domingo, 26 de febrero de 2012

342 EL PROBLEMA EDUCATIVO



Para demostrar lo mal que está la educación en España no hacen falta informes PISA, ni estadísticas de abandono escolar, ni baremos ortográficos. Una pequeña muestra de vídeos o fotografías de las algaradas de estos días en Valencia desaniman al más pintado. Razón tiene Mariano Rajoy cuando dice que dan una malísima imagen de España. Y tanto. Porque no hay nada más desalentador que ver a los representantes de la autoridad (la Policía) tan mal educados.

Con mucho más humor que yo los chicos de EL MUNDO TODAY han dado la noticia poniendo el acento en la fatiga y agujetas posteriores de los agentes y en la falta de estilo de algunos golpes (rodillazo en el cráneo, por ejemplo). Cualquier árbitro de tercera que viera los vídeos se llevaría las manos a la cabeza ante la cantidad de golpes no reglamentarios (como se diría en boxeo) que han dado nuestros agentes del orden, como si nadie les hubiera enseñado ni normas ni estilo. En la policía del franquismo (los grises) lo veíamos normal porque eran tiempos en los que, quienes éramos estudiantes íbamos para autoridad y los polis eran unos pobres desgraciados que nunca lo serían, pero en los policías nacidos y formados en democracia es tan escandalosa su mala formación que Mariano Rajoy y su Ministro de Gobernación harían bien en revisar la lista de los profesores de todas esas tropas tan pésimamente preparadas, y ponerles de patitas en la calle.

Digo yo que con tanta televisión autonómica no habrán tenido esos profesores ni tiempo de ver cómo lo hacen las policías de países más desarrollados, trabajando en grupo y con flema británica, pegando con orden y en su momento adecuado, deteniendo al que lo merece y dejando pasar a la gente que no quiere pelea. En los vídeos de Valencia justo se ve todo lo contrario y la verdad es que causa estupor. ¿No ha habido ni un solo profesor de la Policía que se diera cuenta de que en estos tiempos todo se graba y que no se pueden dar patadas al contrario a diestro y siniestro?

También provoca tristeza lo gritones y maleducados que son los estudiantes de ahora, que ni siquiera saben ya cantar a coro unas buenas consignas, correr a tiempo y dispersarse,  o que apenas les da la imaginación para llamar otra cosa que hijos de puta y fascistas a esos otros pobres estudiantes ya licenciados y uniformados que han tenido tan malos profesores como ellos; pero bueno, eso era de esperar, sobre todo después de que durante los meses que duró lo del 15-M ya viésemos que no tenían discurso alguno. Tan faltos de ideas andan todos estos jóvenes que al parecer han adquirido las más baratas, las que están más de saldo o en ganga desde hace años, es decir, las de la izquierda caduca y trasnochada. Falta de educación se llama a eso también. Seguro que les preguntas a esos chicos qué pasó en 1989 y te responden ¿la guerra civil?, sí hombre, eso que pasó hace mucho tiempo, yo no había nacido, etc.

Pero si los contendientes eran malos de solemnidad, los cámaras y periodistas que han cubierto el espectáculo no les van a la zaga. Casi me mareo viendo los vídeos (deben de ser de la escuela de Von Trier que no paran de mover la cámara) y por poco vomito al oír a los presentadores de la televisión gritando casi tanto como los manifestantes. Pero hombre de dios, ¿qué escuelas de periodismo tenemos también? Ni un mapa que explique donde se juntaron los estudiantes, ni un dato sobre lo que duraron las refriegas, ni un análisis de los despliegues de la policía, nada de nada de nada de buena información. Solo enfocar (y mal) a las patadas y gritar como los hinchas, como si en un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona sólo interesaran las algaradas. Y luego viene lo de poner los micrófonos a los adversarios, para que digan jadeando y nerviosos lo que ya se espera que vayan a decir, o sea, que los otros son los malos. Periodismo basura.

Qué país. Si no fuera por los del MUNDO TODAY y cuatro más, sería como para largarse corriendo y sin gritar. Hombre, hablando de correr y callar, voy a apagar este chisme e irme hacer footing, ala.