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martes, 1 de marzo de 2016

821. PAULA BONET - 2016 - CONFERENCIA EN LA ESDIR



Si alguien me hubiera dicho hace unos años que un ilustrador podría llegar a convertirse en un fenómeno de masas, hubiera pensado que estaba chalado. Bien sé que el don de dibujar tiene un gancho especial, como también lo tiene el de hacer virguerías con un saxofón o con unos patines en los pies; pero ese tipo de habilidades suelen despertar admiración en círculos reducidos y cercanos al artista, que poco o nada tienen que ver con la entrega a que por ejemplo mueve una estrella del rock. Lo cierto es que vivimos en tiempos raros en que los medios de comunicación y las redes sociales juegan con el destino de los humanos como nunca antes había pasado.


Es el caso que unas semanas antes de que viniera la ilustradora Paula Bonet a dar una charla en la Escuela de Diseño de La Rioja, mis alumnos de primer curso de Diseño de Interiores, que apenas conocen a un sólo diseñador y a los que tengo que llevar de la oreja al Salón de Actos cuando llegan las conferencias de las Jornadas de Diseño o viene alguien importante a la Escuela, esos pipiolos de alumnos, digo, ya me estaban preguntando si les iba a dejar ir a la conferencia de Paula Bonet en caso de que coincidiera con mi horario de clases. ¿Paula Bonet? les dije, ¿quién es Paula Bonet?


Después de haberme informado un poco (¡ah!, bien, una dibujante, eso no les hará mucho mal) llegó el viernes 26 de febrero y cerré la clase para ir yo también a ver a Paula Bonet, y al entrar en la atestada sala, me crucé con la Jefe del Departamento de Diseño Gráfico que me dijo si quería que me presentara a la ponente. Como en esos minutos confusos previos a una conferencia no tiene mucho sentido una presentación y yo nunca he tenido afición a saludar por saludar a gente importante, rehusé amablemente la invitación y me fui a sentar a un sillón esquinado de la primera fila, que era de lo poco que quedaba libre.


La conferencia, como suele suceder en estos casos, fue un despropósito (pero no seré yo quien exija a un dibujante que sepa dar conferencias). Paula empezó presentando su último trabajo, un libro sobre Truffaut, hablando de su amor, o mejor dicho, del amor universal a Truffaut, sin darse cuenta de que el noventa por ciento de los alumnos que estaban en la sala no sabían quién era Françoise Truffaut, ni habían visto una sola película suya (y ese dato no me lo puede rebatir nadie porque soy profesor de Cultura del Diseño y cuando les pongo Farenheit 451 pregunto si saben quién fue Truffaut).



Sin venir a cuento dejó empantanada la historia de la creación del libro de Truffaut para ir saltando a otras cosas, por lo que consciente de su desorden expositivo (que tonta no es) pidió a la sala que le interrumpiera cuando quisiera con preguntas o comentarios... Estuve a punto de ser el primero en interrumpir y hacer un comentario hiriente para decirle que cuando te invitan a dar una conferencia (o una clase) hay que dar una conferencia y no dar la voz a los alumnos, quienes por lo general no hacen mas que preguntas tontas descalabrando así cualquier intento de discurso ordenado.


Pero no lo hice, claro está, porque por muy borde que sea yo, todavía tengo a la cortesía por un valor muy superior de convivencia, y porque era mucho mejor ver en pantalla grande el espectáculo de sus dibujos y que se perdiera sola con las historias de sus libros, su vida, sus entrevistas o sus amores, y sobre todo, con los hilos de su éxito y su fama internetera.


Cuando acabó con todo ello vinieron las preguntas (¡trágame tierra!), y desde la primera a la última, ya lo sabía yo, cada cual más tonta. Pero hete aquí que cada pregunta tonta (¿cómo eliges la portada de tus libros? ¿por qué la insistencia en el color rojo?¿porqué dibujas sobre todo retrato? etc), Paula la volvía interesante respondiendo siempre con algo inteligente y entusiasta, y sin apenas darme cuenta empecé a babear en mi asiento como si estuviera a seis metros de mi más adorada estrella del cine.


