No sólo "autorizado" por el artista, diría yo, sino incluso, ¡¡¡¡¡ protagonizado !!!!
Aquí.
Son veintiocho interminables minutos de lo mejorcito que da la televisión de sí misma, y de los que a Eduardo Gil Bera le tocan la mitad, por lo que no se los recomiendo a nadie a menos que quiera certificar y lacrar la artisticidad del sabio de Narbarte. Los lectores que aprecien su tiempo pueden darse por satisfechos viéndole posar junto a la fuente del claustro de la catedral de Tudela en el minuto cuatro del vídeo, y .....ja ja ja ja ja.
Una vez realizada la científica demostración me sobrecojo yo mismo al releer el último párrafo que escribí hace más de diez años cuando me deshacía en elogios a Gil Bera, y que volví a publicar no hace mucho justamente aquí. Sólo el último párrafo. Es impresionante.
Como impresionante es experimentar que a partir del momento en que te das cuenta de que el que escribe es un "artista", sus textos, antes maravillosos, se te vuelven insípidos y plomazos. Es lo que me ha pasado con sus dos últimas entregas en el boomeran: "Breve noticia de dos guillotinados" y "La ley, viva la ley, siempre la ley". Por no hablar de la "Vasconiana", aburrida nota científica del así llamado "conflicto vasco". La llamada a los Helenistas del post de ayer para que le hagan caso una vez que ya tiene en las librerías el libro de Homero/Tales me da que traspasa la línea de lo saludable (artísticamente o no).