viernes, 24 de diciembre de 2010

187. BELEN

.













Lo prometido es deuda. Estando en Dhiban, territorio moabita, no hay más que sortear el Mar Muerto en la misma dirección que camina el sol y preguntar. No tiene pérdida porque todo el mundo tiene en mente Belén. El único problema consiste en sortear la enorme distancia que, esta vez sí, hay entre el Belén imaginario de nuestra infancia y el Belén real de la geografía.

Nada más duro por lo tanto que contrastar las cinco imágenes de arriba pertenecientes a la así llamada "gruta del nacimiento" con las fotos de los tradicionales belenes de nuestras casas y parroquias.









Vayamos pues con orden y echemos un vistazo a la carta de navegación habitual del spypnic y llegémosnos a Belén desde el aire. Este el panorama de acercamiento:






Aunque también podemos echar un vistazo desde nuestra ventanilla "Panoramioca" a ras de suelo:












Menudo cisco de ciudad. Cualquiera encuentra ahora el hueco ese que veíamos desde el aire donde se supone que nació Jesucristo. Donde la mula y el buey, la adoración de los pastores, los Reyes Magos y el castillo de Herodes.

Pero bueno, como preguntando se va a Roma, este es el lugar de nuestra peregrinación, la gran plaza que da acceso a la basílica de la Natividad, a la que por lo visto se entra por una puerta como las de las tiendas de IMAGINARIUM. Es como si fuera el punto de encuentro entre el Belén de nuestra niñez y el real.






Saliendo de la plaza el panorama no parece muy apetecible:






Por lo que cerramos esta visita de Nochebuena en el belén familiar de un artista que ha intentado mezclar el encanto de la historia de siempre con las formas tradicionales del lugar:


.
.