A veces empezaba su respuesta con alguna frase tan tonta como la pregunta: ¿que por qué dibujo caras? anda ¿y a tí por qué te gusta el vino...? Pero rápidamente entraba en materia: yo siempre quería haber pintado caras. Fui a Bellas Artes a aprender a dibujar caras porque en las caras está todo, porque las caras me dicen mucho; pero como me salían tan mal, en los dibujos al natural le pedía al profesor a ver si podía cortar la cabeza a las figuras. Y como tenía ese deseo (el deseo de pintar el alma, pensé yo por lo bajinis, porque ella quería decirlo pero no le salía, o no quería decirlo porque pudiera parecerle cursi...) como tenía ese deseo, -decía Paula-, insistí e insistí con lo de los rostros y ahí sigo.


Entre eso y sus repetidas declaraciones de entusiasmo por un trabajo tan placentero como dibujar  -"¿pero no os pasa que cada vez que hacéis una raya y le encontráis un sentido experimentáis un placer enorme...?¿pero no os dais cuenta de lo afortunados que somos pudiendo obtener placer en el trabajo?"- yo ya estaba completamente entregado; tan entregado que saqué el facebook, le di a "me gusta" y me convertí en el fan 348.865 de esta tipa.


Me hubiera gustado entonces saludarla o darle mi mano como muestra de agradecimiento por sus dibujos y palabras, pero en cuanto acabó la conferencia se formó una larga fila de alumnos esperando que les firmase un autógrafo o una dedicatoria y renuncié al saludo personal, opté por darle discretamente las gracias a Mónica Yoldi, la Jefe del Departamento de Diseño Gráfico por haberla traído a la Escuela, y me fui a clase a pagar mi óbolo, es decir, a corresponder a Paula con algo que estuviera a la altura de sus méritos.

Nada mejor, pensé en seguida, que enviarle la frase de Truffaut que dio origen en este blog a la sección "diosas spypnic" (v spyp 220) para poder ponerle a ella en uno de sus altares, imaginando que la conferencia de la Escuela no fue otra cosa que una película de esas que empiezan mal pero que al final se hace con las tres estrellas, máximo galardón que aquí damos. Película dirigida por Mónica Yoldi, y en la que José Angel Martín no sé muy bien que papel tiene, pero también salió en la foto:


(Javier Dulín, que estuvo a mi lado haciendo risas y compartiendo entusiasmo por la peli, ha estado un poco más lento, pero ya me he enterado (así de cotilla es facebook) de que es el fan número 348.871 de Paula)

lunes, 2 de septiembre de 2013

632. HARVEY DARGER



Nada mejor para acabar este verano dedicado (en parte) a leer y pensar sobre el dibujo, que haber dado con la maravillosa película/documental sobre HARVEY DARGER que recomendaba hace unos días masmaniasmias (ver blogroll adjunto). ¿Es el dibujo una antesala de la pintura? ¿Es el dibujo una herramienta del diseño? ¿Es una parte del desarrollo de nuestro ser que se corta cuando a partir de los diez años nos volvemos analíticos? ¿Es un pasto perfecto para el pedanteo de los artistas?.... Tantas y tantas preguntas sin contestar para al final descubrir con Harvey Darger que el dibujo no es sino otro de esos mundos fabulosos que están en nuestro mundo. En la habitación de al lado. En nuestras horas más solitarias. En nuestros deseos más infantiles. En ese viejecillo misántropo y machacado por la vida sin ninguna formación artística.


Eso es dibujo y lo demás son tontadas. Una necesidad. Una fuente incontrolable que mana de quien le toca, lo mismo que de otros brota la música, el fútbol, o correr por las cresterías vertiginosas de roca.


La originalidad de la temática conecta con los problemas del individuo, pero la magia del trazo, del color, y de las composiciones irradia una verdad mucho más difícil de atrapar.


Una verdad que seguramente tiene que ver siempre con la infancia, el sexo y la lucha, esos polos de energía que nos son comunes a todos y que tratamos de enterrar, ocultar o dominar en cuanto empezamos a hacernos mayores o nos quieren hacer mayores.


