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jueves, 3 de abril de 2014

730. VIAJES SPYPNIC


¿Os acordáis de cuando el sPyP se convirtió en la mejor agencia de viajes del mundo? Pues con este enlace que os pongo no se os va a olvidar tan fácil, porque para huir del periodismo y la política no hay como hacer de vez en cuando un viajecito por el mundo. También vale para descubrir que la risa no es sólo una válvula de escape para sobrellevar lo que cada día nos trae el periodismo y la política, sino también un antídoto contra el miedo. Qué digo miedo, ¡¡¡pánico!!!

Viaje con sPyPnic. Y disfrútelo a tope.





domingo, 14 de abril de 2013

581. KIRCHHORST. BAJA SAJONIA



Como hoy hace un domingo primaveral y no tengo programada otra salida que un paseo vespertino, he pensado que no estaría mal encender esta mañana los cohetes del sPyPnic para irnos a KIRCHHORST, el pueblecito de Baja Sajonia donde Jünger empezó sus diarios de la Segunda Guerra Mundial. 

Cuando leí RADIACIONES por primera vez, también lo localicé, pero un atlas con bastante mala escala que no me daba una idea del lugar ni remotamente aproximada a como nos lo ofrece ahora Google Earth. (¡Qué maravilloso es leer ahora cualquier cosa pudiendo ponerla rápidamente en su lugar!). 


Muy cerca de Hannover, un poco al noreste de esta gran ciudad, Kirchhorst conserva aún su perímetro rural. Si nos acercamos da la impresión de que ha crecido bastante y que el pueblo original estaría pegado a la carretera que pasa por el sur de la actual aglomeración de casas. 


Busco en esa zona alguna foto que pudiera decir "casa donde vivió Ernst Jünger" pero no hay nada de nada.
En la página escrita el día 7 de abril de 1939 Jünger dice que fue a la pequeña iglesia del pueblo, y da un dato muy preciso: "el camposanto adosado a ella linda con mi jardín".


Solo dos o tres casas lindan con el camposanto de la pequeña iglesia de St Nikolai que sí que tiene dos o tres fotos en Panoramio. Tomo prestada una de ellas:


Por detrás de la iglesia y el camposanto está el Weltkriegdenkmal. Mi alemán ya me da para traducirlo (!): Monumento a la Guerra Mundial. 


Cuando necesitaba semillas o alguna herramienta para el cultivo de su huerto, Jünger iba en bici hasta Burgdorf, un pueblo algo mayor situado al Este de Kirchhorst. 

El 19 de mayo les recogen en coche a Jünger y a su hermano Friedrich Georg y se van hasta Rehburg donde ven la casa que habitaron antes de la Guerra (la Primera, o sea, de niños). Rehburg está al oeste de Hannover y parece no haber crecido tanto como Kirchhorst. Sigue siendo un reguero de casas junto a una carretera. 

Hace unas semanas conté en otro de mis blogs un pequeño paseo en bicicleta por el norte de Freiburg, en el que pasamos por varios pueblos. La vida en los pueblos cambió con la llegada de los coches, luego con los teléfonos y ahora con internet. Pero los pueblos alemanes tienen una consistencia y una solidez muy distinta del caos en que se han sumido los nuestros. Tuve la suerte de ver cómo era la vida en uno de ellos cuando pasamos un verano en una casa de pueblo cerca del lago de Constanza. 

Jünger se fue de Berlin a Kirchhorst huyendo de la locura en que había caído su país. Nosotros seguimos marchándonos de los pueblos a la ciudad para huir de la brutalidad de sus gentes, de su estrechez de miras. 

Allí perdido en las llanuras de Sajonia que atravesamos (lo recuerdo bien) cuando fuimos de Münster a Berlin en el año 2006, sigue estando Kirchhorst. Sin una foto en Panoramio que recuerde que allí inició Jünger la escritura de Radiaciones. He buscado por otras webs alguna foto de la casa, alguna otra foto de Kirchhorst pero no he tenido mucha suerte. He encontrado mucho sobre Wilflingen, el pueblo de Tubinga donde pasó la última parte de su vida y donde está enterrado. Hay webs muy interesantes  de estudiosos de Jünger (por ej. ANARCH) con muchos videos de sus últimos años y muchas fotos de su última casa. Incluso si vamos a Wilfliingen con el sPyPnic veremos que también en Google ponen fotos. 

Pero nadie parece haberse interesado por Kirchhorst. De ahí la pertinencia de este pequeño viaje dominical. 



domingo, 21 de octubre de 2012

458. EL PASO DE LAS TERMOPILAS II



Que los viajes sPyPnic son mucho más divertidos que los viajes así llamados "reales" se demuestra en estas pocas fotos de nuestra visita, este verano, al célebre paso de las Termópilas al que ya habíamos ido con el sPyPnic tal que por aquí, y que ya habíamos revisitado con el peñiculón de los 300, tal que por esta otra parte.

