viernes, 23 de noviembre de 2012

486. ACELERADOR DE PARTICULAS



A un sitio así hubiera sido mucho más lógico (y chulo) haber ido con el super sPyPnic, pero no, resulta que fui, como quien dice, por casualidad. Un asunto familiar me llevó el mes pasado a un hospital de Meyrin, Ginebra, y ¡zas! mira por donde, justo al lado ¡ahí estaba ello!

Después de haberlo visitado en persona os recomiendo sin lugar a duda el viaje real, o mejor dicho, la peregrinación. No es que el lugar sea especialmente bonito (toda Suiza lo es, hasta las fábricas) ni que allí te vayas a enterar más que en el ordenador de lo que hacen o de quien lo paga (España anda en debe, ahhhh). Como sabéis, el acelerador de partículas es un túnel de 27 kms de diámetro construido a 100 metros de profundidad por donde corren a la velocidad de la luz menos un poquitín, unos átomos de Hidrogéno a los que se les hace chocar entre sí (perdón por las inexactitudes científicas) para estudiar los fragmentos que se desprenden de su colisión. De todo lo cual, evidentemente, no ves más que unos vídeos que seguro que están en youtube. Pero aunque no veas nadas, sientes cosas.

Nada más disparatado que hablar de sensaciones cuando va de ciencia, pero puesto a contaros algo interesante os diré que yo me sentí allí como si estuviera en el Vaticano. Vale, sí, la cúpula del centro de visitantes no le hacía ni sombra, arquitectónicamente hablando, a la de Miguel Angel (malos tiempos éstos para la arquitectura), y de esculturas y pinturas nada de nada, pero no sé por qué me dio por pensar que en ambos sitios se barajaba con lo mismo. Y de pensar eso a sentir escalofríos no va más que un paso.

Luego me han llegado noticas de que hay científicos que no están muy de acuerdo con lo que allí se hace, porque lo mismo de una colisión de esas sale un agujero negro y nos vamos todos al otro lado del Big Bang, sobre el que los científicos no se ponen de acuerdo si es el cielo o el infierno.

Para disipar estas sensaciones me acordé de un episodio de la serie THE BIG BANG THEORY en  que a Leonard le dieron un par de invitaciones para ir a verlo y Sheldon se cabreó muchísimo porque eligió como compañía de viaje a Penny en vez de a él. Estoy con Leonard. A un sitio así creo que hay que ir con aquellas personas con las que tenemos una relación muy especial, muy íntima. Tan íntima como una colisión atómica. O celular, que para el caso, tanto da.