viernes, 13 de enero de 2012

298. MANUEL CHAVES NOGALES / Y 3



Pensar en términos de naciones es un viejo vicio que aún persiste. Como no podía ser de otro modo, yo también lo tengo. Los vicios se contagian. Pero sé que es un vicio, y que como ya sabréis, no siempre le hago ascos a los vicios. No recuerdo cuando le oí decir al tío Félix que los franceses de finales del siglo XX se habían convertido en los alemanes de sus comienzos, pero me gustó tanto esa idea que ni sé la de veces que la habré repetido. Y es que cuando te vas a pasar unos días a Francia y los pueblos se quedan desiertos a las seis de la tarde, te suena como que un gobierno prusiano impusiera a diario un toque de queda sin importarle un bledo la ciudadanía.

También es sabido que la gente no hace ascos a sus pedos pero que abomina de los ajenos (uso esta metáfora para que no dejéis de leer  la carta estercoraria que ha encontrado Eduardo Revuelvepapeles: ¡una joyita!). Yo puedo poner mis pensamientos en términos de naciones, pero que lo hagan otros me revienta. Cuando Chaves Nogales se largó de la España que se mataba (y que a buen seguro acabaría por matarle a él/ en eso fue listo), se fue a Francia creyendo que aquello era el edén y se encontró con que ya era Alemania. O sea, el infierno. Porque para Chaves Nogales Alemania no es un lugar, sino una amenaza. O en términos gramaticales, un adjetivo. El cabreo de Chaves con los franceses debió de ser de tal envergadura que se puso a escribir algo más que un artículo (¡un libro!) para no dejar títere con cabeza, y puesto que se iba a tratar de un libro (¡y no de un periódico!), hasta le dio un barniz que a veces recuerda a pensamientos más profundos sobre el devenir de los pueblos y civilizaciones. Pero barniz solo porque a la que te descuidas le sale el periodista que lleva dentro y vuelve al vicio: "el francés, que es siempre más inteligente que el alemán y menos impresionable que el italiano...,etc" (pag 70).

Como estos días he rastreado por la red muchos comentarios sobre Chaves Nogales y  he encontrado a muchos progres poniéndolo en su altar, me da que no se han debido de leer este libro, porque una de las señas de identidad de los progres de ahora es el pacifismo y yo no he visto libro más belicista que LA AGONIA DE FRANCIA. Puesto en términos actuales, si Petáin hubiera denominado a su política con Alemania algo así como Alianza de Civilizaciones, los muchísimos progres e indignados estarían ahora completamente confusos sin saber a qué carta quedarse: a la de Chaves Nogales o a la de aquel precursor de Zapatero (con la diferencia de que aquel ya sabía lo que era una Gran Guerra)

Y hablando de progres y confusión no os perdais la trifulca que ha montado el turiferario progresor Ignacio Sánchez  Cuenca pidiendo a los intelectuales que aún escriben en el ELPAIS que dejen de tirar del carro por la derecha, ja ja ja ja, ...(cuando lo que tenían que haber hecho desde hace tiempo esos intelectuales es abandonar ELPAIS, ah ah ah ah / como hizo Chaves con el suyo). El tío Felix se ha enfadado y le ha puesto ese mote de turiferario en una cartita al director que he podido ver en la edición de papel y que no creo que esté por la red.

Os dejo el enlace al artículo de Ignacio Sánchez Cuenca: LITERATURA POLITICA, un tipo este Ignacio que de puro dedicarse a hacer carrera por las universidades y periódicos de este país aún no se ha enterado que toda escritura es literatura. Lo suyo tiene doble mérito porque, encima ¡no es periodista!

En fin, que ya he acabado con CHAVES. De lo poco que pudo disfrutar de su segundo exilio en Inglaterra, donde encontró la muerte (aún no sé cómo) no tengo más datos. Solo quiero pensar que no le dio tiempo a descubrir el vicio del imperialismo inglés y que debido a ello moriría en paz. Porque si mueres con vicios vas al infierno -según él, a Alemania.