jueves, 8 de diciembre de 2011

269. DESPEDIDAS - 2008 - YOJIRO TAKITA

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Estamos de suerte. Al fin una película que me apetece recomendar a los amigos que vienen por aquí (¡carajo!, cada vez más: "estadísticas" me dice que 60 diarios... ay, ay, voy a empezar a preocuparme...!). Y mira que los japoneses son raritos (como marcianos, -que decía el amigo Jaime). Claro que..., en tiempos de frikismo, es normal que vuelvan a estar de moda. En todo caso, en ese rechazo a la muerte y a los muertos, nos llevamos poco. También ayuda que la música es la nuestra: Brahms, Bach. Beethoven. Las tres B que me decía mi amigo Joan Isart.

Hombre, y ya que veníamos de Bus Stop, también en DESPEDIDAS hay mucha nieve. Y esto se agradece. La nieve nos iguala. Y los teléfonos móviles.

En lo que todavía hay alguna diferencia es en la arquitectura y la decoración. Solo por ver los interiores o la casa de la funeraria, ya vale la pena ver DESPEDIDAS.

Le sobran metros, hay algún momento de cine tontorrón, con vuelo de cisnes, lagrimillas de más y algún otro recurso facilón (como si fuera cine malo o español, vaya). Pero todo ello se pasa por alto gracias a esa actitud hacia el ceremonial que rara vez vemos ya nunca en occidente, y seguramente por reflejo, en el cine occidental. Las posiciones y los gestos de los amortajamientos son pura danza gestual. Los saludos, las miradas, los silencios, son de otro mundo. No sé si estrictamente japonés o de un mundo más universal, anterior y olvidado. Un mundo que da gusto visitar gracias a películas como esta.

Ah!, se me olvidaba decir que la descubrí gracias a que Juan Abreu la mencionaba hace algunas semanas en su blog. No recuerdo que la recomendara (en general él tiene debilidad por Japón), pero por donde pasa Abreu es bueno echar un vistazo. Y esta vez se merece mi reconocimiento.
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