sábado, 10 de julio de 2010

162. BOBOCHORRA

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Ayer por la tarde en el Museo Würth de la Rioja se inauguró la exposición antológica del escultor canario afincado en la Rioja Félix Reyes. Recibí una invitación hace varias semanas en la que se pedía que se confirmara la asistencia, y supuse que era porque en la invitación se decía que tras la inauguración habría un "coktail".

Ignoro a cuantas personas se envió la invitación y cuantos respondieron tan cortesmente como yo, pero el caso es que se congregó muchísima gente.

La inauguración consistió en un "acto" de pequeños discursos, presentaciones, vídeos y entrevistas bastante próximos todos ellos al género de la telebasura, algo que me hirió profundamente por el aprecio que tengo al escultor, y porque sé que Félix Reyes no tiene defensas contra esa peste.

El director del Museo, Juan Ramírez Codina comenzó el acto advirtiendo entre risitas que tras los discursos y los vídeos que íbamos a ver había que visitar detenidamente la exposición y no ir directamente a tomar el canapé; y abundando en la broma, que los camareros iban a exigir un certificado de haber recorrido las cuatro zonas de la exposición para que nos lo dieran. La mayor parte de la gente que estaba en la sala, supongo que gente también sin defensas contra la telebasura y la falta de respeto, le rió la gracia.

Durante el canapé servido en el así llamado "jardín zen" situado entre el museo y la nave de almacenamiento de Würth, un espacio tan calamitoso que convierte en sensato el jardín de "Mi tío", estuvimos haciendo unas risas con unos amigos sobre el vocabulario típico riojano, y una de las palabras más celebradas fue bobochorra.

No se me ocurrió en el momento quién podría ser un bobochorra ejemplar, pero ya lo tengo.