Va primero mi crónica, que para eso este es mi blog, y luego pondré lo que dice la "crítica unánime"; así se notará más mi alejamiento de enta Tierra (no sé si por Venus o por Júpiter, pero muy lejos debo de estar).
Vemos la segunda película de Egoyan, DULCE PORVENIR (1997) y tres cuartos de lo mismo que en la primera: que el tipo tiene un buen estilo de contar, es decir, lo ya dicho de que hace algo así como un puzzle de escenas de adelante y atrás que el espectador va recomponiendo con la felicidad de que va entendiendo lo que pasa. Digo yo que esa felicidad de entender la trama de la historia ya debe de ser mucho para muchos. Es decir, que cogemos lo que va antes y lo que va después, aunque lo de después lo ponga antes y así sucesivamente. Ahora bien, al que yo no cojo es al director. Como dicen por mi tierra, no se va o viene, si le parece bien o le parece mal, si piensa del derecho o del revés, si tiene algún sentido o no lo tiene, y así sucesivamente.
Sea como fuere, lo que está claro, lo que es impepinable, lo que ninguno de la crítica unánime me podrá discutir nunca es que los personajes acaban por ser aburridos y cargantes, acaban por ser gente a la que no quieres ver ni en pintura. Por ejemplo, el protagonista principal, un abogado que lo mismo que el director, no sabes si viene o va, si quiere hacer justicia o sacar dinero, arreglar el mundo o enmerdarlo, y... así sucesivamente.
Que hay mucha gente asín por el mundo y que la peñícula es como la vida misma?, pues para eso no voy al cine, me enciendo la tele o escucho a la vecina (que tampoco se si viene o va) y ya está. Menudo tomatón nos ha salido el Egoyan este. Y ya me vale con dos. Ni una más. O al menos, mientras que alguien de muuuuucha confianza no me diga lo contrario.
Y ahora copio y pego lo de los premios y la crítica unánime de los críticos:
1997: 2 Nominaciones al Oscar: Mejor director, guión original
1997: Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado, Premio Jurado Ecuménico, FIPRESCI
1997: Seminci: Espiga de Oro: Mejor película
1997: Festival de Toronto: Mejor película canadiense (ex-aequo)
1997: National Board of Review: Mejor reparto
1997: 4 premios de la Asociación de críticos de Toronto, incluyendo director, película
1997: Festival de Cannes: Gran Premio del Jurado, Premio Jurado Ecuménico, FIPRESCI
1997: Seminci: Espiga de Oro: Mejor película
1997: Festival de Toronto: Mejor película canadiense (ex-aequo)
1997: National Board of Review: Mejor reparto
1997: 4 premios de la Asociación de críticos de Toronto, incluyendo director, película
El singular Egoyan sorprende con un magistral retrato del abismo de la desolación y del sinsentido de la pérdida en esta sensible y conmovedora película, que refleja como pocas la tristeza y el vacío que cunde entre la población de un pequeño pueblo canadiense ante la brutal irrupción de la más dolorosa de las tragedias. Insoportable tranquilidad y alambicado desasosiego se alternan en este drama de bello título, que sacude tu cabeza con estilo, inteligencia y no poca sutileza. A cambio Atom y su acertado reparto recibieron numerosos premios y nominaciones en festivales por todo el planeta, quizá también porque ningún otro tema convoca mayor unanimidad en la comprensión de la pena que causa. (Pablo Kurt: FILMAFFINITY)
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"Un filme lleno de fuerza y muy bien contado." (Janet Maslin: The New York Times)
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"Formidable" (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
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"Gran versión del drama escrito por Russell Banks" (Enrique López Lavigne: Cinemanía)
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"Un filme lleno de fuerza y muy bien contado." (Janet Maslin: The New York Times)
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"Formidable" (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
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"Gran versión del drama escrito por Russell Banks" (Enrique López Lavigne: Cinemanía)
y... así sucesivamente.
En honor de la verdad he de decir que no soy el único que discrepa de la crítica unánime de los críticos. He leído los comentarios de los lectores de filmaffinity y aunque no se atreven a ponerla mal (con ese palmarés cualquiera dice nada...) muchos ya apuntan a que nada de emoción, nada de intensidad, y... nada de nada. O sí, algo eso mismo que decía yo: que muy original lo de ir saltando para adelante y para atrás (como en la yenka) y que muy gracioso el bailecito, pero que poco más.