Como ya no se enseña filosofía, buena parte de la población ha olvidado que para poder hacer política (una de las partes de la filosofía) hay que haber superado la parte previa de la filosofía denominada ética, cuyo primer principio es respetar total y absolutamente la vida de los demás seres humanos. Dejar que hagan política (o que lo intenten) gente que tiene pendiente compromisos éticos por haber apoyado o incluso haber estado implicados en acciones de aniquilación de seres humanos es una grave responsabilidad de toda la sociedad. Al haber llevado a la tribuna al Parlamento Europeo al etarra convicto Arnaldo Otegui, los partidos políticos españoles Podemos e Izquierda Unida han traspasado las líneas rojas que cualquier ciudadano de un país democrático y europeo debe tolerar. Y a su vez, el Parlamento Europeo ha mostrado una debilidad interna y estructural (por no decir también moral) que lo pone en serias dudas.
En los últimos tiempos, el sPyP se ha permitido hacer bromas con la gente de Podemos como si fueran uno más en el panorama político español, pero cuando se traspasan ciertos límites éticos, las chanzas con esta gente no tienen gracia alguna.
Puesto que los profesores de filosofía y las instituciones políticas han perdido ya la capacidad para trazar la línea que separa la ética de la política, línea roja que impide o que da acceso al ejercicio de ésta, el sPyP cree estar en el deber de hacerlo, cerrando cualquier chanza con la gente de Podemos e Izquierda Unida mientras no hagan una declaración expresa e inequívoca sobre la violencia política que implica, o ha implicado, el asesinato de personas.