Energías que encuentran su expresión en la música, en el deporte o en la poesía, pero que también tienen su vía de salida a través del DIBUJO compulsivo. Seguramente, el mejor de los dibujos.


El más profundo, el más enigmático. El más laborioso, el menos pagado de sí mismo.


Cuadernos y más cuadernos. Murales de tres metros en papel estraza. Apuntes uno tras otro. El mismo dibujo mil veces repetido. Las mismas heroínas. El mismo delicado color de la acuarela.


 La película documental tiene una realización magnífica. Tan buena, que me da pena que estas cosas las echen por la caja tonta. Yo me la eché por el cañón de luz y su calidad aguanta. No recuerdo el nombre de la directora (me sonaba a oriental) pero no me quiero desviar del tema que este post va de DIBUJO y no de cine. Si queréis maravillaros con el DIBUJO, este es el lugar, este es el hombre, y no tanto libro ni museo.


jueves, 22 de agosto de 2013

628. LECCIONES DE DIBUJO - ed Cátedra, 1995



Consigo acabar las LECCIONES DE DIBUJO de ed. Cátedra antes de que LAS LECCIONES DE DIBUJO de ed. Cátedra consigan acabar conmigo. La técnica que aconsejo para semejante logro es la de no enfangarse en los textos ni perderse en los dibujos, sino leer a saltos y tomar conciencia de en qué página o capítulo se está. Como te despistes un poco y te pongas a leer una página de un tirón te puede dar un mareo y necesitar asistencia médica. O psicológica.

Conseguida tamaña hazaña es lógico que me pudiera perder contando las miles de cosas aprendidas pero por ser breve y conciso (justo lo contrario de lo que he leído) tan sólo diré una: que ojalá me hubiera pasado el verano dibujando en vez de leyendo estas lecciones de dibujo. Seguro que hubiera aprendido mucho más, me lo hubiera pasado mejor, y ahora tendría algún dibujillo decente que poner en mi blog de rayas y colorines. Pero un profesor trabaja para sus alumnos y no para su jloria personal, y yo tenía que leerme este verano las LECCIONES DE DIBUJO de editorial Cátedra, sí o sí, fuera como fuese.

Lo bueno de leer en estos tiempos de internet es que, aunque no aprendas nada leyendo, al menos conoces gente, porque pones sus nombres en google y te enteras de sus vidas y milagros. De las tres eminencias que predican en las primeras y larjas lecciones del libraco, es dicir, JUAN JOSE GONZALEZ MOLINA, LINO CABEZAS Y JUAN BORDES, no diré más que lo dicho en el post del otro libraco de dibujo que comenté unos posts atrás al comienzo de las vacaciones (v sPyPnic 622) no sea que su fama y jloria se acreciente más de lo aconsejable y hagan piña con mis amigos de Ribafrecha.


Pasadas las sabias lecciones del trío calavera, me dio un espasmo (o un espanto, no lo recuerdo muy bien) cuando ataqué el artículo de MARINA NUÑEZ dizque feminista por el presentador (como habrán ustedes imaginado) don Juan José, tirulado (o titulado, que tanto más me da la errata) RAZONANDO LA CORPULENCIA. EL DIBUJO DE LAS MODELOS. Creo que va sobre el interesantísimo tema de por qué los pintores se ponen chicas desnudas en sus estudios para pintarlas, asunto que siempre me ha intrigado mucho (o que me ha dado mucha envidia, vaya) pero como no conseguía entender absolutamente nada, lo he dejado para este invierno cuando la mente se me refresque.

