miércoles, 29 de mayo de 2013

603. EROS * - 2004 - ANTONIONI, SODERBERGH, KAR WAI



Lo único a derechas de este truño de peñícula es el título, porque deja bien claro lo que quería ver el espectador, ja ja ja. Otra cosa es lo que se encuentra, jo jo jo.

Bien, antes de empezar ya uno sabe que son tres cortos, y no ignora que cuando se han hecho producciones similares llamando a varios directores para marear la perdiz en torno al sexo, siempre ha salido un truño. No somos unos pardillos. Pero esta vez el reclamo era fuerte porque ese trío de directores..., hombre...!!!, quién no cae en la tentación...?



De joven y jipi me gustaba Antonioni por aquello de que me recordaba a Velázquez. Era como un pintor metido a cineasta que no contaba nada pero que siempre elegía escenarios arquitectónicos muy poéticos y parecía expresar la atmósfera. Antonioni se murió en el 2007 con 95 años, así que su tercio de Eros fue su última película ¿su testamento? No, pero tenía 92 años cuando lo hizo, y aunque le salió una chorrada, se le puede perdonar. Y no precisamente por sacar a las señoritas en porretas como si ya se hubiera muerto el hombre y estuviese esperando en la cola del juicio final, porque son lo menos erótico del mundo.



La rayada de Soderbergh en blanco y negro que va a continuación tiene mucha gracia por la interpretación de los personajes, pero es una solemne tomadura de pelo. Así que si te ríes cuando te toman el pelo pues ya has visto dos tercios.


Queda Kar Wai que hace lo de siempre, o sea, un amor tenso, imposible, él repeinado y engominado, ella con unos vestidos preciosos, llueve torrencialmente, pasillos agobiantes y desconchados, bombillas colgando, cigarrillos, ambientes de trabajo sórdidos, chinos en camiseta blanca, etc. Cuando todo eso dura dos horas, hay que tener mucha paciencia, pero como aquí dura sólo un tercio de película, pues está mucho mejor.


Entre las tres no llegan a una estrella* sPyPcin pero de momento no la voy a borrar. Lo que sí me apetecería es cambiarle el título, pero no doy con él. Y es que sabiendo que no va de Eros, los tres cortos no tienen nada en común.