lunes, 16 de febrero de 2009

PRESUNTO JUEZ



Bastantes días sin escribir ni una línea sobre la vida política nacional. Debe de ser porque la que está cayendo es gorda y más que animar a escribir, le deja a uno boquiabierto. Aunque también es verdad que para contar la “actualidad” lo peor es la “actualidad” y que con un poco de perspectiva se cuenta mejor.

En las últimas semanas de enero el Partido en la oposición estaba hundiéndose un poco más con líos de espionaje interno entre sus líderes; aunque la noticia acaso podría contarse de otro modo: que el periódico ELPAIS estaba utilizando esos líos para abrir una profunda división dentro del partido enemigo (pues como es sabido, los periódicos modernos no se dedican a informar, ni mucho menos a formar, sino que son arietes de la contienda política).

No habíamos salido de esta historia cuando también ELPAIS informaba en amplísimos reportajes de las tramas de corrupción que el juez Garzón había descubierto en la historia reciente del Partido Popular, procesando y deteniendo a los presuntos culpables (informaciones impensables sin una descarada y delictiva filtración del sumario).

Pues bien, en estas estábamos cuando ELMUNDO, para hacerle la contra a ELPAIS, saca que en medio de este proceso judicial contra la corrupción del PP, el juez Garzón se va de cacería con Bermejo, el Ministro de Justicia del gobierno del PSOE, es decir el ministro más chulesco que ha conocido este país en muchos lustros (y mira que hay políticos descarados y altaneros...). La separación de poderes, principio fundamental de la democracia moderna, hecha añicos.

Lejos de reconocer el error o plantearse dimitir, los dos personajes responden a la noticia con la ostentación de sus habilidades en la caza o con declaraciones despectivas hacia el periódico en cuestión por fijarse en lo que hacen personajes de su talla e importancia política durante el fin de semana.

Con los dos partidos tratando de hundirse constantemente en una guerra suicida y con el Juez Estrella de los medios de comunicación jugando en uno de los bandos, la democracia española está cerca del nivel cero. La política en este país ya no es un asunto de debate, sino un asunto clínico, y además..., ¡de urgencias!

No es de extrañar por tanto que el periodista más incisivo de la radio le esté llamando estos días a Garzón, “presunto juez”.

Y es que ¿alguien puede creer en la Justicia de un juez estrella de los medios de comunicación?