Mucho me temo que el rosario de meritorios que vienen después, más pagaron por estar en el libro que recibieron algo por él. Se les ve esforzados, pero también escorados, por lo que sus artículos lo mismo podrían estar en alguna publicación del Instituto de Estudios de su Provincia que en los Anales de la Real Academia de las Bellas Artes, que como son bellas, tiene un corazón ancho y hermoso para que todo meritorio quepa en ellas. Pongo el listado por si ustedes quieren contratar a alguno de ellos para hacerle el retrato a su abuela:

MIGUEL COPÓN, que escribe sobre "Conocimiento como naturaleza muerta" (!)
RAMON SALAS, que escribe sobre "Modelos en libertad" ele
IGNACIO CABALLO, que escribe sobre la "Educación sentimental" ah
MANUEL BARBERO, que nos ilustra sobre "De lo imaginario representado", vaya, curioso.
MARINA CASADO, que reflexiona sobre el dibujo y los "Caligramas" sin que entendamos apenas nada
y XAVIER FRANQUESA, que riza el rizo y nos habla, ah, del "dibujo como escritura del material" !!! (todavía no salgo de mi asombro cuando veo tantas letras juntas).

Saco de la lista al único escribidor que parecía tener la cabeza sobre los hombros, un tal CARLOS MONTES, quien bajo el oscuro título de DESCRIPCION Y CONSTRUCCION DEL UNIVERSO, escribía cosas que se entendían y que daba gusto leer. ¡Albricias!


Infestigo un poco poniendo Carlos Montes en google y lo mismo me sale un político chileno que un esforzado artista peruano. Infffestigo un poco más y creo adivinar que el Carlos Montes de las Lecciones de Dibujo es un arquitecto más o menos de mi edad (glup), profffesor de dibujo en la escuela de arquitectura de Valladolid, dado a cosas de esas de las Academias (reglup) y que de segundo apellido es Serrano.

Volveré con gusto a releer el artículo de Montes, y en todo caso hasta es posible que relea el artículo de Marina Nuñez si alguna noche me da la llorera y no tengo whisky a mano. Son lo más sensato y lo más loco que se puede encontrar en tan plomizo libro.

Tan plomizo tan plomizo, que si lo pienso bien casi me devuelve la fe en la humanidad: ¿será porque son un plomo porque la gente ya no lee ningún libro? Bienaventurada la Humanidad por su sensatez y maldito de mí por creer todavía que un libro es cosa buena.

Menos mal que por lo menos me redimo diciendo que hay muchos que no son nada aconsejables... j j j y que mejor ahorrar papel y escribir en la red que se hace menos daño al planeta.

miércoles, 7 de agosto de 2013

624. MUSEO DEL DIBUJO DE LARRÉS



En el Museo de Larrés...
se te cae el alma a los pies
ja ja ja ja ja
(y sin haberlo deseado
me ha salido un pareado).

...al ver la entrada, claro. Materia para un Cascotes, o de un posible FEA ES ARACHON (Aragón en aragonés, ja ja ja).

En realidad se trata de una cosa bienintencionada, es decir..., de esas buenas intenciones de las que está empedrado el infierno. El SERRABLO es una región en torno a Sabiñánigo que como tantas otras de nuestra Eepaña desarrollista, sufrió la emigración y el abandono a partir de los sesenta del siglo veinte. Llegados a los ochenta, los emigrantes abandonadores desarrollaron también una nostalgia hacia sus lugares de origen y se dijeron que había que hacer algo por ellos. Por ejemplo, un Museo. Por ejemplo restaurar un castillo, ay. Y así nació el Museo de Larrés, que mira por donde lo dedicaron al DIBUJO, esa extraña y extemporánea tarea de la que me vengo ocupando últimamente. Así que estando por aquí yo ¿cómo no acercarme a verlo? Y eso hice.


Un castillo es un castillo (me repito), una ruina es una ruina y un museo no es ni un castillo ni una ruina. Si se restaura un castillo que sea para castillo, y si se quiere hacer un museo que se haga un museo. Pero ¿un museo del Dibujo en un castillo? ¿Necesita el "dibujo" un museo? Lo que necesita el "dibujo", como tantas otras disciplinas del saber (p.e la arquitectura o el periodismo, sin ir más lejos) es un replanteamiento, un estudio en profundidad. Una refundación. Y como Vds habrán adivinado, nada de eso hay en ese antiguo Castillo de Larrés con jaula acristalada de entrada.

Lo que hay, cosa igual de fácil de adivinar, es una generosa colección de dibujos de todos los dibujantes españoles (artistas mayormente) que han querido que su nombre esté ahí, porque lo importante para un nombre, es decir, para un artista, es estar siempre ahí. Que me se vea.

