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Es la mala noticia del día, que deja de escribir en el PERIODICO DE CATALUÑA. Nada dice de si seguirá colgando el su blog las otras cosas que escribe por aquí y por allá pero en todo caso parece que se retira del comentario público, del comentario político. Y lo peor de todo son los argumentos que da: no es cosa de cansancio personal, es problema del terreno de juego...
Los comentaristas del blog de Azua era también como para desertar pero de vez en cuando se podía pescar alguna perla. De entre los comentarios de la despedida he rescatado esta. Tiene su gracia:
BLOGUITIS
Así como algunos niños padecen la enfermedad del "amigo invisible" de la cual se derivan serios problemas de sociabilidad especialmente en la adolescencia, en nuestros días son numerosos los adultos que padecen lo que la Doctora Norma Cohen de Poniatowsky denomina lisa y llanamente "bloguitis". Interrogada al respecto, dice la Dra. Cohen, "todos los días acuden a mi consulta nuevos pacientes aquejados del mal de ausencia que les provoca el cierre de un foro, la repentina desaparición del moderador de un blog, o, simplemente, la pérdida de perfiles en las redes sociales que acostumbran frecuentar. Si en mis manos estuviera, prohibiría la existencia de estas nuevas drogas inmateriales, porque es verdaderamente lamentable contemplar a tantas personas hechas y derechas comportarse como pequeños ciber-adictos al borde de un ataque de nervios" Según el testimonio de la doctora, se dan casos de personas que han sustituido por completo sus relaciones familiares por el mundo que comparten con sus "amigos" cibernautas. "Me llamó poderosamente la atención el caso de un sexagenario que pasaba más de doce horas al día navegando por la internet. Este paciente había dejado de comunicarse por completo con su esposa y estaba persuadido de que su adicción a la red era en realidad una investigación filosófica de gran relevancia para sí mismo y para los cibernautas a los cuales abastecía con ingentes cantidades de lo que en mi profesión consideramos "trash-data", esto es, información aparentemente cultural que no pasa de trivia intelectual de tercer o cuarto orden. Convencer a un adulto de que está perdiendo el tiempo con sus amigos invisibles, resulta incluso más difícil que explicarle a un niño de ocho años que el amiguito que visita su dormitorio todas las noches no es más que fruto de su imaginación. Debo admitir que, una vez descubierta la falacia de las teorías freudianas, a los psicoanalistas nos está viniendo muy bien esta nueva enfermedad, pero siendo honesta, es mi deber aclarar que, si bien los pacientes aquejados de males edípicos provocaban mi más absoluta conmiseración por el inmaduro estado de su sistema afectivo, los adultos aquejados de "bloguitis" me parecen, simplemente, perfectos estúpidos". Así de tajante se muestra la Doctora Cohen de Poniatowsky. ¿Enfermedad? ¿Tontuna? La ciencia tendrá la última palabra. Mientras tanto, si su cónyuge pasa más horas frente al ordenador que en la cama con usted, considere la posibilidad de que convive con un enfermo o, empleando la terminología de la mencionada doctora "off the record", con un "perfecto tarado, pelotudo inmaduro y con toda probabilidad, impotente físico y emocional".
Es la mala noticia del día, que deja de escribir en el PERIODICO DE CATALUÑA. Nada dice de si seguirá colgando el su blog las otras cosas que escribe por aquí y por allá pero en todo caso parece que se retira del comentario público, del comentario político. Y lo peor de todo son los argumentos que da: no es cosa de cansancio personal, es problema del terreno de juego...
Los comentaristas del blog de Azua era también como para desertar pero de vez en cuando se podía pescar alguna perla. De entre los comentarios de la despedida he rescatado esta. Tiene su gracia:
BLOGUITIS
Así como algunos niños padecen la enfermedad del "amigo invisible" de la cual se derivan serios problemas de sociabilidad especialmente en la adolescencia, en nuestros días son numerosos los adultos que padecen lo que la Doctora Norma Cohen de Poniatowsky denomina lisa y llanamente "bloguitis". Interrogada al respecto, dice la Dra. Cohen, "todos los días acuden a mi consulta nuevos pacientes aquejados del mal de ausencia que les provoca el cierre de un foro, la repentina desaparición del moderador de un blog, o, simplemente, la pérdida de perfiles en las redes sociales que acostumbran frecuentar. Si en mis manos estuviera, prohibiría la existencia de estas nuevas drogas inmateriales, porque es verdaderamente lamentable contemplar a tantas personas hechas y derechas comportarse como pequeños ciber-adictos al borde de un ataque de nervios" Según el testimonio de la doctora, se dan casos de personas que han sustituido por completo sus relaciones familiares por el mundo que comparten con sus "amigos" cibernautas. "Me llamó poderosamente la atención el caso de un sexagenario que pasaba más de doce horas al día navegando por la internet. Este paciente había dejado de comunicarse por completo con su esposa y estaba persuadido de que su adicción a la red era en realidad una investigación filosófica de gran relevancia para sí mismo y para los cibernautas a los cuales abastecía con ingentes cantidades de lo que en mi profesión consideramos "trash-data", esto es, información aparentemente cultural que no pasa de trivia intelectual de tercer o cuarto orden. Convencer a un adulto de que está perdiendo el tiempo con sus amigos invisibles, resulta incluso más difícil que explicarle a un niño de ocho años que el amiguito que visita su dormitorio todas las noches no es más que fruto de su imaginación. Debo admitir que, una vez descubierta la falacia de las teorías freudianas, a los psicoanalistas nos está viniendo muy bien esta nueva enfermedad, pero siendo honesta, es mi deber aclarar que, si bien los pacientes aquejados de males edípicos provocaban mi más absoluta conmiseración por el inmaduro estado de su sistema afectivo, los adultos aquejados de "bloguitis" me parecen, simplemente, perfectos estúpidos". Así de tajante se muestra la Doctora Cohen de Poniatowsky. ¿Enfermedad? ¿Tontuna? La ciencia tendrá la última palabra. Mientras tanto, si su cónyuge pasa más horas frente al ordenador que en la cama con usted, considere la posibilidad de que convive con un enfermo o, empleando la terminología de la mencionada doctora "off the record", con un "perfecto tarado, pelotudo inmaduro y con toda probabilidad, impotente físico y emocional".