La últimas veces que me puse a ver a los políticos en la televisión fue en unos programas que salían como marionetas. Luego dejé de ver la televisión, pero tanto me quedé con aquella caracterización que ahora todos los personajes de la vida política me parecen como muñecos del guiñol porque, la verdad sea dicha, solo los veo a jirones o de refilón, y me da como que son máscaras de sí mismos. Bueno, pues como este blog nació para contar un poco la vida público-política de España y resto del mundo, he pensado que de vez en cuando voy a dejar de ver películas, hablar de libros o pasar disco, y voy a encender un poco la televisión para traerme para aquí una decena de muñegotes. Seguro que os van a gustar. Empecemos.
El campeón de estas navidades ha sido sin duda el yerno de Su Majestad, don Iñaki Urdagarín, que no parece tener las cuentas limpias. Pero ya va de retirada porque hoy mismo ha entrado en pantalla el señor Garzón, actor de sainete donde los haya, que tiene previsto chupar cámara durante lo que queda de invierno:
Otro cómico que ha abandonado la escena, pero esta vez para siempre, ha sido Don Manuel Fraga Iribarne, personaje de muchas historietas, algunas catastróficas, como el mausoleo que le encargó a Eisenmman para superar a los vascos del Guggenheim y, si me apuran, hasta el mismísimo caudillo de España y su Valle de los Caídos. El pobre no ha podido verlo terminado.
Heredero suyo en el lado de la escena, también me consta que don Mariano Rajoy tiene un papel en nuestro primer guiñol, aunque el tipo parece que se esconde y miente ya tan bien como el anterior presidente.
Hace unos días me dio por pasarme entre bambalinas y le pillé probándose este disfraz (que sé que va a hacer las delicias de algunas... je je je):
Bueno, pues mientras éste se esconde o se prueba disfraces, el encargado de salir a escena para decirnos que los políticos por habitante no merman y que lo que crece es el impuesto por trabajar, es este otro señor llamado don Cristóbal Montoro, que tiene que tener una cara de cemento porque, yo mismo, sin apenas conocerle, ya le tengo mucha asco:
Mientras todos estos juegan con nuestro dinero y nuestra paciencia, dos de los ministros de Zapatero que hundieron al país, parecen ahora decididos a hundir al PSOE, que es lo que les queda entre manos. Es una pelea desigual de viejo contra jóvena, hombre de alcantarillas del Estado contra separatista catalana, y parece que eso tiene gancho. Doña Carme (dígase Karma) Chacón por un lado y don Alfredo Pe Rubalcaba (primo de la Pe, supongo).
¿Ustedes vosotros ven pelea? Yo no pero parece que la hay y que la gente aplaude mucho.
Ya llevo siete. Me quedan solo tres. Para el octavo personaje voy a elegir a la alcaldesa de mi pueblo, doña Cuca Gamarra, que como toda oveja del PP dijo que venían a bajar los impuestos para crear riqueza y empleo y en cuanto se ha instalado en el Ayuntamiento ha pegado una buena subida del IBI, es dicir, el impuesto de las contribuciones, que de ese no hay quien se escape. Cuca que es ella. Otro papel transcendente que está jugando en la escena local es el de doblar al Presidente Autonómico en hacerse fotos para los periodistas. Aunque no siempre sale bien.
Para llegar hasta diez, he pensado rellenar el tablado con un descendiente de torero y una víctima de la cirugía plástica. Don Paquirrín, que así se llama el primero, se echó una novia modelo y también amenizó las pantallas de la Nación durante las navidades. Hacían una pareja parecida a la de los contendientes del PSOE pero a estas alturas de la historia ya han salido de la escena.
La otra personaja elegida para completar esta primera decena del guiñol es nada menos que la más grande aristócrata de España, descendiente de aquel famoso Duque de Alba con el que los padres asustaban a los niños holandeses: "si no te vas a la cama pronto, va a venir el Duque de Alba" se ve que decían en recuerdo del terror que sembró aquel señor por aquellas tierras con los famosos tercios de Flandes. Pues bueno, la heredera, doña Cayetana Duquesa de Alba se ha propuesto asustar no solo a los holandeses sino a todo el mundo, y especialmente a los que tengan tentaciones de hacerse algún retoquecito en la cara.
El Guiñol del sPyP (sPyPñol) espera haberles hecho pasar un buen rato y agradece a todos los actores que han puesto en escena a estos estupendos personajes su generosa colaboración.