Todos los dibujos y dibujillos están revueltos y muy enmarcados (a algunos parece que les falta dibujo o les sobra marco) y cosa sorprendente, también entra "lo dibujo abstracto" que por definición es "lo no dibujo". En lo alto de una de las torres han puesto a los dibujantes del TBO, lo que está muy bien y es muy propio, porque según yo creo, son los dibujantes más dibujantes del dibujo. El problema es que te pones a reír con sus chistes e historietas y te olvidas de que estás en un museo, aunque como estás de pié, te cansas mucho. Sobre todo con la calor que hacía la tarde que lo visitamos. El castillo tiene cale pero no aire acondicionado.

Por decir algo bueno, lo mejor del castillo son sus vistas. La peña Oroel está preciosa desde uno de sus asientos ventana. Y la vista del vasto barranco que baja de la parte trasera de la zona de la sierra "dera Partacua" (dicho así en arachonés, como pone en los nuevos mapas arachonesistas) es fantástica.

Pero para ver vistas jrandiosas no hace falta gastarse los dineros en restaurar castillos ni formar colecciones de dibujos de artistas, ni pagar 3 euros de entrada. Subes al monte y ya. Pero eso en el otro blog y cuando tenga tiempo.

miércoles, 17 de julio de 2013

622. DIBUJO, BELLEZA, RAZON, ORDEN Y ARTIFICIO. 1992. Varios autores.



Sigo este verano pensando no sólo en "cómo se aprende" a dibujar sino sobre todo "para qué" sirve el dibujo y si en estos tiempos tiene algún sentido dibujar. El resultado de mis pesquisas y reflexiones debería de ponerlos en el blog PEQUEÑAS LECCIONES DE DISEÑO, como hice con el libro de Betty Edwards, pero como poner a parir un libro sobre el DIBUJO no me parece muy instructivo, pues dejo aquí un comentario de sus contenidos y de sus autores como recuerdo, y a otra cosa.

EL DIBUJO. BELLEZA, RAZÓN, ORDEN Y ARTIFICIO, publicado en 1992 no es realidad un libro sino un mamotreto de esos que te llevas después de ver una exposición sobre el "dibujo académico o de bellas artes" que se montó en el Palacio de Sastago de Zaragoza en aquel mismo año. Mamotreto por el que desfilan sesudísimos textos de los colaboradores y amigos de los comisarios de la exposición sin más orden y jerarquía que la "fama pedagógica" o importancia artística de sus personajes.


El más nombrado de todos, el infortunado catedrático de dibujo de la facultad de Bellas Artes de Madrid, Juan José Gómez Molina, abre fuego confesando que "el trabajo surgió de la necesidad de reconsiderar el papel de la Enseñanza del Dibujo", lo cual está muy bien si no fuera porque todo lo que sigue, bien suyo o de sus colegas, no tiene visos de reconsideración alguna, sino que todos los textos navegan por la misma pedantería en que se mueve el mundo del arte desde que éste se volvió tanto o más abstracto que el más abstracto de los pensamientos.

Dicho de otro modo. Desde hace varias generaciones, los licenciados de Bellas Artes salen de sus facultades sin saber dibujar, porque para hacer arte abstracto ya no hace falta saber dibujar. Y como desde hace ya un siglo la pintura se ha vuelto abstracta, pues los artistas creen que los discursos sobre el arte pueden volverse tan abstractos como la propia pintura, así que dale a la tecla y di lo que quieras que tanto da que da lo mismo. Albergaba uno la esperanza de que los artistas viejos que aún sabían dibujar pudieran decir alguna cosa con fundamento y que se entendiera, pero la esperanza se fue diluyendo según pasaba de un artista a otro.



Al pobre Juan José Gómez Molina le atropelló un coche en el 2007 cuando se fue vacaciones a su pueblo y allí se acabó su historia. Pero el espada número 2 de la exposición, el escultor canario Juan Bordes, se larga un rollo sobre las colecciones de láminas de anatomía que ha ido haciendo a lo largo de su vida, que no me extraña que haya acabado decorando las rotondas de Leganés.



