martes, 13 de mayo de 2014

739. EUROTELEVISION






Otro año más sin ver Eurofisión. Qué pepena. Desde que descubrí que era un reducto gay y un canto a Uropa me dije que tenía que volver a verlo, pero ni por esas. Es que solo con encender la tele ya me da calambre. Pero como vifimos en tiempos de internerd, no hay más que darle al youtube, cling, y ahí está nuestra ruz cantando a Eppaña in inglis. Qué guay.

Fuera bromas, como no podía ser de otro modo, la canción eppañola es un truño y el estripillo ese de Daaaancin in de reinnn, se te indigesta cual cebolla cruda en la primera audición, pero hay que reconocer que la Ruz tiene un xorro de voz y que a fuerza de darle al xorro casi te mociona. Pero canción y cantante aparte, que eso es lo de menos, con lo que he lucinado es con la decoración... toma! toma! toma! y con el nivelazo al que ha llegado la televisión en todo eso de la luz (de ahí el alucine) y los efectos visuales.

Ya venía yo observando en anteriores vestifales que la jrandeza de los escenarios era como un órdago del país orjanizador al resto de Uropa (¡aquí estoy yo!); pero como cada año son más apabullantemente impresionantes también pudiera ser que fuera una misma empresa especializada asociada al circo eurovisivo la que lo monta siempre importa poco donde. Sea como fuere, el caso es que después de ver un spectáculo de tal calibre da uno en pensar en las enormes posibilidades y en la gran capacidad de transformación y sugerencia que se pueden conseguir ahora con la luz, las cámaras y demás efectos visuales, y lo anticuadas que se han quedado las viejas artes escénicas de la arquitectura, la pintura y la escultura. Ay ay, es como para pensar que con lucecitas, focos, cámaras y retroproyectores se podría convertir un truño de ciudad en un paraíso de ensueño (!). El viejo luz y sonido pero a lo jrande.

El año que fiene no me lo pierdo...