domingo, 18 de marzo de 2012

363. FAKE TEDDY



Lo de la música en vivo y en directo de grupos más o menos juveniles parece que está empezando a animarse en esta aburrida y miserable ciudad, aunque los bares que los acogen, el tipo de gente que va y los propios grupos, pueden despistar a más de uno. Ayer viernes 16 de marzo había tres ofertas a la misma hora, las once de la noche. En el Coffee Single Rock un grupo muy juvenil, Fake Teddy, que parecía querer hacer grunge o algo así; en el Café Eldorado, un grupo madrileño llamado Distryto 13, con línea alegre, como de la movida; y en el Biribay, a 8 €, un grupo vasco llamado The Kluba de canciones marchosas con fondos de ska tocados al acordeón autonómico. Lo bueno en estos tiempos es que una hora antes entras en myspace o en youtube y puedes hacerte una idea de por donde van cada cual y eso facilita mucho las cosas.

Nosotros elegimos Fake Teddy porque nos hacía gracia lo jóvenes que eran y lo alto que picaban. Los conciertos del Coffee los anuncian a las once pero empiezan a las once y media, supongo que por orden de la superioridad porque los cuatro músicos se pasaron toda esa media hora al pie del escenario y con ganas de tocar, pero por lo visto tenían que demorarse para que la gente haga caja en la barra. De persistir con esa política va a ser como para llevarse el bote de cerveza de casa. La puntualidad es el primer signo de respeto al cliente. Pero en fin, esto es Logroño. Sigamos. Llevamos ya tres conciertos en el Coffee oyendo a bandas rockeras de gente muy joven y por lo que vamos viendo, nadie o casi nadie del público repite. Es decir, que el único público que atraen estos grupos es a sus amigos y familiares. En Fake Teddy, aparte de los compañeros de clase, debían de estar también los padres, hermanos, tíos y hasta abuelos de los cuatro muchachos porque el local estuvo bastante lleno y la media de edad fue mucho más alta de lo normal.  Vaya, que la gente te va a acabar mirando como en una boda: ¿y tú de quien eres, del batería, del bajo o del cantante...? Con un tipo de afición así y sin crítica alguna es muy difícil que estos chicos progresen, porque los familiares y amigos beben, aplauden y se aburren todo en el mismo pack.

Como no creo que nadie vaya a leer estas notas de diario personal, no vale la pena comentar nada porque seguramente Fake Teddy desaparecerá de aquí a dos o tres años y todo lo más, dentro de unos años, será un bonito recuerdo para sus componentes, amigos y familiares. Y es una pena porque los tres muchachos tocan muy bien las guitarras, saben articular bien las piezas y tienen un baterista que aparte de aporrear la batería como todos, sabe ir con la música de los otros tres en algunos momentos de cierta intensidad. El mayor problema es la voz del cantante, que emite los gritos grunges desde los labios, con lo que el inglés sufre tanto o más que con Garci. Cantó el pobre muchacho con un micrófono tan seco que no le perdonaba una. De tocar con un micro con un poco más de eco o si le pusieran otro micro al otro guitarra acústico para que le doblara un poco, se podría ablandar un poco lo rústico de su voz, pero ya digo, para qué decir nada si no va a servir de nada. Músicos ya empieza a haber, y bares que les acojan también, pero falta una afición un poco entendida y constante, y sin ella, no va a haber nada que hacer. No se va a poder avanzar.

Cuando acabaron Fake Teddy aún llegamos a Eldorado a oír la última canción de Distryct 13 y lo cierto es que sonaban alegre y bien, y que su música, con un saxofón de relleno por medio, parecía bastante apañada. Pero en el bar no habría más de veinte personas, porque como eran de Madrid, y ya mayorcitos, ni los amigos ni los familiares estaban convocados. Como la cerveza que nos pedimos dio para bastante más que la única canción que les oímos, pudimos ver que, tras recoger el material musical, lo arreglaron a base de cervezas.

Del concierto del The Kluba no tuvimos noticia ni las habrá, porque los periódicos locales bastante tienen con ir detrás del Presidente Pedro Sanz a hacerle fotos allá donde vaya. Y luego, las páginas deportivas y las necrológicas, ja ja ja ja. Jrande panorama musical el nuestro.