Virgen del Carmen bendita!  (ayer mismo). Si hay que aprender a dibujar de marafilla para hacer estos adefesios, mejor que la gente siga pintando con las manos por las paredes de las cuevas.


La presencia del superacadémico Antonio Bonet Correa en el equipo parecía darle consistencia a la línea media, pero no coloca más que un artículillo sobre el ornamento que no viene a cuento y en el que lo mejor dice es esto: "no quisiera convertir esta pequeña disertación acerca del ornamento en una sucesión de títulos bibliográficos". ¡Bingo!

Los artilugios para hacer trampa dibujando creo que llegaron en algún momento hasta la sala de exposiciones de la Escuela de Artes y Oficios de Logroño. Parecen como de un baratillo de antigüedades. David Hockney, en El Conocimiento Secreto parecía que iba a descubrirnos muchos misterios sobre el asunto, pero su libro es poco más que un álbum comentado de cuadros estupendísimos para pasar muy buenas tardes.


Lino Cabezas es un profesor de Bellas Artes de Barcelona y antes de la Escuela de Arquitectura, al que quieren mucho sus alumnos porque es simpático cercano y ocurrente. Dicen que explica muy clarito y que pone las cosas fáciles para aprobar. Es el encargado de comentar el paso de los artilugios del dibujo a los chismes fotográficos pero lo hace con más erudición que claridad, así que tampoco me ha servido gran cosa.


El también desaparecido historiador del Arte Alfonso Emilio Pérez Sanchez ofrece un trabajito de investigación sobre el uso de las estampitas como modelos para cuadros que está muy bien, pero que a quienes nos preguntamos por las razones del dibujo a finales del siglo XX nos sirve tanto menos que si nos hablara de la fisión nuclear.

Y no sigo, porque otro escribe sobre la enseñanza del dibujo en el siglo XVIII, otro sobre la creación de la Academia de San Luis, otro sobre la enseñanza de la fotografía en Zaragoza en el siglo XIX (!!!) y el último sobre las Escuelas de Artes y Oficios.

Un libro a mayor gloria de los escribidores y aburrimiento de lectores o, según se mire, de entretenimiento de aburridos. Tan crecidos se vieron los escribidores, que los mismos y unos pocos más (y algunos menos) publicaron en ediciones Cátedra tres años después otro mamotreto de sesudas reflexiones y documentadísimas ponencias que también tengo sobre la mesa y que miedo me da ponerme a leer, no sea que como a nuestro glorioso hidalgo se me vayan a secar los sesos. Se titula LECCIONES DE DIBUJO, y tiene muchas láminas, sí, pero los mismo tostones de textos.

Llevo tiempo oyendo a mi alrededor la cantinela de que los libros son buenos y que hay que leer libros, muchos libros. Pero lo mío debe de ser muy grave porque yo encuentro muchos más libros malos que buenos; libros que no nos ayudan a resolver nuestras preguntas; libros que aburren, que cuestan bastante dinero y ocupan mucho espacio.

Por decir algo que podría ir en las Pequeñas Lecciones, no seré yo por tanto quien diga que leáis libros mientras no tenga por seguro que son útiles y buenos.




jueves, 20 de junio de 2013

614. PASEO POR LA RIOJA (1) CUADERNO DE LOGROÑO - 2008 - OCTAVIO COLIS



Acabo de embarcarme en una nueva aventura. Quiero saber cómo se aprende a dibujar y para qué sirve el dibujo. Son preguntas muy tontas pero yo nunca me las había hecho, así que he ido a la biblioteca a ver quién se las había hecho antes o cómo las habían respondido. Los libros son más lentos que los blogs así que el proceso será largo. No esperéis respuestas el primer día.

Tampoco tengo claro si este es el lugar para contar mi empresa. Me había propuesto a comienzos de este año hablar aquí sobre PINTURA, pero el caso es que tengo al lado un blog expresamente dedicado a mis dibujos y mis pinturas (al que por modestia llamé inicialmente RAYAS Y COLORES) donde quizás estarían mejor. No sé, ya iré viendo.

