jueves, 31 de mayo de 2012

406. LETICIA GONZALES Y GÁMEZ



Una semana antes de la Media Maratón de Logroño 2012 me sentía yo tan bien corriendo que hasta pensé en renunciar a mi fundamentalismo contra esa prueba y apuntarme a hacerla. Peeeeero, como eso de entrenar largo te da mucho tiempo para pensar me dije: de acuerdo, me encuentro bien y podría volver a hacerla por debajo de las dos horas pero ¿para qué? ¿para volver a cabrearme una vez más con una organización publicitada por los periodistas locales que programa una carrera para que se luzcan los corredores que hacen la media maratón en menos de dos horas ignorando que una media maratón verdaderamente popular sería aquella en la que hubiera mucha más gente por encima de las dos horas que por debajo? ¿y encima pagar 22 € de inscripción? ¡Anda ya.....!

Lo más normal es que el domingo 27 de mayo en que se celebraba nos hubiéramos ido al monte, pero mira por donde que tocó quedarse en Logroño y aunque no quería bajar a verla para no sentir envidia, ains, no pude resistir. Bajé a aplaudir a todos y cada uno de los corredores porque aunque no sean de mi secta "anti Media Maratón de Logroño" y la mayoría sean unos figuras corriendo, mi corazón siempre corre con ellos y les aplaudiré siempre.



Pero hete aquí que ya en la primera vuelta, hacia el kilómetro 5 de carrera, había una chica gordita que corría tremendamente descolgada de los demás. Tanto era su retraso que al llegar al primer puesto de agua ya lo habían recogido, y menos mal que una mujer de las que lo acababan de recoger buscó rápidamente un botellín y alcanzó a dárselo. Pensé que abandonaría antes de llegar a la meta pero mira por donde que en la segunda vuelta, y mucho más rezagada aún, seguía en carrera, y para mi asombro y admiración consiguió llegar a meta más de diez minutos después del penúltimo corredor.


La organización tiene en su reglamento que a las 2 horas y 30 minutos se cierra la carrera y recogen la meta, pero por una vez, los jueces tuvieron un acceso de sensatez y esperaron un par de minutos y medio a que llegara Leticia.

Yo me fui corriendo a hacerle una foto (la de arriba) porque intuí que desde ese mismo momento Leticia iba a ser mi heroína y mi referencia. Cuando llegaba Leticia pensé (lo de correr despacio siempre da para pensar mucho) que me hubiera encantado correr a su lado para que no hubiera tenido que hacer sola los 21 kms., y que seguramente ya había encontrado mi nueva meta en la media maratón, mi nuevo objetivo deportivo: LLEGAR EL ULTIMO. Nada de hacer buenos tiempo ni de luchar contra mí mismo, sino estar con los corredores verdaderamente populares que son ignorados por los organizadores de este tipo de pruebas y por el resto de corredores más avezados.

Mirad el dato: de los 824 corredores que llegaron a meta (la mayoría sin duda venidos de fuera de Logroño..., /otro dato muy importante del que no hablan nunca en el periódico y que demuestra lo "popular" que es aquí correr), sólo 80 corredores la hicieron por encima de 2 horas, y tan sólo 28 por encima de las 2 horas 6 minutos (ritmo de 6 minutos/kilómetros).

Yo me di de baja del club MARATON RIOJA cuando vi que mis ideas no iban con ellos, y ya no espero convencer a nadie de que lo que importa en las pruebas populares de fondo es que la corra mucha gente que no creía poder hacerlo, pero gracias a la carrera del otro día y al ejemplo de Leticia, ya tengo por lo menos un nuevo objetivo para volver a apuntarme y no morderme los labios de envidia:  LLEGAR EL ULTIMO.



PS. Hombre, ahora que lo pienso (y dale con tanto pensar) también corro el riesgo de que los que vayan los últimos opten por abandonar antes de llegar a la meta y me dejen solo, pero mira, también tiene eso su puntito de gracia y aventura.