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jueves, 31 de marzo de 2016

831. DISCURSO DE AZUA EN LA RAE Y CONTESTACION DE VARGAS LLOSA




Ya está colgado en youtube y es un lujazo que nos permitan ver estas cosas. Por deferencia al historial intelectual de Félix hay que verlo, pero os aseguro que yo no lo pasé nada bien. De hecho, creo que al final me hubiera quedado en un respetuoso silencio y no hubiera aplaudido. Me pasé la ceremonia como cuando tengo que ir a misa por algún funeral: pensando que el mundo es muy raro.  Sentí un gran alivio cuando en las filas de atrás encontré el rostro serio, soriano, adusto, elegante, de José Angel González Sáinz. También me emocionó que Vargas Llosa mencionara directamente a Savater, allí presente, al hablar del pensador comprometido con su tiempo. Por supuesto que se dijeron muchas cosas bonitas (también en misa creo que las dicen) pero vi tantas cosas extrañas, también algunas caras indeseables, mucha beatería, había tanto olor a colonia o neftalina, tantas contradicciones entre lo que se dice y se hace, que salí hecho un mar de dudas y me costó coger el sueño. Mejor verlo a media tarde, no sea que os pase lo mismo.


domingo, 12 de diciembre de 2010

181. UN DISCURSO EN INTERNET

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En el paraíso de la brevedad que es internet a veces vale la pena detenerse más de un minuto ante algún hallazgo, máxime si se trata de un género arcaico ya en desuso y obsoleto: el discurso.
La sala de entrega de los Nobel (o la de los Principes de Asturias...) y los personajes que pueblan esas salas parecen pertenecer a otro mundo, un mundo cada más más exiguo y decadente, el mundo de los premios, los políticos, los figurones y... los discursos.

Pero como decía aquel bello verso de Hólderlin, en el peor estercolero crece una flor: en internet no todo es breve y en la sala de los Nobel no todo es tedio. El discurso de Vargas Llosa en la recepción del Nobel, colgado en internet al poco de producirse (ayer, 11 de diciciembre del 2010 a las 7:30) es una bella flor que merece la contemplación de cincuenta y cuatro minutos. Aunque no sea más que para oír en ellos la frase de la democracia liberal y el RESPETO A LA CRITICA, o esa otra en la que se dice que CRITICA ES EL MOTOR DEL PROGRESO. O para ver que en un discurso pronunciado entre mármoles, paredes doradas y lamparones de cristal, además de frases bien construidas, caben otras muchas cosas.
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lunes, 22 de noviembre de 2010

179. LAS FOTOS DE ROGER CASEMENT

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Una de las cosas que se dicen en EL SUEÑO DEL CELTA es que, a pesar de las dificultades de aquellos tiempos, Roger Casement hizo un uso intensivo de la fotografía para ilustrar los informes de la explotación de los indígenas en el Congo y en la Selva Amazónica. Y que inspirado por sus inclinaciones eróticas..., también hizo uso de la cámara fotográfica para captar a los muchachos desnudos que se bañaban en los ríos.

Pues bien, he buscado en internet a ver si encontraba tan interesantes fotos y no he conseguido gran cosa.

Por lo menos he logrado hacer un pequeño álbum del personaje (fotos de arriba); he descubierto una publicación en inglés que parece contener fotos de Casement (a ver si pronto corren por la red);



Y he dado con unas pocas fotos de indígenas atribuidas dudosamente a Casement entre las que destaca la de un castigo con látigo que más parece la foto de un pullitzer reciente sin escrúpulos que la de un investigador del siglo XIX: no creo que Casement pudiera ponerse tranquilamente a hacer esa foto mientras ajusticiaban a un pobre negro atado al suelo. Porque en tal caso el personaje se volvería más dudoso aún.




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domingo, 21 de noviembre de 2010

178. MAS DE AFRICA Y MUCHO MAS

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Como mi deuda (de ignorancia) con Africa es inmensa y la lectura de Ebano no cubrió ni los céntimos, bastó que viera que parte del último libro de Vargas Llosa tratara sobre el Congo para que me lo comprase. Homenaje por mi parte al recién Nóbel y segundo plazo de amortización con el continente negro. El problema es que te pones a leer, y del Congo saltas a la selva amazónica, de la selva a los problemas de la independencia de Irlanda en el escenario de la Primera Guerra Mundial y de ahí a la aventura vital del personaje de la novela, Sir Roger Casement, o a las de sus coetáneos Conrad y Stanley, o por qué no, a las peripecias literarias o investigadoras del laureado escritor peruano. Ya sabes, tiras del hilo y en vez de sacar un hilo te ves en un lío. Es lo que tiene leer.

Acabado el libro y antes de ponerme a escribir esta mínima nota he releído las reseñas que publicó el Babelia de ELPAIS hace sólo unas semanas para su propaganda. Son malísimas, claro. El género público de la reseña está en unos niveles lamentables. Entre la propaganda encubierta y la simple y descarada publicidad, no hay duda de la superioridad de esta última.

Vamos directamente con el libro: un novelón extenso sobre un trabajo de investigación exhaustivo al que le sobra mucha literatura. Chirría mucho lo de novelar una biografía, sobre todo en los pasajes en los que el novelista quiere contarnos los inaccesibles pensamientos del personaje, los detalles ambientales o las corrientes de brisa por entre las habitaciones.

Como para vender el producto los reseñistas ya mezclaban las grandes aventuras y viajes de Casement con su errática vida sexual, yo esperaba que Vargas Llosa no se hubiera andado con muchos remilgos a la hora de tratarla, y aunque en los breves momentos en que entra en ella lo hace con gracia y sin prejuicios, sabe a muy poco. Son pasajes breves y esporádicos que yo esperaba que se hubieran ido ampliando a medida que avanzase la novela, pero no es así.

Me entero por una de las reseñas que los Black Diaries (los diarios de su vida sexual) están practicamente publicados en Inglaterra dentro de "Roger Casement. A biography", de William Bryant (Universe 2007). El libro de Vargas Llosa pinta la vida sexual de Casement como algo yuxtapuesto o externo al tronco central de su vida. Como un pasatiempo prohibido y oculto. Unos pasajes breves y generalmente incontrolables. Y eso es lo decepcionante del libro: que la historia de un hombre que vive y se debate entre las grandes maldades del colonialismo o los grandes sueños de libertad nacionalistas, se pierda en hablar del barro de los caminos o las florecillas emotivas de la costa irlandesa y dé tan poca entrada a los impulsos y deseos íntimos (las grandes contradicciones) del personaje.

Aunque quizás esa pueda ser la clave del gran fracaso vital de Roger Casement que no acaba de contar Vargas Llosa: que la libertad y la fraternidad no se logran con nuevos discursos del poder o la moral nacional, sino con nuevas formas en las relaciones sexuales entre los seres humanos. Formas y relaciones que aún están por contar más allá del morbo que vende libros, y que bien podría haberlo hecho en EL SUEÑO DEL CELTA este Nóbel nada nóvel.

(Y ya que tratamos de sueños y de presos célebres, me viene a la memoria un singular pasaje de la "Historia de mi Vida" de Casanova, cuando estando en la prisión de los plomos maldice al carcelero que le despierta de uno de ellos: porque sólo en los sueños, escribe Casanova, somos verdaderamente libres).
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