miércoles, 4 de abril de 2012

379. JAN SVANKMAJER



Hace tiempo que sigo el título de este libro como si fuera un mandamiento: nada de periódicos ni televisión, es decir, ciego total. Pero como los lectores de estas notas saben de sobra, lo que acaba por llegar a mi vista es todo lo banal y comercial que anuncian en los periódicos y la televisión. O no hay forma de escapar o es que no cierro bien los ojos.

Pero de vez en cuando se produce el milagro, y obviamente es con el boca a boca. Me llama por teléfono Julián Lacalle, el editor de Pepitas de Calabaza para darme la grata noticia de que dentro de un mes va a estar en la calle LA CIUDAD EN LA HISTORIA, el tercero y último de los grandes libros de Lewis Mumford, y de paso me invita en la recién estrenada Filmoteca de Logroño (tan nueva que no la conocíamos) donde va a hacer presentación de un nuevo libro sobre un artista y cineasta de animación checo del que, además, se van a proyectar una selección de cortos y un largometraje.

Lo que hagan los artistas no me suele hacer nada gracia, y menos ir a sitios donde hay gente a la que le hacen gracia los artistas, pero este Julián es una sorpresa continua y una vez más me gana la partida. En algunos de los cortos me reí más que con las grandes películas de cine mudo, y en general me vi sorprendido de que hacer arte y mezcla de artes sea aún algo posible y con sentido.

Por supuesto, me compré el libro, en el que fui directo a los textos del propio Svankmajer que son sin duda lo mejor del mismo. Sólo el Decálogo o el Manifiesto para un Nuevo Arte Aplicado ya justifica tenerlo a mano. Además de ello hay lecturas políticas muy sabias (más bien aforismos) sobre la civilización y la revolución, la libertad y la creación, que tienen aún la esperanza de la gente que ha salido detrás del telón de acero y que aún no ha caído en nuestro escepticismo radical.

Lo que no hacen ni la Universidad, ni las variadas Instituciones Culturales con dinero público, lo hace en Logroño un tipo tan tirado como Julián Lacalle. Es para quitarse el sombrero. Y por supuesto, para seguir con los ojos cerrados esperando que me llame otra vez.

Podéis ver algunos de los cortos de Svankmajer en esta reseña de LETRAS LIBRES, aunque me imagino que habrá muchos más en internet.