domingo, 7 de septiembre de 2014

749. LA RIOJA CONTEMPORANEA. COMPENDIO HISTORIAL 1784-1996. FRANCISCO BERMEJO, 2013



Dejé este blog a comienzo de verano comentando un libro y vuelvo con otro, pero válgame dios que no quiero que después de echar de aquí a la música (spyMUSIC) y al cine (spyCIN) por pelmas y acaparadores, me empiece a poner yo pesadito con los libros. Bastante pesados son ya los libros como para que encima contagien a los blogs. Esto va de leña al PP, o sea, a la Política y al Periodismo, y todo lo que se salga de ahí..., mmmm, a otro blog. Pero mira por dónde que por ser este libro que acabo de leer una especie de compendio (pesado) de política y periodismo y encima local (ahhh), me da que va a tener todo el derecho a estar aquí.

Coincidí alguna mañana con Paco Bermejo en el Archivo del Ayuntamiento cuando yo hacía mi GUIA DE LA ARQUITECTURA DE LOGROÑO y él recopilaba datos de viejos festejos del frontón Revellín  para sus historias. Nos presentaron y apenas cambiamos cuatro frases de cortesía como colegas en esto de la investigación. Luego creo haberle visto rondando por la calle San Juan o por Piedra del Rayo algún día más, pero eso es todo. En marzo de este año, al pasar por la librería vi el título de un libro suyo y por aquello de la buena vecindad me dije, ¡hombre! a ver qué cuenta.

En condiciones normales no lo hubiera leído (en una divertida solicitud para ser presidente del Instituto de Estudios Riojanos ya expuse como uno de mis mayores méritos el haber comprado un montón de libros sobre temas riojanos y no haber leído ninguno), pero de vuelta de los fatigosos viajes veraniegos me refugié en mi caótica biblioteca y me puse a leer lo primero que pillé a mano sin preocuparme mucho de lo que leía. Y en fin, para cuando quise darme cuenta, me daba pereza dejar sin acabar el libro de Bermejo. Un libro de Historia de la Rioja (que valiente me importa) basado en la lectura de muchos periódicos (cosa que no puede ser buena).

Entendámonos, la Historia me importa, ¿que persona medianamente culta puede decir que no le importa la historia...? "émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo porvenir" ¿o los historiadores? "habiendo y debiendo ser puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rencor ni la afición no les haga torcer el camino de la verdad" (Cervantes, Don Quijote, cap IX). ¿pero Historia "de la Rioja"? ...como si esa invención territorial habida para crear un montón de sueldos fuera un sujeto de suficiente interés como para tener su historia? ¿A quién le importa la entidad histórica de la Rioja si no es para justificar todos esos cargos y carguitos de pingües sueldos? A mí desde luego no.

Pues bien, Paco Bermejo, como si estuviera haciendo una de esas Historias pagadas por las Cajas de Ahorros (o contagiado tiempo atrás de ese modo de hacer historia por encargo), convierte la creación de la entidad provincial y autonómica en la columna vertebral de su libro -como si el destino de todos los grandes hombres de esta provincia (políticos) fuera el traer a la vida (a la Historia) esa cosa llamada Rioja (para acabar cobrando buenos sueldos por ello). Ahora se entiende lo que me importa el libro. O esa Historia.

El grueso del libro es más simpático pero en cuanto sabes que las páginas están sujetas por esa columna vertebral tan artrósica, como si Paco tocase las castañuelas. Pero vamos con las fuentes. Investigando en las hemerotecas para intentar recomponer la desmemoria de los años de Franco, cuenta Paco Bermejo que un joven le advirtió: "¿y se fía Vd. de lo que pone en ese periódico? pag. 235). Bermejo se aparta entonces de la columna vertebral mencionada y trata de responder a esa pregunta con una meritoria reconstrucción de la barbarie del bando ganador dando la lista de los cabezas de la misma, es decir, los gobernadores civiles, empezando por el siniestro capitán Emilio Bellod Gómez. Pero ese desplazamiento ocasional del eje del libro como respuesta a la ingenua pregunta del joven no deja de ser una concesión más (una concesión político periodística) al intento de revancha histórica sobre el desenlace de la guerra civil, haciendo que en la derrota del campo de batalla y en los fusilamentos se mezclen los asesinos con los soldados y se conviertan todos en mártires. Como yo no soy historiador, desde mi ignorancia me atrevo a decir que lo más novedoso del último periodo histórico que el propio Bermejo reconoce no saber contar, quizás sea el propio hecho de vivir sin guerra ni amenazas, haberse abolido el ejercito popular y estar en franco proceso de desmilitarización. Pero que ahora no haya guerras no quiere decir que las olvidemos o aún peor, que las convirtamos en una historia (historieta) de buenos y malos.

La respuesta a la pregunta del joven seguramente es más profunda y una vez más es gracias a mi ignorancia que me atrevo a soltarla: los periódicos no son más que la primera escritura de la historia, la más interesada, la más falsa, la más ciega, la más ajena al tiempo. Historiar como pedía Cervantes, hacer que la historia sea la "émula del tiempo", seguramente sea pensar con un poco más de profundidad para poder corregir lo que dicen los periódicos. Y para eso, el peor camino es escoger como protagonista a un trozo de territorio y tener como referencia (al menos en el último siglo y pico) a las hemerotecas de un periódico que compite por su nombre.