martes, 20 de diciembre de 2016

866. ATENTADO



Según he podido leer en algunos medios de formación de masas, el ministro de Interior alemán De Maiziere dijo que no quería usar aún la palabra "atentado" porque (según dicen otros medios) esa palabra le parecía demasiado fuerte. A mí, sin embargo, esa palabra, "atentado" me ha parecido siempre bastante suave o más bien, bastante "tonta". Seguramente por lo de las dos tes seguidas o porque un atentado es un "intento de" algo y no algo ya efectivamente realizado. Cuando después de asesinar vilmente a una persona, los medios repetían hasta la saciedad y el aburrimiento que se había producido un "atentado", yo siempre me preguntaba por qué no decían que había sido un atentado con éxito, porque en muchas ocasiones también podía leerse en la prensa que se había producido un atentado fallido.

Otra cosa podría ser que cuando se llamaba "atentado" a un asesinato terrorista se quisiera decir que se había atentado contra el orden establecido o contra la paz ciudadana, en cuyo caso podría estar bien dicho. Un asesinato a una persona o una acción bélica con no muchas víctimas puede ser, en efecto, un "atentado" a la paz social, y en este caso vendría a ser algo así como la pequeña batalla de una guerra que el afectado (la sociedad) llama precisamente "atentado" para no reconocer la acción bélica o el estado de guerra. Ahora bien, cuando el ministro alemán y toda la prensa europea, ¡toda!, ya no se atreven ni a llamarlo atentado ¿cómo lo han de contar?

Ayer noche, después del atentado a la paz social en Europa provocado por el atropello indiscriminado de un camión contra el mercadillo de Navidad de Berlín con resultado de doce muertos y multitud de heridos, todos los periodistas europeos, todos, sufrieron muchísimo porque el ministro alemán dijo que mejor no decir la palabra "atentado". Para salir de su atasco con el vocabulario la mayoría usó en sus titulares la palabra "atropello" que hacía alusión al medio técnico pero no al fin; que es como si para dar la noticia de un asesinato terrorista dijeran que un tipo ha disparado un arma.

No se entiende muy bien que gente que ha ido a las universidades a estudiar lenguas y periodismos tenga tantas dificultades con las palabras, pero lo que ya resulta del todo incomprensible es la obediencia o el poder del ministro del interior alemán sobre toda la casta periodística europea, ¡toda!, incluido Libertad Digital, que era el único medio que parecía salirse un poco de la norma. Ni Goebbles había tenido tanto poder en los momentos de máxima expansión del nazismo.

Si la palabra "atentado" es muy fuerte y ya no se puede decir ante una acción terrorista, lo que se trataría de decir (pensando en positivo) es que la paz social no se va a ver alterada por un hecho así. A tenor de lo que viene ocurriendo eso parece ser cierto mientras esos "atentados" se produzcan cada tres o cuatro meses y no caigan más de cuarenta o cincuenta ciudadanos, que son los que mueren cada fin de semana en la carreteras sin que se altere la paz ciudadana. Ahora bien, ¿y si esos "no atentados" se empezasen a producir con una frecuencia muy superior? ¿cada semana? ¿o cada tres días? ¿Cómo los llamaríamos?

Ahí tienen trabajo los periodistas. Es decir, los medios de formación de masas.