Más de trescientos intelectuales de los verdad, es decir, de los de antes (o al menos vestidos como antes) han firmado un manifiesto de apoyo incondicional a la independencia del sPyPnic en el que se quejan amargamente de que ninguno de los promotores de los manifiestos que corren estos días por ahí (mayormente organizados por periódicos del régimen) les hayan invitado a plasmar su firma en los mismos.
Ya estamos hartos de manifiestos y manifestaciones, ha dicho uno de los portavoces del grupo que por discreción no ha querido identificarse. El país necesita hoy más que nunca que los intelectuales estemos callados y que no enmerdemos más las cosas con nuestros devaneos mentales. Además, por firmar en esos manifiestos no te pagan ni un euro y tal y como están las cosas yo paso de ellos (...con lo que vale nuestra firma, comentó por lo bajinis un compañero que tampoco quiso identificarse).
La recogida de firmas se realizó en un tiempo record, media hora y tres minutos, si bien la agencia de records Guiness (la de la cerveza, no la otra) no lo ha registrado porque en su normativa dice claramente que no pueden aprovecharse los entierros para este tipo de competiciones. Nadie se hubiera enterado de la trampa si no fuera por la foto que se hicieron una parte de los intelectuales firmantes tomando el sol delante de unas cruces y que el sPyPnic tuvo la imprudencia de publicar.
Hemos intentado localizar el texto íntegro del manifiesto por la independencia del sPyPnic pero no hemos dado mas que con extractos y resúmenes hechos por periodistas muy poco de fiar. Tampoco hemos conseguido la lista de los más de trescientos firmantes pero podemos asegurar que no están ni Ana Belén, ni Vargas Llosa ni Fernando Savater.
Ante la avalancha de cartas de los lectores queriendo unirse al manifiesto y pidiendo firmar donde sea, el sPyPnic se ha visto en la obligación de cerrar el buzón de correos y dar las gracias a todos los presuntos firmantes por su generoso apoyo (...pues de lo que pueden estar seguros es de que el sPyPnic no les va a pagar ni un céntimo de euro, que por eso era ya muy independiente).
