lunes, 7 de mayo de 2012

394. KONSTANZ



Como ya no tengo tiempo de leerme los novelones de Balzac, para rendir tributo al gran don Honoré me cogí hace unos días el pequeño volumen de sus CUENTOS LIBERTINOS, y en el primero de ellos me topé con la historia de un curita de Burdeos que fue al Concilio de Constanza y se quedó prendado de  la señora Imperia, que a la sazón, se pasaba a la crema y nata de la cristiandad por la entrepierna. Me acordé entonces de que en el verano del 2008 había estado yo en el edificio del Concilio y hasta le había hecho unas fotos, y pensé que le podría dedicar un edificio LHD. Pero qué va, ese blog es muy serio y el edificio del concilio es una reconstrucción de lo más vulgar que lo mismo podía ser un almacén de cervezas que una estación del ferrocarril (que por cierto, pasa justo por detrás)


Intentamos ver si en el interior había alguna sala que evocara las jrandiosas reuniones de lo más granado de aquella iglesia tan libertina, pero no dimos más que con un corredor comercial. Busco  fotos en internet por si nos perdimos algo, pero no doy con nada, así que me olvido del edificio y me monto en el spypnic (ya era hora de ponerlo en marcha, que se estaban oxidando sus cohetes) y me elevo a la estratosfera para ver el lago de la famosa ciudad, que como es de agua y no de casas, debería llamarse el lago del Rin y no de Constanza (como aquí llamamos al del Ebro, leñe). Aunque en alemán tampoco se llama lago de Constanza sino Bodensee que en alemán (que ya empiezo a saber mucho) significa Suelo-lago lo que aún suena más raro todavía. Bueno, veamos el lago y dejémonos de monsergas:


Ahí, lo tenemos, en medio de los tres países de habla germánica, Alemania arriba, Suiza abajo y Austria a la derecha. El Rin entra al lago por abajo a la derecha, y sale por abajo a la izquierda... caminito de sus famosas cataratas a las que os llevaré otro día. Así que es lago en todas sus riberas salvo en Konstanza, en que corre como un río. La foto de Google Earth que recoge el movimiento de los fondos es de lo más elocuente:


Ya vemos que el caserío antiguo se reduce a poco más de una calle paralela al frente del lago por donde también pasa el tren y donde ya se adivina el volumen del edificio del concilio. Aunque mejor bajo un poco más con mi aparato y le echamos otra foto en perspectiva:


Además de señalar el edificio del Concilio, pongo otra flecha para indicar un detalle curioso que vimos en nuestra visita: una extraña escultura que estaba en la punta del espigón izquierdo del puerto.


Nos acercamos hasta ella y vimos que la señora tenía unos atributos bastante singulares:


Y mira por dónde que años después y gracias a internez me entero que es un homenaje a la señora Imperia, la del cuento de Balzac, la triunfadora del famoso Concilio, y que sostiene en su mano lo mismo al papa que allí fue elegido que al entonces emperador del sacro Imperio. La obra es de un escultor irreverente en la línea de aquel vienés que vivía en una casa de Otto Wagner cercana al sanatorio de Steinhof, pero es alemán y se llama Peter Lenk. Por lo visto, la iglesia parece que protestó un poco cuando la colocaron (1993) pero que como ahora pinta mucho menos que cuando el Concilio no le han hecho mucho caso y ahí sigue.

Y ya que hablamos de la Iglesia, bueno será que contemos algo del famoso Concilio, porque con lo que nos enseñaron en Religión no damos ni para la fecha. Aquella iglesia tan diferente de la ahora tenía nada menos que tres Papas, uno en Roma, otro en Pisa y el tercero en Aviñón. Eso era por 1413, cuando en todas las ciudades de Europa se afanaban por acabar las jrandísimas catedrales góticas a mayor gloria de Dios. Para aclarar el lío de papas decidieron juntarse en Constanza y elegir uno nuevo. El de Aviñón, que era de Zaragoza y se apellidaba Luna, se cogió un rebote, se marchó hasta Peñíscola y se encerró en el castillo hasta que se murió. Nosotros también fuimos hace tiempo a Peñíscola, pero a la playa claro, y nos hicimos foto con el castillo:


Mira qué niñas más majas. Además estuvimos alojados  en un Hotel que se llama Papa Luna ¡toma ya! ante el que las mismas niñas de antes bailan el hulahop subidas en un banco:


No hay como viajar e ir a la playa. Se te queda la historia de la iglesia como pegada a la piel, es decir,  como el moreno. Y debe de ser por eso que en cuanto se te acaba el moreno se te olvida la historia. Pero sigamos.

Una de las fiestas más sonadas de aquel concilio fue la de la hoguera que montaron para achicharrar a Jan Hus, un predicador checo al que años después le harían un monumentazo en la plaza vieja de Praga donde las niñas del hulahup, ya creciditas y con su madre, estuvieron también estudiando historia sagrada:



Pero ahí no paró la cosa. Dicen las enciclopedias que el Concilio duró cuatro años (con lo que la sra. Imperia debió de amasar una fortuna) y tal debió de ser el escandalazo o tan mal les debió de ir a algunos con las señoras de mal vivir que dijeron: aquí se acabó la fiesta y decretaron "ad libitum" (o sea, hasta la fecha) el celibato sacerdotal. Mira que no se acordarán muchos de Konstanz ni nada.

En fin, de resultas del concilio de Konstanz, Aviñón ya no fue nunca más sede papal, pero no por eso íbamos a dejar de ir a tan importante lugar para hacer oooootra foto a las niñas del hulahop:


Ya veis lo pequeño que es el mundo cuando te pones a leer un cuento de Balzac. Y lo grande que es la historia sagrada.