jueves, 8 de diciembre de 2011

270. MIS BLOGS

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Hace unos días un lector se refirió al sPyPnic como si fuera "mi blog", pero de eso nada. Yo aún no sé muy bien lo que son los blogs, pero lo que tengo claro es que este no es "mi blog", porque, entre otras cosas, tengo unos cuantos más. Muchos más.

Lo primero que se pensó de los blogs es que eran "diarios" abiertos de gente con ganas de exhibición. Un poco como las experiencias de las casas de cristal, gran hermano o cosas así, pero todo ello contado por uno mismo. Yo, sin embargo, me abrí un blog por despecho, porque me habían echado de la hojilla parroquial del Colegio de Arquitectos donde escribía y tenía ganas de venganza: que no me dejáis publicar, pues ahora vais a ver. Y así nació el LHDjuandiezdelcorral, que a razón de entrega casi diaria llegó enseguida a las trescientas y pico. ¿Está ya cerrado ese blog? Que yo no escriba ahora no quiere decir que no se pueda leer. Todo lo contrario: los libros se leen cuando uno deja de escribirlos, y la mayor parte de las páginas de aquel blog podían estar perfectamente dentro de unas tapas duras. Y si no en tapas duras, al menos en formato ebook que es como los apañé poco antes del pasado verano. Visto así un blog es como un libro que uno va escribiendo día a día de cara al público.

Cuando razonar sobre la arquitectura me empezó a cansar y me di cuenta que en materia de masas verticales los montes son mucho más bonitos de contemplar, empecé a coleccionar excursiones y paseos a las montañas, y ya puestos, me puse a hacerlo en un blog hermano del anterior llamado montesyarquitectura. Va por ochenta y pico entregas.

Al poco tiempo me di cuenta de que no podía dejar de machacar la pésima arquitectura que se enseña y ejerce en nuestro tiempo, y se me ocurrió coleccionarla en otro blog llamado CASCOTES, que va por 206 entradas. Es un blog un poco loco, afectado seguramente por los propios edificios que trae.

Puesto a conjurar males, y dado que la política y el periodismo son tan malos males como la misma arquitectura, un buen día empecé a poner cosas aquí (sPyP) sobre las bobadas que decían unos y escribían otros, y mira por donde que empecé a hacerlo al estilo de internet, ala, con un nick en vez de nombre.

Para compensar esa deriva, pensé que si me ponía a escribir sobre mi paraíso perdido, es decir, sobre el pueblo de mi infancia, lo mismo se enderezaba mi propia escritura, y a falta de otro género más a mano, volví a recurrir al blog, y así nació ANGUCIANA, blog que pasa ya de las cien entradas.

Y viendo que no todo en mí era negatividad, me dio también por poner en un blog los edificios por los que sentía cierto afecto, y en memoria del primer blog, (más o menos cerrado), creé EDIFICIOS LHD, que ya pasa de la cincuentena de entradas.

También pensé que sería bueno volver a publicar mis artículos viejos o incluso libros o partes de mis libros, y que el librito que hace años hice con mi padre sobre nuestra familia podría adoptar el formato de blog, y así sucesivamente.

¿Qué son pues mis blogs? ¿Los nuevos anaqueles de mi estantería? ¿Un diario ordenado por materias? ¿Cartas abiertas (destinadas principalmente a mis hijas)?

No solo eso. De un tiempo a esta parte descubrí que se pueden tener nuevos blogs sin necesidad de dejarlos abiertos, como el de las fotos familiares (que obviamente no tiene sentido más allá de la familia), o el de mis Clases de Diseño (que prefiero ir puliendo con calma profesional antes de someterlo a juicio o debate).

No sé muy bien lo que son los blogs pero sí tengo claro que han cambiado mucho mi vida; mi forma de relacionarme, de leer, mi forma de escribir y de guardar cosas. Al poco de aparecer los blogs inventaron las "redes sociales" y aunque en algún momento probé, no me interesaron. El interés por los blogs decayó mucho, y hoy los usan mayormente los mismos periodistas para abrir más su espectro de influencia, o incluso los mismísimos políticos para enseñarnos la cocina de sus ideas (!). Además de ello, siguen estando ahí los blogs escaparates, con sus mercancías más o menos apetitosas a la vista (diseño gráfico y arte, especialmente) o los blogs eróticos, con sus maravillosas fotos, relatos calientes e intimidades varias.

Es difícil de predecir cómo derivará o acabará el siglo XXI, pero si tuviera que decir cómo empezó y qué es lo que lo hace distinto del siglo anterior, yo lo tengo claro: los blogs. O más concretamente, mis blogs.
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