lunes, 12 de enero de 2009

LA PALESTINA



De la primera intifada guardo el recuerdo de una fotografía en la que un palestino tiraba piedras al ejército israelí llevando puesta una camiseta con el logotipo de la revista francesa ELLE. Supongo que era el tributo que se pagaba al éxito entre la progresía occidental de “la palestina” esa prenda que como dice con sorna Houllebecq en Plataforma, se parece tanto a un trapo de cocina.
¿Cómo puede tener tanto éxito un trapo de cocina como envoltorio para el cuello o la cabeza? Supongo que porque puesto sobre la testa de la ex presidenta de la Academia del Cine Español (a quien algún día tuve por guapa) casi la convierte en la madre Teresa de Calcuta.



Aunque si vemos el pañuelo en detalle, resulta que el motivo o patrón no es el de los tradicionales cuadrados de los trapos de cocina sino el de una mucho más sórdida valla metálica.
Es por eso que puesto sobre la cabeza de un manifestante antijudío en Madrid ya no le transforma en una monjita sino que adquiere tintes mucho más siniestros: es como si le enjaulara la cabeza.