miércoles, 26 de octubre de 2011

238. EMPRESAS DE COLOCACION

.


Reducidos por la democracia periodística a ser un empleo, más que aspirar al poder lo que andan buscando los políticos en estos meses así llamados electorales, es una colocación. Y el caso es que, por cada puesto de trabajo hay al menos dos aspirantes, uno ya colocado, y otro, que aspira a quitarle el puesto. Los unos, presentados por una empresa llamada PP y los otros por una empresa llamada PSOE. Previamente, en cada una de esas empresas ha habido quien le ha disputado el puesto a otro, pero ese proceso no ha sido público y por lo general se ha saldado con el triunfo mayoritario de los que ya estaban colocados. Ahora es distinto, ahora es la gente, somos todos, los que tenemos que decidir a cuál de las dos empresas le damos el puesto.

Lo del poder es secundario. Ya todos sabemos que los que mandan de verdad son los que tienen dinero, o los que tienen armas, los que gritan mucho, los cansos, los que no paran de pedir, los que se juntan como borregos para hacer masa y así sucesivamente. El poder ya no tiene nada que ver con la autoridad, con el saber, y desde luego, nada, pero nada, con una ideología. Esa antigualla. La ocupación de los puestos de poder tiene que ver con una estrategia electoral o comercial para ganarse el favor de los votantes usando, mayormente, a los periodistas.

Claro que, los periodistas se vengan de los aspirantes tomándoles por gentes de una cola del paro. Y a los aún llamados partidos políticos, por empresas de colocación.

(por fin ente blog vuelve a hablar de sus siglas, de sus pes)

Y ahora, a lo que vamos. Yo no voy a elegir entre los de una empresa y otra porque para mí el trabajo es algo que se hace, no algo que se da. Puedo entender que la gente diga que no tiene dinero o que nadie le da sueldo a fin de mes, pero no puedo entender que diga que no tiene trabajo, porque trabajo es todo sacrificio que se hace para vivir. Así que si las elecciones son dar una colocación (un sueldo) a uno de cada dos políticos después de haber soportado su cháchara, yo paso y que lo resuelvan los de la Oficina de Empleo.