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Vemos la película que nos faltaba de la corta filmografía de Rebecca Miller, LA BALADA DE JACK Y ROSE (2005) es decir, la que hizo en medio de las ya comentadas aquí no hace mucho. Y como no hay más, es hora de hacer balance y sacar conclusiones. La primera y más importante: que todo lo que haga esta mujer hay que verlo porque está claro que sabe hacer cine y cuando el cine es bueno, da gusto ponerse ante la pantalla. Pero..., yo creo que esta mujer necesita un crítico a tiempo, o un guionista, no sé. Porque en todas sus películas hay fallos muy evidentes o muy fáciles de corregir, y si no se da cuenta ella, seguramente es por su doble condición de guionista y directora, es decir, de acaparadora.
La historia de LA BALADA es muy interesante: la de un padre y una hija que sobreviven solitariamente en una comuna hippie que tuvo días de gran animación. Una comuna enclavada en una isla que cuarenta años después está condenada por las promociones inmobiliarias de chalets tipo norteamericano de cursi arquitectura postmoderna postcolonial. La historia transcurre en el momento en que el padre sabe de su endeble salud y la hija siente la llamada del sexo. Ingredientes inmejorables para una trama dramática bordeando el espinoso tema del incesto, sobre un fondo de gran interés histórico: ¿qué nos quedó de la contracultura?
Perdón, paso de hacer crítica al uso. Esto es un blog de amigos. Que qué nos quedó de la contracultura? Pues lo mejor de la peli: la música. Una delicia.
Y voy ya con lo peor de la película para no alargar más la cosa: la forma en que se deshace el nudo dramático de la misma con un final acelerado y hasta mal contado. Y previo al desenlace final, como anunciando su torpeza, el encuentro entre el protagonista y el promotor inmobiliario. Una pena, porque todo lo demás es muy buen cine. Muy buenos actores. Muy buenos personajes. Es decir, muy buena directora.
Y volviendo como siempre al buen cine que decía Truffaut, memorable la protagonista, Camilla Belle. Espléndida. Bellísima. Impresionante.
(Y aquí una prueba de que la belleza está en el personaje bien dirigido y no en la actriz: para buscar este fotograma he puesto en "google imágenes" Camilla Belle, y me ha salido un montón de rostros irreconocibles de la misma persona que no me decían nada. Haced la prueba después de ver la peli. Porque verla, hay que verla, claro que sí).
Vemos la película que nos faltaba de la corta filmografía de Rebecca Miller, LA BALADA DE JACK Y ROSE (2005) es decir, la que hizo en medio de las ya comentadas aquí no hace mucho. Y como no hay más, es hora de hacer balance y sacar conclusiones. La primera y más importante: que todo lo que haga esta mujer hay que verlo porque está claro que sabe hacer cine y cuando el cine es bueno, da gusto ponerse ante la pantalla. Pero..., yo creo que esta mujer necesita un crítico a tiempo, o un guionista, no sé. Porque en todas sus películas hay fallos muy evidentes o muy fáciles de corregir, y si no se da cuenta ella, seguramente es por su doble condición de guionista y directora, es decir, de acaparadora.
La historia de LA BALADA es muy interesante: la de un padre y una hija que sobreviven solitariamente en una comuna hippie que tuvo días de gran animación. Una comuna enclavada en una isla que cuarenta años después está condenada por las promociones inmobiliarias de chalets tipo norteamericano de cursi arquitectura postmoderna postcolonial. La historia transcurre en el momento en que el padre sabe de su endeble salud y la hija siente la llamada del sexo. Ingredientes inmejorables para una trama dramática bordeando el espinoso tema del incesto, sobre un fondo de gran interés histórico: ¿qué nos quedó de la contracultura?
Perdón, paso de hacer crítica al uso. Esto es un blog de amigos. Que qué nos quedó de la contracultura? Pues lo mejor de la peli: la música. Una delicia.
Y voy ya con lo peor de la película para no alargar más la cosa: la forma en que se deshace el nudo dramático de la misma con un final acelerado y hasta mal contado. Y previo al desenlace final, como anunciando su torpeza, el encuentro entre el protagonista y el promotor inmobiliario. Una pena, porque todo lo demás es muy buen cine. Muy buenos actores. Muy buenos personajes. Es decir, muy buena directora.
Y volviendo como siempre al buen cine que decía Truffaut, memorable la protagonista, Camilla Belle. Espléndida. Bellísima. Impresionante.
(Y aquí una prueba de que la belleza está en el personaje bien dirigido y no en la actriz: para buscar este fotograma he puesto en "google imágenes" Camilla Belle, y me ha salido un montón de rostros irreconocibles de la misma persona que no me decían nada. Haced la prueba después de ver la peli. Porque verla, hay que verla, claro que sí).