miércoles, 11 de diciembre de 2013

686. WHO'S THAT KNOCKING AT MY DOOR º - 1967 - MARTIN SCORSESE



Para conjurar la mala racha de cine que llevábamos programé en nuestro spypcineclub la opera prima de Martin Scorsese porque decían de ella que era una de las operas primas mejores de la historia del cine. Ahhhh. Gran error el mío. Porque a finales de los sesenta, cuando uno quería ser alguien en el mundo del arte, se ve que tenía que hacer algo extravagante, experimental, modenno, roto, que no se entendiera mucho. O sea, artíttico. Y a poder ser con escenas de desnudos de verdad, que también de eso estaba falto el mundo. 


Pues eso es WHAT´S THAT KNOCKING AT MY DOOR un tomate insufrible de hora y media con doscientos mil besuqueos, unas insufribles escenas de amigos en bares...


...y un monopolio de planos de HARVEY KEITEL que es como para cogerle manía. Hasta qué punto llega la cosa que en la carátula de la película (ver arriba) ¡¡¡sólo figura él!!!

Me encantaría desagraviar a ZINA BETHUNE (que a mí me gusta mucho más que Harvey Keitel) subiéndola a los altares, pero eso no es cosa mía sino de la gracia de un director, y en esta peñícula (peñazo de película) maldita la gracia que tiene Scorsese. La dejaremos en "virgen y mártir" de la tontuna machista italoneoyorkina de aquellos años. Pobrecica. 


Puestos a buscar algún mérito a este engender puede llegar uno a pensar que en 1967 aún no se había inventado el vídeo, ni por lo tanto el videoclip, esa cosa que enseguida se vio que valía para pequeños cortos de escenas subliminales con las que promocionar a los cantantes. En algunas de las escenas de sexo, por ejemplo, bien aderezadas con buena música de la época (que en música Scorsese siempre ha estado muy puesto), me pareció que estaba viendo un videoclip de esos, y en algún otro momento de la película también. Los expertos en arqueología cinematográfica podrán decir así que esta peñícula es todo un hito, pero a mí eso me importa un pito, y desde las ganas de ver buenas películas, o sea, que me cuenten buenas historias con ese invento llamado cine, yo le clavo un CERO PELOTERO y me quedo tan ancho.