martes, 21 de diciembre de 2010

185. LA LOTERIA EN ZAPATRONIA

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Como diría Borges, ya hemos vuelto a aquello contra lo que lucharon los griegos: el principio de incertidumbre. El nunca Nobel jran escritor argentino contó en LA LOTERIA EN BABILONIA las muchas y estrambóticas maneras de practicar el azar en la vida de aquella parte entre ríos que según conté en no sé que otro post (ah si, ya sé, en el CASCOTE DE Hong Kong) partió el mundo en dos con el griego.

La cosa es que el Zátrapa Socialista, aprovechando que es Navidad, nos ha alargado la condena al trabajo por dos años más. Un griego sensato ofrecería una respuesta racional: muy bien, pues entremos a trabajar dos años más tarde. O distribuyamos el trabajo que nos quedaba por hacer hasta los sesenta y cinco en ese nuevo periodo algo más dilatado. Nada más sencillo.

Pero lo curioso del caso es que la edad de entrar a trabajar no tiene nada que ver con la cantidad de trabajo a realizar y realizado, ni con la edad de dejarlo y ponerse ya cobrar sus réditos de la Compañía sin pegar ni chapa. Mientras se anuncia que muchos desgraciados se jubilarán a los 67 se noticia que las fusiones de las mangutas Cajas de Ahorro Provinciales van a llevar a la jubilación en estos meses a más de 4.000 empleados en la bonita edad de 55 años.

Un amigo de Santoña de 56 años con el que me encontré en la última reunión de alumnos me contó que como era mal estudiante no consiguió aprobar las oposiciones al Estado y tuvo que quedarse como empleado en un mal Banco. Pero como en aquel cuento chino de la mala/buena suerte, ahora se ríe a gusto de su torpeza con los estudios porque mientras los que aprobaron trabajan, él se levanta cuando quiere de la cama, pasea al perro, y silba a las chicas por la calle, cobrando la misma paga.

Más que Alianza de Civilizaciones yo creo que se trata de un Mix de Civilizaciones. Ya no es sólo que vengan los paquis a llenar las camas de los hospitales; es que ahora vamos a jugar a la Lotería de la Vida desde chiquitines. Como en aquella Babilonia borgiana: "soy de un país vertiginoso donde la loteria es parte principal de la realidad".

Y yo sin jugar ni un décimo mañana...
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