miércoles, 16 de junio de 2010

149. DON ARTURO

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Con Pérez-Reverte no me puedo meter mucho porque es Santo de mi novia y de don Javier D. A veces clava algún artículo, como aquel del relato sobre la imposibilidad de conducir sin peligro si se siguen las señales de tráfico (LA CURVA DIABÓLICA) pero las más de las veces se alarga innecesariamente o se va por los cerros de Úbeda como en el remate de éste de hace un par de semanas que hoy traigo aquí más que nada porque se mete con los arquitectos, las peatonalizaciones masivas y los engranitados urbanos, y eso siempre es muy de agradecer: EN LA CIUDAD HOSTIL. No sé cuanto me dijeron que cobran los Miembros de la Real Academia por tener Sillón allí pero era una buena pasta, así que ya les vale de escribir como los blogueros de a pie.