viernes, 2 de julio de 2010

156. ¿QUÉ HACEMOS AQUI?

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Una pregunta que todo el mundo se hace cuando no sabe preguntarse otra cosa más sencilla y que Félix de Azúa respondió así:


UNA PREGUNTA

La revista "El Ciervo" nos hizo llegar a unos cuantos individuos (no sé ni cuántos ni quiénes) la pregunta "¿Qué hacemos aquí?" para que respondiéramos si así lo deseábamos. Iban a publicarlo en el número de junio. Como es una revista católica, supuse que se referían a un "hacer" de orden más bien teológico, la mirada personal de cada mortal sobre nuestra condena a muerte. Esta fue mi respuesta. No he vuelto a saber nada de la revista, de modo que la cuelgo con variantes por si algún lector tiene mejor argumento. Siempre será instructivo.

La frase "¿Qué hacemos aquí?" tiene dos posibles sentidos.

El primero equivale a "¿Qué pintamos aquí?". Traducido al akademe: ¿Cuál sería la razón suficiente que me permitiría justificar (o fundar) la existencia de los humanos en el cosmos como algo necesario y no como algo prescindible o trivial?".

El segundo sentido vendría a ser: "¿En qué hemos empleado o estamos empleando el tiempo que nos queda en este mundo?".

El primer sentido carece de respuesta o quizás más exactamente: la pregunta es la respuesta. ¿Qué hago yo aquí? Pues preguntarme sobre las razones de por qué el ser y no mejor la nada. ¿Cuál es la razón suficiente para preferir el ser sobre la nada? Ninguna, pero incapaz de conformarse con la nada, la conciencia genera una inquietud que constantemente pregunta por la razón de ser de las cosas. Entre las cosas por las que pregunta figura esa razón que pide la razón de ser. De este círculo vicioso no hay quien escape.

El segundo sentido sí tiene respuesta, pero es descorazonadora. De momento y después de un millón de años parece que hemos venido a no hacer absolutamente nada que no sea inquietarnos, agobiarnos, agitarnos, desasosegarnos, odiarnos, humillarnos, destruirnos y preguntarnos qué hacemos aquí. En cuanto tenemos una respuesta para esa pregunta, comienza otra matanza.

Entre matanza y matanza dice el Eclesiastés que hay un tiempo para amar.


(Viene bien tenerla a mano por si no se nos ocurre otra cosa)
Y por cierto, ¿qué haces tú aquí, o sea, en el sPyP? je je