martes, 12 de noviembre de 2013

674. ANTARES - 2004 - GÖTZ SPIELMANN



Un periodista en prácticas encargado de la sección de cine de su periódico diría (sin necesidad de copiar y pegar) que ANTARES (2004) es una película de sexo e infidelidades. Y si ilustra su reseña con la carátula que la distribuidora le puso en Francia, hasta es posible que le felicite el director de la sección cultural del periódico por su sagacidad.


Bromas aparte, el periodista podría llegar a decir que se trata de tres historias entrecruzadas con cierta habilidad narrativa (entretenidos flashbacks) sobre tres parejas que viven en un mismo barrio de Viena. Lo que ya no diría (porque eso no vende) es que el autor parece haberse propuesto conseguir  lo que ya intentara aquel otro vienés famoso que inventó el psicoanálisis, es decir, que aborrecieramos el sexo, y de paso el amor, las relaciones de pareja, la familia,  los vieneses y la vida.

Pero como yo no soy un periodista en prácticas encargado de la sección de cine de un periódico, sostengo que ANTARES va de arquitectura, es decir, del retrato de este barrio y de la vida que produce:


...y que de un barrio así no podía salir mejor cosa. 

He buscado barrios como el de ANTARES en Viena, y me han salido unos cuantos parecidos (Trabenngründe, Florishdorf, Mitterhoffer, etc) 




Se ve que a mediados de los setenta los psicoanalistas andaban mal de trabajo y los arquitectos se pusieron a echarles una mano. 

Decía en las últimas reseñas que a los nórdicos, por aquello del frío, se les va bastante la pinza, pero a los austriacos, como a los argentinos, parece que les gustan también los arrabales de la sensatez. Barrunto que será por su excentricidad  geográfica. O por tradición profesional. 


Los 120 minutos se me hicieron largos y hay ratos en que las tres historias no acaban de mezclarse bien. Pero como no tenía sueño aguanté como un campeón y la vi entera. Y aunque sólo fuera por mostrar unas cuantas veces las satánicas vistas del barrio, bien que se ganó una estrella* sPyPcin

Miedo me da GÖTZ SPIELMANN; pero aunque sólo sea por precaución, ahí he dejado una foto suya.