lunes, 19 de noviembre de 2012

482. LIKE CRAZY - 2001 - Drake Doremus



Contra lo que viene siendo habitual en este blog, hoy me apetece escribir algo más que una nota de diario sobre esta película, hallada, cómo no, en la portentosa página de Hawkmenblues.

Os dije que la iba a contar, y al decirlo me acordé de mi vida entre los diez y quince años cuando los niños éramos capaces de contarnos películas y prestar atención a quien lo hacía. Qué delicia eso de contar películas. Qué arte tenían algunos. Yo era más bien escuchador, pero bueno, voy a ver si me sale ahora contar. LIKE CRAZY (2011) trata de tres temas de tremenda actualidad: 1) el amor 2) el amor entre personas que viven en sitios muy alejados; y 3) el amor en los tiempos del teléfono móvil.

Empieza la película con una serie de secuencias de lo más melosas sobre el encuentro amoroso de un chico norteamericano y una chica inglesa en una Universidad de Los Angeles. Tan melosas tan melosas que estás deseando que acaben de una vez por todas para ver si la película arranca. Inciso: el encuentro amoroso se produce a iniciativa de la chica, lo que es muy de agradecer como exponente de que los tiempos han cambiado (para bien). Sigo. Los chicos están tan enamorados que aunque llega el verano y a la chica se le acaba la VISA por estudios, deciden quedarse a pasar el verano juntos en los Estados Unidos. Cuando al final del verano la chica regresa a Inglaterra, le advierten del delito cometido.

Vale, ya están cada uno en su sitio pero el amor está que arde, así que empiezan las aventuras para volver a verse y los mensajes y llamadas de los iphone. Pasan los meses, a ella no la dejan entrar en Estados Unidos por la violación de la VISA y él se siente sin lugar en Inglaterra, pero la miel vuelve a la pantalla unas cuantas veces más hasta que parece que no hay más leña que la que arde. O sea, húmeda. La película acaba en que todo se arregla, pero... ¿todo? No, todo no. Uno de los mejores momentos de la película es sin duda la escena final. Entre el chispazo amoroso del comienzo y el arreglo final han sucedido muchas cosas entre tanto. Algunas mejor contadas que otras, pero muchas. Fundamentalmente, las de los ires y venires entre un lado y otro. Pero por debajo de ellas, las de los telefonazos y mensajes de móviles que constantemente alteran las situaciones y desvían el curso de las cosas.

El título de la película, LIKE CRAZY (Como locos) alude obviamente a la locura del amor inicial, pero una vez que has visto la película parece que encaja mejor con la forma en que vivimos ahora. Con la forma loca de movilidad y comunicación en que se desenvuelven, por desgracia, la mayoría de las historias de amor con que necesariamente entramos en la vida adulta.

Y ahora que os la he contado, intentad verla, porque creo que vale la pena. Porque creo que os hará pensar en vosotros y ser un poco más conscientes de la locura de mundo en que vivimos y de los efectos de esa locura en algo tan importante para la vida como las historia de amor.

Mensaje (las películas de antes tenían siempre mensaje): Padres, aconsejad a vuestros hijos que no se enamoren de nadie que no sea de su mismo país, y que si así ocurre, que piensen antes de la primera noche juntos en el sitio donde quieren vivir. Padres, decidles a vuestros hijos que los móviles no deben permanecer encendidos las veinticuatro horas del día los siete días de la semana. Que eso es una locura peor que GRAN HERMANO. Decidles que el amor va por carta. Y que todo el mundo, por norma, cierre el móvil y desaparezca durante largos periodos de tiempo.


Y para acabar, mis alusiones al director y a la chica. FELICITY JONES no sólo es muy guapa sino que tiene ese aire de algunas de las actrices más impactantes de Bergman. Lo que pasa es que no nos podemos enamorar de ella porque está toda la película tan colada de su chico que no da opción.


DRAKE DOREMUS, el director, es un chiquillo de 29 años. Un chiquillo muy inteligente porque ha puesto la cámara donde duele. Para mi gusto se ha pasado un poco con el azúcar, y eso que yo soy goloso. Seguro que en la siguiente le da por la sangre y la violencia para compensar. Pero no desesperemos y... esperemos a conocer su segunda obra, que seguro que valdrá la pena verla.