De momento empiezo aquí por comodidad y por el carácter de reseña de esta entrada, porque el primer libro que me llamó la atención es este CUADERNO DE LOGROÑO escrito e ilustrado por OCTAVIO COLIS a encargo (febrero del 2006) del Colegio de aparejadores de La Rioja, y editado en el 2008.

Es curioso, porque justamente en el 2007, es decir, en el momento en que Octavio Colis estaba haciendo su libro, yo conseguí al fin editar mi GUIA DE LA ARQUITECTURA DE LOGROÑO (a la que pronto se podrá acceder en su totalidad desde la barra de enlaces de la derecha de este blog), una guía basada fundamentalmente en un exhaustivo trabajo fotográfico y documental.

Pues bien, puestos a contestar a una de las preguntas que arriba me formulaba (para qué sirve el dibujo), y por si la respuesta de este libro pudiera ser "para entender mejor lo que nos rodea, para mirar mejor la ciudad en que vivimos", yo diría que mi decepción ha sido total y absoluta. Yo siempre había pensado que Octavio Colis era un buen dibujante y pintor, pero si el dibujo y la pintura sirven para lo que cuenta y muestra su libro, ya puedo dar por acabado mi interés por el dibujo y mi investigación.


Octavio Colis es de Logroño pero ha vivido y triunfado fuera. Los Aparejadores le encargan que les haga dibujos de Logroño y que les cuente lo que ve haciendo esos dibujos. Octavio Colis viene a Logroño, visita a sus amigos, mezcla paseos con amigos y recuerdos de su infancia o de otras visitas a la ciudad, cuenta y dibuja (o pone dibujos anteriores sin fecha), y cumple con ello su cometido. Esa percepción de la realidad como ensueño, recuerdo, simplificación, costumbrismo y anécdota es tan radicalmente opuesta a las fotografías y documentos de mi libro, que si tuviera que buscar una palabra para sus dibujos yo diría que se trata de "desdibujos".

Muchas veces he criticado la fotografía cursi y de postal de tanto fotógrafo de arquitectura y aspirante amateur a artista de la fotografía por la forma en que trastocan y engañan lo que ven, intentando sublimarlo todo. Pues bien, a la vista del libro de Colis y sobre todo de sus textos, yo diría que el dibujo también podría caer dentro de la misma actitud, o cumplir con la misma función: no ver lo que se tiene delante.

Empiezo bien mi investigación: viendo dibujos que no me interesan lo más mínimo.


sábado, 6 de noviembre de 2010

174. CUADERNOS DE DIBUJOS

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Hace unos años me sentí estafado cuando vi que en una exposición de pintura colgaban los cuadernos de dibujo del pintor. Es como si en un restaurante te sacaran junto al plato que has pedido las peladuras de patatas, o como si al entregarte un traje te dieran los retales. El cuaderno de campo, cuaderno de croquis, cuaderno de apuntes, etc. era como la cocina del creador, su diario de ideas e imágenes; pero supongo que ante el fiasco de los productos finales del Arte, los cuadernos han ido cobrando más importancia que los propios cuadros y ahora los "artistas" han hecho del medio un fin.

Por la web de la Escuela de Diseño de la Rioja, me entero que hasta se hacen talleres, cursillos y jornadas de cuadernos de dibujo, y que de resultas de ello hay un blog donde los participantes van colgando las fotos de las páginas de sus cuadernos:

DE VUELTA CON EL CUADERNO

Los resultados, a la vista está que son muy bonitos. A veces, incluso, espectaculares. El dibujo de apunte no ha muerto. Hiberna en los cuadernos y se expone en blogs. Se pasa muy buen rato viéndolos aunque yo sigo pensando que se trata de un territorio de pruebas, de una zona a mitad de camino entre lo privado y lo público, entre el ejercicio de mano y el arte de verdad. O dicho con una metáfora muy a la mano: como si estos apuntes de escritura que ponemos en los blogs fueran las auténticas obras de pensamiento de nuestro tiempo...


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