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Empezó siendo un chico revelación y el peso de la púrpura de ELPAIS le ha convertido en un pelele. Hace falta ser simple para escribir una artículo así: LA PUÑETERA VERDAD.
Copio y pego la respuesta que le da un comentarista bastante razonable del blog de Azúa, aunque luego se vaya por la rama de otra escandalosa noticia producida en este gran país productor de noticias de este tipo. Más que de sobra:
Quisiera expresar mi total desacuerdo con el escritor Javier Cercas, cuando en su artículo ‘La puñetera verdad’, publicado en el PAIS el pasado 6 de junio, deslinda el hecho moral del hecho político, refiriéndose a la II República y a la Guerra Civil. En dicho artículo relata la historia de un joven falangista, muerto en la Batalla del Ebro. El señor Cercas dice del tal falangista: “…tal vez acertó moralmente, pero no políticamente.” Para el escritor, tanto fascistas como comunistas, moralmente no se distinguían: su idealismo los salvaba de equívocos (no estaban equivocados); ahora bien, políticamente no, puesto que unos apoyaron a Franco y otros a la República. De ahí se deduce que hay que entender la historia como una especie de lucha entre los que políticamente son buenos y los que son malos. Para el señor Cercas, la moral, en la historia política, no jugaría ningún papel. La democracia actual tendría, por ello, forzosamente, su origen en la bondad política de la II República, como una especie de ente por encima de las conductas, de la moral de las personas. Conclusión: si la historia tiene ese camino inexorable de bondad política, donde la moral humana no interviene, entonces dejemos que la historia siga su curso mientras la observamos desde el balcón de nuestra casa.
Pero los hechos nos dicen todo lo contrario. Por ejemplo, ayer, un grupo de antisemitas intentaron linchar en la Universidad Autónoma de Madrid a dos profesores israelíes que iban a participar en unas jornadas Hipano-israelíes sobre energías renovables. ¿Alguien podría decir que los que intentaron linchar a los dos profesores israelíes acertaban en su conducta moral (como los fascistas durante la Guerra Civil), pero estaban equivocados en su actitud política? ¿O no? ¿O estaban acertados en su actitud política y moral como los comunistas en la Guerra Civil? ¿Es admisible que este tipo de actos se permitan en un país democrático porque están respaldados por la siempre “bondadosa política de la izquierda”? ¿Cómo es posible que el rector de una Universidad, como la Autónoma de Madrid, permita una conducta criminal racista contra profesores israelíes, porque ésta siempre estaría justificada políticamente dadas las últimas actuaciones del Gobierno de Israel?
No voy a entrar en valorar la conducta del Gobierno israelí, así como tampoco la de Hamás, o la de gobiernos como el turco o el iraní. Lo que quiero decir, es que ninguna acción política por parte de cualquier poder político, está a salvo de la moral. Puede que haya gente engañada por dicho poder. Pero lo que llamamos historia no es una lucha entre buenos y malos, políticamente hablando. En todo caso, la historia que conocemos es la historia del poder político, de cualquier poder político y sus crímenes. En esa historia no suelen salir, con nombres y apellidos, las víctimas, siempre olvidadas. Sé de los crímenes cometidos por el Gobierno de Israel y por los terroristas islámicos, en su demencial lucha basada en el diente por diente... Sé también que, en tiempos de crisis económica, el deporte preferido en Europa siempre ha sido la caza del judío, único culpable, al parecer de todos los males de este mundo. Por ello no me alegro de los actos de la Autónoma de Madrid, aunque ahora estén protagonizados por una especie de nacional-socialistas- comunistas. El señor rector de la Autónoma debería de recordar la historia reciente de Europa, tanto como alardea de ser un adalid de esa cosa que llaman ‘Memoria Histórica’. Es más, no sé cómo a ese rector se le llama rector y, además, siga en el cargo sin nadie en el Gobierno diga esta boca es mía. Espeluznante.
Comentado por: miguel el 08/6/2010 a las 08:47