miércoles, 28 de abril de 2010

116. COBRAR SIN QUERER

.


Cada vez me quedan menos historias de la bloguera desaparecida. Pero esta es buena de veras. Da buena medida de lo golfa que era la tipa. Pero sobre todo, de lo bien que cuenta.

Cobrar sin querer
Una vez cobré.


Pongámonos en situación: yo tenía unos 20 años, estaba en la Rambla de Barcelona con los amiguetes de la universidad, de fiesta, muy buen rollo.

Fuimos a una discoteca muy cutre que se llama Panam's, desde entonces que no he vuelto a ir. A lo mejor me equivoco pero, para que te hagas una idea, creo que en el piso de abajo hay un peep show.

Algo bebería, seguro, pero no iba borracha. Estábamos bailando, haciendo el idiota.. lo típico. Vi en la barra un grupo de tíos altísimos, rubios, muy guapos.

Me fijé en uno que tenía cara de saber meter mano y lo abordé:

- Llevas una camiseta muy gay, pero apuesto a que eres hetero.

De caza, suelo pasar de miraditas y sonrisas, me divierten más las caras de sorpresa.

Ese se sorprendió, pero porqué no entendió una mierda.

- ¿Do you speak english?

Nada, eso sonaba a ruso, o de por ahí. Ni francés, ni alemán, ni... nada. Así que decidí pasar a la acción no verbal.

Me acerqué, rodeé su cintura, me abrazó, él también quería. Aún sabiendo que no se iba a enterar de nada le susurré al oído:

- Hoy, tú, vas a hacer todo lo que yo quiero que me hagas.

Él me besaba el cuello, empezó a sobarme, no me había equivocado con su cara.. nos calentamos como quinceañeros la primera vez que ligan en una discoteca y no saben como ir a más. Poco después, me agarró la mano y me llevó a la puerta, quería que le acompañara fuera.

Hacerle entender que esperara a que me despidiese de mis amigos fue lo más duro de la noche, parecíamos dos gilipollas jugando a las películas, pero lo entendió.

Les dije que me iba con él y que si tenía tiempo volvería con ellos antes de que cerraran.

Le volví a tender mi mano y recé para q el hotel estuviese cerca. Dios me escuchó.

El polvo fue básico, simple, sin florituras. Nos desnudamos a la velocidad de la luz, lo tiré a la cama, me puse encima, le calcé un condón y me la metí. No nos molestamos ni en cambiar de posición. Ahí, todo el tiempo lo mismo, hasta el final.

Estuvo bien.

Al terminar, pensé en mis amigos. Me levanté, le sonreí, le di un beso, y me metí en la ducha.

Mientras me vestía él se levantó de la cama, fue a por sus pantalones.. y me pagó. Me reí, yo se lo hacía de gratis.

Esa noche invité yo a copas, les dije que había encontrado los billetes en el suelo.