jueves, 14 de enero de 2021

926. CIUDADELA DE KUELAP, Perú



Sin apenas tiempo para descansar de nuestro provechoso viaje a Göbekli Tepe, nos montamos de nuevo en el spypnic y nos vamos nada menos que al Perú a ver lo que llaman el Machu Pichu del norte, es decir, la ciudadela de Kuelap. Y esta vez nos vamos con un guía de lujo, es decir, el tipo que a través de su libro BIÓLOGO EN SALSA VERDE nos informó de su existencia: el riojano César María Aguilar Gómez. Aquí lo tenemos:


Entre el 20 y el 23 de agosto del verano pasado devoré su libro como una boa sin saber muy bien lo que comía, es decir, sin separar los huesillos de la carne o de los nervios. Como César decidió ilustrarlo con unos dibujitos de lo más naif y certeros, el apremiado lector se queda prendado del chispeante texto sin saber muy bien por donde nos llevan sus aventuras. En el blog que ha abierto dedicado al libro va poniendo, a modo de publicidad, algunas de las miles de fotos que seguramente hizo por allá, mayormente de los asuntos biológicos que a él más le interesan, pero los turistas del spypnic nos quedamos con las ganas de ver el hito arquitectónico más importante de su periplo peruano: las ruinas de la ciudadela de Kuelap: capítulo 11 LOS HOMBRES EN LA NIEBLA, pag 147 a 159.  

ubicación de la ciudadela en el mapa del Perú

Bajamos un poco más y relacionamos la posición de Kuelap con la ciudad más importante del norte del Perú, Trujillo, y con el espinazo andino:


Al este de los Andes, es decir, ya en la cuenca del Amazonas, la ciudad más cercana a Kuelap es Chachapoyas (nada de risitas en el pasaje...: chachapoyas es el nombre genérico de toda la cultura de la zona) que tiene un pequeño aeropuerto para recibir a los turistas. Al NE de la trama urbana se ve la pista de aterrizaje. 


Como en el spypnic manejamos todo tipo de información, le damos a google maps a ver por dónde le llevaron a César desde Chachapoyas hasta el centro de recepción de turistas de Kuelap pasando por Nuevo Tingo:


  ¡Madre mía! qué de vueltas. Poco menos de cien kilómetros y unas tres horas de viaje (!!!). Contagiado del espíritu aventurero de nuestro guía, busco dos vías alternativas algo más atrevidas. La marcada como (1) es el "camino a Kuelap" que sale en la margen izquierda del río Utcubamba en el punto que muestra la foto (justo antes del puente que pasa a la margen derecha):

Kuelap es aquella montaña que se asoma por el fondo, así que "buen camino, hermano"

Mirando con el googuelejo la montaña de Kuelap, se aprecia una catastrófica carretera que sube desde el sur y que ha provocado unas erosiones de campeonato:


La entrada a esa carretera se hace por este puente (2), pero yo no seguiría por ahí forastero...


Asustados por la inmensidad andina nos volvemos a Nuevo Tingo y miramos a Kuelap desde su plaza...

...desde la que... parte un moderno teleférico, construido, como ya nos decía César, en el 2017

en la foto de la estación de llegada que ofrece Google Earth, aún estaba en construcción

Desde el centro de llegada del teleférico a la ciudadela aún hay un paseíto. Para los turistas más vagos, ofrecen un servicio de mulas (!!). Pero nosotros, como ya saben, siempre llegamos por el aire, y gracias a ello descubrimos que el interior de la zona amurallada está lleno de construcciones circulares, como las pallozas de nuestros Ancares. En el capítulo dedicado al espacio de mi Manual de Crítica trato con emoción sobre esta forma arquitectónica:


Como nosotros vamos de turistas digitales, ahora no nos queda otra que ir picoteando entre las fotos de los amables antecesores analógicos que, cámara en mano y con generosidad ejemplar, han ido subiendo luego sus fotos a google earth para que todos las veamos. ¿Podremos agruparlas y trasladarlas a este benéfico y benemérito blog que cual verdadera ONG no tiene parte ni beneficio alguno? Yo creo que sí, pero si alguno de los autores quiere que las retire, lo haremos de inmediato. (La mayoría tienen nombres polacos o alemanes u holandeses muy difíciles de transcribir, así que mejor los dejo en el glorioso anonimato).


César ya nos decía en su libro que el punto que atrae todas las miradas es la larga y empinada entrada que se va estrechando poco a poco hasta que solo puede pasar una persona. Pero antes de ir a ella, yo  alucino ante la grandeza de los muros de la fortaleza. No tienen la estereotomía de los de Cuzco o Machu Pichu, al sur del Perú, pero menudo tamaño.





Esta no parece ser la entrada del estrechamiento. Hay tres

Esta sí

es una promenade grandiosa, ya lo creo

aquí, vista desde arriba con el último estrangulamiento y los muros de las "pallozas"

¡hombre! un toldo para los arqueólogos; de eso sabemos ya mucho los viajeros spypnic jijiji, qué arte

No sigo, que cada cual haga su tour por las ruinas y dentro de una hora partimos a ver un par de cosas más por la zona. No, no, a la loca expedición que hizo César jugándose la vida no, a esa no vamos (pag 155 y siguientes) que nosotros tenemos en mucho aprecio la nuestra, y además, es mejor que la lean en el libro y vean la bonita ilustración que hizo de sus hallazgos. Nosotros haremos un rápido tour sin bajar del cohete por tres de los reclamos turísticos de la región:

los sarcófagos de Karajía, al norte de Chachapoyas

la catarata Gocta, de la cual les cuenta algo César en el blog mencionado

y los mausoleos de Revash, en otro de los valles de la región

Y ahora pasen y compren BIÓLOGO EN SALSA VERDE, que el autor les firmará amablemente una dedicatoria como privilegiados viajeros spypnic que son ustedes. Con mascarilla y total seguridad de no contagiarse del Covid, faltaría más: