lunes, 26 de diciembre de 2011

283. REAL EDITO




Una de las primeras cosas que dejé de leer en los periódicos fue la Editorial o "edito reales", esos sermones de palabras bonitas escritas por no se sabe quien en algún despacho cercano al señor director que mejores cosas tendrá que hacer. En la transición del franquismo a la partitodura muchos anduvimos atentos a todos esos discursos de los periódicos por tratar de adivinar los principios de eso que habría de llegar, pero pronto empecé a imaginar que los anónimos escribidores de esas rollizas longanizas eran con toda seguridad ex seminaristas que se habían quedado sin púlpito pero que aún creían en dios y en sus mandamientos.  

Como es sabido, en la mismísima nochebuena de navidad, noche en que las madres editorializan que en la cena y en su casa no se habla de política, nuestro jefe del Estado tiene por costumbre leer con su natural elegancia de rey todo un discurso de esos escrito por una gran mano culebrera de las que a todo apuntan y nada dicen, y que ya nadie escucha en este país excepto, claro está, los periodistas. Así pues, a falta que poner de lo no se trató en la cena de Navidad, hoy es "noticia" en todos los periódicos. Ea.