jueves, 4 de febrero de 2010

VIAJE EN TREN

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De regreso de un viaje en tren por Yugoslavia, nuestra amiga la autora del blog erótico desaparecido escribió tres entregas memorables. Tan buenas tan buenas que el blog se acabó justo ahí. Por suerte las guardé. Aquí está la primera de ellas.


Lenguaje internacional (I)

Subí al tren en Sarajevo con dirección Zagreb, llegaría la mañana siguiente, la idea era cambiar de tren allá para llegar a Ljubljana ese mismo día.

Elegí un compartimento de seis asientos donde solo había un soldado, con uniforme de camuflaje, que llevaba una bolsa de Winnie de Pooh.

* Es un contraste divertido.

Saludé, miré la bolsa, sonreí y él hizo un gesto simpático dando a entender que era para alguna persona bajita, como excusándose de ser tierno. Volví a sonreír.

* A los soldados les da vergüenza que sus debilidades sean tan evidentes como una bolsa de plástico.

Después se llenó todo hasta la bandera, se sentó con nosotros una señora mayor algo hippie, un hombre con cara de vividor que viajaba con su hijo adolescente y un tipo alto, rubiojosazules, casi cuarentón, más cachas que el soldado, lo tomé por un alemán que hablaba bosnio pero resultó ser un bosnio que hablaba algo de alemán y que iba a Austria.

* Qué pedazo de tío.

Empezaron a hablar, intentaron comunicarse conmigo pero solo me entendía con el niñito, que además empezó a tirarme los tejos. El padre lo miraba orgulloso, apuesto a que pensaba "esto se lo he enseñado yo", el chico se puso babas.

* Aquí, hagas lo que hagas, se enterarán todos y la humillación será más grande, chaval.

El rubiazo de enfrente me miró sonriendo, a ese también le sabía leer la mente y estaba pensando "el pobre pipiolo no tiene ni media posibilidad".

* Un hombre de mundo que sabe cómo funcionamos.

Los demás también se dieron cuenta de esa pequeña conversación no hablada. Hacía un calor insoportable, saqué un libro y me puse a leer.

* Qué agobio.

Tenía que pasar la noche entera ahí metida, mejor tomárselo con calma. El libro era aburrido. Me puse lo más cómoda posible y me dormí.

Soñé que me follaba al rubio en una playa. Sin premeditación, el sueño húmedo me sorprendió.

Abrí los ojos y ahí estaba, mirándome fijamente, sin cortarse un pelo, sin apartar la vista.

- Guten Morgen - dijo. Me alegré de entender algo.

Eran las dos de la madrugada, una hora curiosa para dar los buenos días. Todos seguían despiertos.

Mientras yo dormía, él había colocado sus piernas rodeando una pierna mía, abrazándola discretamente.

* A este también le apetezco.

Me levanté y me acerqué a la ventana del pasillo, a tomar el aire. El rubio me siguió.

* Uy, viene :)

Al pasar por detrás para ponerse a mi lado me tocó un hombro, le miré con cara de invitación. Entendió y empezó a darme un masaje.

* Que no se canse..

El adolescente puso expresión de derrota, el padre de sermonear a hijos que no lo hacen tan bien como cree que lo haría él, la mujer y el soldado, en cambio, imaginé que pensaban "ésos dos no se entienden pero tontean".

Se cansó demasiado pronto. Yo tenía más ganas.

Pasó media eternidad hasta que llegamos a la estación donde se bajaron todos menos la mujer y el rubio. La situación mejoraba. Decidimos estirar los asientos y dormir. Él se puso a mi lado, apartó el reposabrazos que había entre los dos mientras me miraba y se recostó a mi lado.

* Míralo qué dispuesto.

La mujer cerró los ojos mientras yo besaba al rubio.

* Mejor dejamos lo de dormir para otro rato.

Nos fuimos calentando más, me di cuenta de que la mujer nos veía y también sonreía, sin duda pensaba "ésos dos no se entienden y se enrollan". Me pareció de mala educación seguir montándonoslo ahí, por mucho que ella fingiese estar durmiendo, le hice señal de salir.

Y salimos, para seguir tocándonos en el pasillo.

Follar en el baño de un tren no cabía en mis planes, hay guarradas agradables y desagradables. No voy de princesita pero de verdad que antes prefiero un escenario con cámaras y mucho público. Nos quedamos en el pasillo, entre vagón y vagón.

Nadie piensa en los condones en un tren, le digo que se espere, me meto otra vez en el compartimento donde dormía la señora, bajo la mochila, los cojo y vuelvo. Ella vuelve a sonreír.

Era el día de hablar con sonrisas, prometo que la que él hizo al ver el condón fue la más grande de todas.

* Hace semanas que viajo y no me depilo desde el pleistoceno, estoy más gorda que nunca y tengo la regla. Si a él no le importa, a mi tampoco.

Definitivamente no ponía cara de importarle. Saqué todos ésos pensamientos de cría insegura y mojigata de mi cabeza. Entonces, me coloqué bien para que me la metiera.

Era cerdo, tocaba cerdo, lamía cerdo, agarraba y se movía cerdo. Me gustó.

Fue rápido. Aún jadeando le tendí mi mano y le dije:

- Eva.

Pilló el chiste, me regaló una risa franca mientras apretaba mi mano y decía:

- Nino.

Desde entonces nos volvimos a presentar después de cada polvo. Cuando no puedes hablar las coñas estúpidas no cansan.