Camino del Olimpo el día del Señor de 8 de agosto del 2012, iba yo conduciendo con la emoción propia del caso, cuando en llegando al fondo del Golfo Malíaco empecé a sentir las vibraciones de la gloriosa sangre espartana allí mismo derramada con tanta generosidad. Sensación que se aprecia perfectamente en esta secuencia de dos fotos hechas peligrosamente desde la misma posición del conductor:



En saliendo de la autopista gracias a un pésimo cartel y dando un rodeo inexplicable de esos que diseñan los ingenieros de caminos de todo el mundo para joderte un poco, arribamos a un enorme parking donde había un grupo de moteros dizque polacos que yo tomé por persas (véase la primera foto del post).

Inmediatamente me puse del lado de Leónidas y de la fuerza de la moderna electricidad:


Puse gesto fiero, y conseguí que los persas huyeran hacia el norte sin el más mínimo derramamiento de sangre.


A falta de sangre, nos fuimos a tomar un café a un barzucho que hay un poco más adelante, o sea, por donde habíanse ido los moteros, y entre el precio que nos cobró por dos lamentables capuchinos y que el tío  se hacía el loco a la hora de darme las vueltas..., ya se me hizo a mí la malasangre.


Lo que arreglé rápidamente con unas risas al comprobar que pequeños deterioros en las letras del rótulo del Thermopilas Snack Bar, lo habían convertido en un mucho más modenno y adaptado a nuestros tiempos, The mopy.

Con lo que se demuestra que también los viajes reales pueden ser tan divertidos como los del sPyPnic. Y vuelta a empezar.


viernes, 30 de marzo de 2012

373. AVILES. ASTURIAS



Los inteligentes lectores del sPyP que hayan picado en CASCOTES para ver los huevos de Niemeyer se habrán quedado con las ganas de algo más sustancioso que las tonterías que escribe el autor de ese frikiblog por lo que nada mejor que coger el spypnic e irnos a dar una vuelta por allí. O mejor dicho, el spypnic y las fotos mi DD porque en septiembre del 2005 estuve en Avilés con mi amigo Tachi y sus colegas y tenía guardadas unas afotos que, de no ser por el superavit arttittistico que tengo, bien que podría ponerlas en SOLO IMAGENES.

Fijaros qué monada la que he puesto ahí arriba. Parece una postal. Aunque de eso nada, ah, porque lo que retrata esa foto de la ría de Avilés mirando hacia los altos hornos de Ensidesa es justo el lugar de la cagada blanca del Niemeyer. Más o menos en el centro, entre aquel remolcador naranja y blanco de la derecha y las cuatro chimeneas de los altos hornos del fondo.

El motivo de aquella visita a Avilés fue precisamente ver el espectáculo industrial de la industria del hierro. Os pongo sólo cinco fotillos para que os hagáis una idea, es decir, sólo una idea, porque la emoción que allí se siente es otra cosa que sólo se puede sentir allí... (ja ja ja ja cada vez escribo peor).






Buah...! En dos palabras: im  presionante. 

Después de estar como tontos mirando el espectáculo de las coladas de hierro y de las nubes de vapor de la refrigeración, fuimos al casco viejo de Avilés y aunque en el caserío y barrios de alrededor quedaban las huellas de un pasado urbano y social bastante duro, me quedé bastante impresionado del buen aspecto de sus calles centrales, todas limpias, urbanizadas y peatonalizadas, como viviendo una época de oro después de la del hierro. Os pongo solo un par de fotos porque ya sabéis que las peatonalizaciones no me gustan un pelo, pero bueno, lo hago porque expresan bastante bien el nuevo look urbano de los prósperos días del 2005. 



Pero de como de las peatonalizaciones a los huevos blancos de hormigón va un paso, y los cascotes esos ya los hemos visto en su blog correspondiente, os invito a montaros ahora en el spypnic para tomar altura y ver donde está cada cosa. En primer lugar, los chirlos del Niemeyer, ubicados en el mejor de los lugares de Avilés, es decir, al fondo de la ría, entre el casco urbano y la gran explanada industrial donde se ubican los altos hornos:





Más allá de la impresionante plataforma negra de los altos hornos, a la izquierda de la imagen se ve otra instalación industrial no menos grandiosa que corresponde a los trenes de laminación. No pudimos acercarnos en aquella visita y sólo hice un par de fotos de recuerdo. 



Y para acabar, una última innovación técnica. Como con el spypnic y google earth también podemos viajar en el tiempo, le doy a un botón y podemos ver ahí abajo el casco urbano de Avilés, los Altos Hornos de Ensidesa y el fondo de la ría sin la memez esa de los bultos blancos gigantescos de tan inspirada creación:



Está claro que no vivimos en el mejor de los mundos ni en el más auténtico, pero lo que está más claro aún es que tenemos unos chismes para verlo e imaginarlo, que consuelan mucho. A que sí?