenda de ropa. Gracias a internet, la forma de leer ha mejorado muchísimo. Cuando leí esa página en 1990 no existía la facilidad de encontrar el cuadro en unos pocos segundos. Ni tampoco dar en menos de un minuto con el evangelio donde se cuenta la parábola del hijo pródigo: San Lucas 15, 11-33. Lo que sí hice fue subrayar las dos últimas frases porque me parece magistral la observación de que la pintura sea el arte que concentra en un instante la intensidad de una vida. O al revés: que en aquel mundo con tan pocas imágenes, un cuadro adquiriese tal relevancia.

Rembrandt sin embargo se concentró en el momento en que el padre recibe al hijo pródigo, el momento en el que siendo yo niño me sentía más cerca de los escribas y fariseos que del Padre.


¿Qué justicia es la divina si finalmente al calavera se le trata como al justo, si no mejor? -me preguntaba yo. Se hacía patente una doble cara o una contradicción en Dios: Al justiciero y terrible Ser Todopoderoso del Antiguo Testamento se oponía ahora un Dios mucho más light, un Dios Perdonador. No toda la vida puede concentrarse en una equivocación, diría Jünger. Claro que la del hijo pródigo no es una equivocación momentánea pues tiempo tuvo hasta que se le pusieron los cabellos blancos de darse cuenta de ella. Porque se le acabó la herencia, que si no todavía estaría dando tumbos por ahí...

Digo yo que Jesucristo con esa parábola en vez de enseñar una lección nos creó una duda: la de si es el Perdón la mayor de las Verdades.


sábado, 12 de enero de 2013

518. PINTURA



"El problema de la pintura en nuestra época es que cuando vamos a verla, siempre vemos ingentes cantidades de ella. Un cuadro es como un libro o una obra musical, exige mucho, muchísimo tiempo. La hora y media (tiempo de una película) que nos podría exigir un solo cuadro, la solemos dedicar a ver todos los cuadros de un museo o galería. ¿No podrían organizarse exposiciones de un solo cuadro? ¿No podría organizármelas para mí?" (20sp99)

No tengo que rascarme mucho la cabeza para encontrar buenos propósitos. Me basta con abrir alguno de mis cuadernos de notas para recuperar viejos propósitos que nunca llevé a efecto. En realidad me había propuesto traer aquí algunos de los pensamientos de esos cuadernos (propósito previo) y mira por donde que abro uno de esos cuadernos y lo primero que encuentro es otro propósito. (¿Cuántas veces he dicho ya propósito? ¿No tiene sinónimos?)

Recuerdo que cuando acabé la carrera me enamoré de la pintura de Botticelli. Leí dos o tres libros monográficos sobre su vida y pintura y casi me sabía todos sus cuadros de memoria. Dos años después fui a los Uffizi a verlos en vivo y en directo, y me decepcionaron un poco. Me habían gustado más en los libros. En realidad creo que me gustaban más los fragmentos ampliados de sus cuadros que los propios cuadros. Si no recuerdo mal, creo que uno de los motivos de mi decepción fue el reducido tamaño que en realidad tenían.

Pienso en un cuadro de Botticelli para empezar a realizar mi propósito pero no doy con él. Ninguno me parece suficientemente convincente. Elijo a cambio este pequeño y delicioso fragmento. Quizás fuera ese el pensamiento que buscaba y que quería poner aquí.

(por cierto, la textura de fisuras que vemos superpuesta a las dos caras no es de Botticelli sino del deterioro causado por el paso del tiempo. Pero queda bien ¿verdad?)