lunes, 28 de noviembre de 2011

263. UN DIOS COMERCIAL (UN DIOS SALVAJE - 2011 - ROMAN POLANSKI)

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Grandísima expectación había por ver qué nos traía Polanski después del lío internacional de su detención en la cárcel de plata de Gstaad con Emmanuelle Segnier dentro. Y aún mayor si cabe, tras el aplauso unánime de la crítica. Mi socia se mordía las uñas por ver UN DIOS SALVAJE, y dadas las prisas, la vimos en condiciones de screener, ay, prometiéndonos pantalla grande o condiciones dignas de DVD si las promesas eran ciertas. Ay de nuevo, pues no habrá revisión. Sabedor del gancho comercial de todo su lío, Polanski and Cía han hecho lo más fácil: una película de actores, una película de teatro.

Vale que el tema sea gracioso y vale que el ritmo del montaje sea tan bueno que por mucho que se repita el gag del teléfono siempre te ríes -esta idea (una de las pocas originales que he leído) no es mía, sino de un comentarista de filmaffinity. Pero lo que no he leído es que en las películas de actores, en la películas de teatro, los personajes acaban desdibujados por su propia verborrea. Muy listo Polanski, corta a poco más de setenta minutos. Es decir, que diez minutos más y se le ve el truco.

Para mí que el gran cine no es esto. Acaso lo fue en los tiempos de Katherine Hepburn y Spencer Tracy, pero ya no. El cine que se queda grabado en la memoria o enganchado al corazón es el de los grandes personajes, el de los directores, no el de los actores. Si la veis, que al menos sea en buenas condiciones y con palomitas. Y no esperéis más que unas risitas, y a la cama.
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