Es curioso que una película inspirada en el hecho tan simple de que todos los días nos suena el despertador a la misma hora, o en esos documentales que se hacen del rodaje de una película en los que vemos hacer la misma toma una y otra vez, haya resultado tan original y memorable. (No hace mucho que comenté una película de acción basada en el mismo recurso..., me va a costar encontrarla porque ya casi la he olvidado, ay, ah sí, CODIGO FUENTE, post del 29 de diciembre !!!)
La clave está en que una idea lleva a la otra: que gracias a la disciplina y la repetición podemos alcanzar un nivel de conocimiento y perfección con el que conseguir todo lo que queramos. Y como lo que más queremos es que nos quiera una mujer guapa, y ahí pusieron a la dulce Andy Macdowell, que cuatro años antes había conquistado el mundo con SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VIDEO, pues la película les salió redonda.
Rasco un poco para saber de su director, Harold Ramis, y me da que ATRAPADO EN EL TIEMPO fue un golpe de suerte, porque unos pocos años después hizo esa tontería titulada UNA TERAPIA PELIGROSA que también tuvimos la desgracia de ver.
De todos modos, el final feliz nos dejó pensativos porque uno puede llegar a brindar por la paz mundial para llevarse a la cama a Andy MacDowell, pero no para casarse con ella y desatascar el tiempo, ay, porque seguramente será entonces cuando se te atasque definitivamente ja ja ja ja
Con todo, la película es un aluvión de magníficos momentos. La musiquilla de charanga que suena en el kiosko donde va a salir la marmota es sin duda mi preferido. Casi me hace levantarme del sillón y ponerme a bailar.
Cosas del azar, la vimos la noche del 1 de febrero, es decir, justo en la víspera del Día de la Marmota, con lo que nos pareció como si a nosotros nos hubiera atrapado en el tiempo también.
Y como la Marmota dijo que el invierno iba a seguir, el jueves nos llegó esta ola de frío siberiana y se pasó todo el día nevando. Qué bonito todo
Os dejo con la cancioncilla del despertador de Sonny and Cher, un dúo americano que allá por los sesenta hacía furor. Hasta había por casa un "single" suyo.