viernes, 20 de octubre de 2017

890. STEFAN ZWEIG




 “Por mi vida han galopado todos los corceles amarillentos del apocalipsis, la revolución y el hambre, la inflación y el terror, las epidemias y la emigración; he visto nacer y expandirse ante mis propios ojos las grandes ideologías de masas: el fascismo en Italia, el nacionalsocialismo en Alemania, el bolchevismo en Rusia y, sobre todo, la peor de todas las pestes: el nacionalismo, que envenena la flor de nuestra cultura europea”.

Stefan Zweig


De Stefan Sweig sólo había hasta hoy una etiqueta en este blog, lo cual es completamente injusto. Siendo estudiante de arquitectura en la Barcelona de los primeros setenta empecé a leer a Nietzsche y como en aquella época no había wikipedia y quería saber algo de su vida, me compré una pequeña biografía editada más o menos como una de las novelitas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía. Todavía he sido capaz de haberla encontrado hace un rato entre el desorden de mis estanterías:


En MOMENTOS ESTELARES DE LA HUMANIDAD - Catorce miniaturas históricas (ed Acantilado 2006) estaba el relato del descubrimiento del Pacífico al que había hecho alusión en el post 533. La pequeña biografía sobre Nietzsche la volví a comprar en una edición de Acantilado (Barcelona 1999) agrupada con otras dos dedicadas a Hölderlin y Kleist bajo el impactante título de LA LUCHA CONTRA EL DEMONIO. Pero los otros dos libros de Zweig que estos días se me antojan más necesarios y que tenía bastante en el olvido son EL LEGADO DE EUROPA y CASTELLIO CONTRA CALVINO (Acantilado 2008 y Acantilado 2006). El primero de ellos arranca con un apunte sobre Montaigne que te obliga de inmediato a tener siempre a mano sus Ensayos. El otro, el de la terrible muerte de Servet en Ginebra bajo la acusación de Calvino lo tenía bastante olvidado, así que lo reabro y leo otra cita que parece escrita para estos mismos días:

"Precisamente aquellos que no tienen ningún miramiento a la hora de forzar la opinión de los otros son los más sensibles ante cualquier oposición a su propia persona (...) El mismo hombre que sin piedad mandó quemar a otro a fuego lento sólo por una disparidad de opinión, exige muy seriamente compasión, no para la víctima, sino para sí mismo."

(pag 179. Una conciencia se alza contra la violencia)

La cita que encabeza esta nota se la debo a GUILLERMO ALTARES, periodista muy asentado en EL PAIS al que no tenía el gusto de conocer por haber hecho carrera en los años más sombríos de ese periódico. El artículo en que estaba inserta es magnífico: LOS NACIONALISMOS QUE ENVENENARON EUROPA. Como todo en la prensa, ya ha sido relegado por lo que se escribe al día siguiente y me ha sido difícil volver a localizarlo, de ahí que lo ponga con el enlace y con etiqueta y foto de su autor para que no se me olviden: