Ya saben Vds. que este blog está reñido con los artistas, oseasé, que en cuanto vemos a uno de esos engreídos sacamos el hacha y le damos pal pelo. O le damos directamente en la cocorota para comprobar que no sale nada, porque como muy bien decía antier la hojita del Mensajero, "no hay persona más vacía que la que está llena de sí misma". Jran definición de artista.
Es por ello que en ente volg estábamos deseosos de pillar esa película llamada EL ARTISTA, ja ja ja, acalmada por todos los periódicos y recibidora de todos los premios.
Bueno ¿y que qué tal, don sPyP?
Psssh, bien, un pasatiempo. Una buena ocurrencia la de hacer ahora una película de cine mudo.. Un interesante ejercicio de viaje en el tiempo Una extraordinaria exhibición de un par de coches, ja ja ja.
¿Y lo "del artista"?
Bah, una tontada. El engreimiento algo pesadito de un actor de cine mudo. Pero los actores no son artistas. Van de artistas pero no lo pueden ser, porque antes que artistas son actores. Cierto que algunos actores acabaron por hacer de sí mismos (en el libro NON OLET que comentaba hace unas semanas, Ferlosio se despachaba a gusto con sir Laurence Olivier en este aspecto, o con Gregory Peck en una perspectiva diferente, la del arquetipo), pero... (y ya que hablamos de arquetipo), el arquetipo del artista no es el actor.
¿Y la actriz?
Ah,ah ah..., ahí me habéis pillado. Esa es otra. Lo de la actriz es estupendo, pero no en la película, que vaya, está bien, sino fuera de la pantalla. En una basura de suplemento de periódico entreleo una entrevista en la que salen algunos retazos de su vida y me maravillo mucho más con su historia que con la de la película. BERENICE BEJO, que así se llama la actriz (y así se debería haber titulado este post si no fuera porque este es un volg serio y si empiezo a poner nombres de actrices lo mismo me empiezan a entrar las lectoras de suplementos femeninos), BERENICE BEJO digo, es una argentina que parece la mar de simpática, y cuya historia personal sí que tiene interés pues incluye dos emigraciones. La primera a los cinco años, cuando sus padres tuvieron que huir de Argentina por la dictadura militar (la madre era abogada y varios de sus compañeros de bufette fueron asesinados), y la segunda, cuando a los veinticinco años se fue de Francia a la Meca del cine.
Ahora tiene treinta y cinco y va a ser la reina de los Oscar. Pero como decía en esa entrevistilla: soy argentina, les hablo en español a mis hijos para que no se entere su padre, llamo constantemente a mis padres porque como argentina soy muy familiar, y cuando estoy con mi familia armamos bulla argentina. Bonitas pinceladas. Las leí justo al acabar de ver The Artist y me gustaron mucho más que la película.
Bueno, pero para eso vale el cine. Para descubrir a una estupenda mujer. Y de paso, a su marido, el director. Ah, ah ah, marido y director, se repite la historia, se repite el maridaje, se repite la gran definición de Truffaut. Aquí les vemos juntos:
Un buen tipo este Michel Hazanavicius que transforma a esta pareja de actores del dos mil once...
... en esta pareja de bailarines de los años treinta:
Las películas ya no son nada. Necesitan de las historias de los suplementos basura de los jrandes periódicos o de volgs malditos (como este) para que se entiendan. Si no, son como anuncios de tilivisión.
Y para acabar, el cartel de la peli. Para que no se nos olvide que este post iba "de cine". O sea, "de película", O sea, dabuten, muy bueno.