jueves, 8 de abril de 2010

101. MARUJA

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Tras la fiestorra de ayer volvemos a la sordidez diaria del periodismo. En el blog de Arcadi encuentro esta lindeza que le espeta doña Maruja:

«Acabo de recibir un mensaje de Javier Bauluz, nuestro premio Pulitzer de Fotografía, que tiene en su haber, además de otros premios, haber ganado en los tribunales a una de las ratas más retorcidas que habitan en esta profesión, cuyo nombre les ahorro para que no vomiten.»

Durante años el periodismo ha sido el escaparate de lo políticamente correcto, pero se ve que con la crisis que sufre se ha levantado la veda. En los días de lo políticamente correcto la estrategia era ignorar al otro. Ahora ya se puede llamarle cuando menos "rata retorcida".

Lo curioso del caso es que en el artículo que contiene el insulto (pésimo, claro está, y para más inri titulado PERIODISMO HUMANO), la maruja propugna algo en lo que ya patinó Arcadi no hace mucho: en inventar una información de pago en internet.

El asunto este del pagar o no pagar (was that the question?) les ha afectado mucho a los periodistas.

En la foto, doña Maruja es la de la derecha. La de la izquierda es la Vicepresidenta del Gobierno de España.

Item más: la información en síntesis sobre el asunto del pleito por la foto del Pulitzer amigo de Maruja es la siguiente:

"En relación a este tema en mayo de 2003 se vio envuelto en una gran polémica por unas opiniones críticas que efectuó en sus Diarios respecto a una fotografía realizada por el premio Pulitzer Javier Bauluz. Esta fotografía apareció en el New York Times y tuvo gran repercusión. En ella se mostraba una pareja de bañistas indiferentes en apariencia ante la visión de un inmigrante muerto en la arena. La fotografía se utilizó profusamente para denunciar la «hipocresía de Occidente» ante la inmigración, una práctica que Espada calificó de «pulitzers inmorales». Espada mantiene que la imagen está tomada desde un ángulo en el que quedaba excluido el personal encargado de atender al cadáver, y mediante una óptica que reduce la profundidad de campo aparenta proximidad entre la pareja y el cadáver. Bauluz y los testigos presentes en la playa desmintieron esas afirmaciones y acusaron a Espada de no aportar pruebas. La polémica que desataron sus opiniones sobre el trabajo de Bauluz fue muy notoria. El Consell de Informació de Catalunya adoptó por unanimidad una resolución estimando las opiniones de Espada como «falsas, injustas y sin razón»". Espada declinó presentar alegaciones en el expediente y siguió manteniendo que el fotógrafo había construido un «dispositivo simbólico imaginario» para suscitar artificialmente una determinada emoción mediante la imagen periodística. En opinión de Espada, mientras la creatividad es aceptable con fines artísticos, no lo es con fines informativos si sugiere algo —la supuesta indiferencia de los bañistas— que quizá nunca ha sucedido."

Y ésta, la famoso foto en cuestión donde se aprecia claramente el aplastamiento del teleobjetivo con sólo mirar el dramatismo de las rocas del fondo: