Como hablar de sexo está muy mal visto y yo soy un hombre políticamente correcto, pocas veces (o ninguna) me habrán pillado ustedes hablando de sexo, pero si me piden que diga algo verdaderamente serio en este blog, si me piden una confesión honesta de las buenas y de las de verdad, una confesión política y periodística fetén, les diré que la única REVOLUCIÓN en la que creo, la auténtica REVOLUCIÓN por la que vale la pena luchar, esa es la REVOLUCIÓN SEXUAL.
Algo de ello se me debió de escapar en el post dedicado a WOODSTOCK sin que nadie me llamara al orden, así que, animado por el hecho de que la CORRECCION POLITICA no lee este blog, voy a dar hoy un paso más nombrando ahora mismo héroe sPyPnic a HUF HEFFNER.
Quien tenga dudas sobre ello, que se vea primero el estupendo documental a él dedicado, clickando justamente AQUÍ. Me evitará dar muchas explicaciones y que se me vea el plumero. Que se me vea lo mucho que me gustan las rubias tetonas y desnudas. Porque si yo compré alguna vez el PLAYBOY no fue por los magníficos artículos de consagrados escritores ni por la profunda entrevista a personajes de primera fila. En absoluto. Los PLAYBOYs que yo compré (y que de ahora en adelante guardaré como oro en paño) eran mis más serias contribuciones a la REVOLUCION SEXUAL y punto. De acuerdo. No compré muchos. No he sido lo suficientemente revolucionario como para ponerme alguna medalla en esta revolución, pero si puedo arreglar un poco mi curriculum nombrando HEROE SPYPNIC a HUF HEFFNER, así sea.
No es que HEFFNER hiciera por sí solo la REVOLUCIÓN SEXUAL, pero sí que ayudo bastante. Sobre todo cuando contraatacaron los PURITANOS, auténticos defensores del orden establecido, o las FEMINISTAS, auténticas AMAZONAS de un orden tan futuro que se dan la mano con los del orden establecido. El documental mencionado tiene su máximo acierto en ponerlos juntos.
Cierto que HEFFNER no tenía entonces un discurso lo suficientemente evolucionado como para contraponerse a esos dos grandes enemigos y que lo suyo fue trabajar desde cierta intuición personal y un gigantesco éxito económico, pero al final de su vida (cuando se rueda el documental) acaba diciendo exactamente lo mismo que hace unas semanas decía el bueno de JUAN ABREU en sus sermones sexuales del JOT DOWN (click): que para poner en marcha la REVOLUCION SEXUAL lo mejor es convertirse en OBJETO SEXUAL. O lo que es lo mismo, que para devolver al mundo su alegría, no hay nada como el SEXO.
Hecha esa primera REVOLUCION, o al menos iniciada, queda otra pendiente en la que el propio HEFFNER parece estar muy involucrado pero que por culpa de la caída del papel a causa de internet, no parece estar en condiciones contar: ¿Qué pintamos los hombres en el mundo después de los sesenta?
La primera respuesta de Heffner fue atrevida (excesivamente revolucionaria, diría yo). Un hombre de sesenta vale por siete jóvenes rubias tetudas, así que esa es la relación ideal y equilibrada (en la foto falta una, pero eso no importa, porque podría haber ido al water en ese momento, o a la cocina, qué más da; creedme que eran siete / eso dice el documental).
El modelo no le funcionó del todo bien, y como cuenta en la propia película, luego lo redujo a tres.
Me entero ahora que recientemente lo ha reducido a una jovencita sola, lo cual me parece muy sospechoso, porque el paso siguiente estoy seguro que va a ser cambiarla por una de su misma edad (de la edad de él, no de la jovencita).
No sabemos el final ni si lo podrá contar, pero sea como fuere este hombre tiene un mérito tremendo, y en la galería de Héroes sPyPnic se merece un puesto (el 12 creo que le toca). La segunda parte de la REVOLUCION SEXUAL está por hacer y por escribir, pero en la primera pocos se podrán colgar más medallas. HUF HEFFNER.